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MÉRIDA, Yucatán, 16 de marzo.- Este sábado, en el marco de la séptima jornada de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) 2013, se realizó un homenaje a la psicoanalista yucateca Estela Ruiz Milán.
El acto, efectuado en el Salón Progreso del Centro de Convenciones Siglo XXI, fue encabezado por la homenajeada, sus hijos Juan y Carmen Villoro Ruiz, Margo Glantz y Hernán Lara Zavala, todos autores destacados de la literatura mexicana.
Glantz describió a Estela como una "queridísima amiga", a quien conoció cuando se acababa de casar con el filósofo español Luis Villoro Toranzo.
"Eran una pareja deslumbrante", recordó Glantz.
Rememoró que Estela abandonó la carrera de Letras para estudiar Psicología, y que los dos temas siempre le interesaron de manera conjunta.
Margo mencionó que su amiga le enseñó a manejar, y que ellas y sus hijos viajaron juntos a Cozumel, San Miguel Allende, Acapulco, Isla Mujeres y otros destinos.
"Me acompañó siempre como mi mejor amiga", concluyó, destacando que la admira y venera mucho.
Estela Ruiz Milán muestra el homenaje hecho medalla. Sara Poot Herrera, asesora literaria de la FILEY, le entregó la presea, ante Rafael Morcillo López, director de la Feria; ambos han hecho un trabajo extraordinario. Juan Villoro Ruiz y Hernán Lara Zavala platican de sus cosas.
Carmen Villoro leyó dos poemas dedicados a su madre: "Estela" y "Otoño", este último titulado así porque ambas nacieron en dicha estación. Los poemas están incluidos en 'El tiempo alguna vez', de su autoría.
ESTELA
ESTRELLA de octubre
rastro de luz
sobre mis años frágiles.
Te miro cómo escarchas esta noche,
cómo deslizas tus diamantes diminutos
entre todas las sombras.
Te veo tan lejana
y estás en mis pupilas.
Hay en los movimientos de mi cuerpo
una pincelada
que aprendí de tu paso por el cielo.
Estrella del otoño,
la historia tiene cauda.
Hubo un camino audaz que tú seguiste
para brillar auténtica y serena
en esta noche.
Repentina y eterna es tu presencia
como lo fue, como lo es,
mi infancia.
Familiares yucatecos de Estela Ruiz Milán (con el ramo de flores) acudieron a su homenaje. La psicoanalista abraza a su prima hermana María Teresa Milán Espinosa de Mendoza. A la izquierda, don Felipe Mendoza Mendoza, Ofelia Milán Espinosa, Juan Pablo Mendoza Milán (camisa a cuadros), entre otros.
Juan Villoro describió, humorísticamente, el espanto que, como niño de primaria, sentía por su madre al volante.
"Logró pulverizar un coche y salir sin un rasguño", leyó Villoro, causando carcajadas entre la audiencia.
"Hasta para chocar eres buena", le decía su padre, don Juan Ruiz Orejas.
"A esas mañas atribuyo mi temor a la radio y mi gusto por las mujeres complicadas", recordó Juan, quien siempre asoció los anuncios de la radio con el manejo de su madre.
"Mi madre se dedicó a la liberación automotriz de sus amigas", continuó Villoro, a quienes les decía "te tengo tanta confianza, que hasta traje a mi hijo".
Sobre la personalidad de su madre, destacó que él "admira su carácter como se admira un incendio" y que, aun al filo de los ochenta años, "sigue siendo indómita, de modo que su dependencia es relativa".
Recordó que, efectivamente, ella cambió las letras por la psicología, y que la escritura fue "la vocación cancelada de mi madre".
"Me choca hablar después de Juan Villoro", bromeó Hernán Lara Zavala, al dar inicio a su intervención.
El novelista, quien cabe destacar es hijo de una yucateca, describió a Estela y a Margo como "epítomes de mujeres libres e independientes que reflejan el devenir de la mujer mexicana".
Margo Glanz Shapiro, su amiga desde su primera juventud, mencionó que los gustos literarios de Estela la llevaron a Azorín y a Strindberg. Estela sabe sueco pero no lo confiesa.
El público atento en la Sala Progreso.
Destacó que Estela es "una gran psicoanalista y profesional, una persona muy dedicada", subrayando que es capaz de ver los problemas de la gente con humanidad y "hacer el bien sin mirar a quién".
En broma, su círculo de amigos la coronó como "la reina del Cártel del Golfo", por su amplio conocimiento sobre la gastronomía yucateca y su afición a alimentar escritores.
Lara destacó que Ruiz Milán le recuerda a un personaje de The Golden Notebook, de Doris Lessing, llamado "Mother Sugar", también una psicoanalista.
"No saben la cantidad de amigos y colegas que recurren a Estela Ruiz Milán", añadió el escritor, caracterizándola como la "psicoanalista de todos los escritores" y agregando que "ayuda a todo el mundo cuando hay un problema de carácter emocional".
Concluyó su intervención describiendo a Estela como una "gran mujer independiente, mujer intelectual, mujer madre y mujer universal".
"Mis hijos están temblando de que yo vaya a decir quién sabe qué barbaridades o llorar", comenzó Estela, reconociendo que sus "raíces Milán son de mucho llanto".
Agradeció a Sara Poot, asesora litetaria de la FILEY, por organizar este homenaje, reconociendo su autoridad directriz. También agradeció a Rafael Morcillo, director general del evento y, especialmente, a "las dos mitades de mi corazón, mis hijos Carmen y Juan".
Estela se preguntó por eso si éste de la FILEY no es "un homenaje a la maternidad literaria".También destacó la presencia de Mariana, su primera nieta, y otros parientes Milán radicados en Mérida que acudieron al evento para saludarla.
"Estamos en Mérida, ciudad blanca que me vio nacer", recordó Estela.
Destacó la significación del nombre del salón donde se realizó el evento, Salón Progreso, debido a que el puerto de Progreso le "dio la sensación de un buen augurio" y allí nació su madre.
"Fue también en Progreso donde yo conocí el mar", recordó la homenajeada, destacando la importancia histórica del puerto desde finales del siglo XIX, cuando era "un puerto de gran calado y recibía barcos de Europa cuyo último destino era Nueva Orléans".
Evocó la memoria de su bisabuelo, el hondureño José María Nicoli Ortega, quien construyó el Teatro 'Melchor Ocampo' de Progreso para que sus hijas, de apellido Nicoli Puerto, tuvieran un foro para cantar y actuar.
Mencionó que ese teatro fue solicitado para montar obras para los cruceros que hacían escala en Progreso, comparando su historia con la película Fitzcarraldo.
Carmen Villoro Ruiz, hija de Estela, leyó dos poemas dedicados a su madre.
Recordó que su madre, doña Estela Milán Nicoli, conoció a dos italianos, quienes le enseñaron el idioma y la ópera, y que cuando tenía más o menos 20 años, tras casarse con Ruiz Orejas, se trasladó a Mérida con su familia.
Mencionó que nació el 7 de octubre de 1933 en la Avenida Colón No. 501, donde vivió los primeros 10 años de su vida, hasta que su familia se mudó a la capital del país.
Destacó que el día de su cumpleaños se conmemora la Batalla de Lepanto de 1571, donde Miguel de Cervantes Saavedra perdió la movilidad de su brazo izquierdo.
Recordó que en su niñez asistió a las clases de piano de su tío (segundo) José Rubio Milán, y que Sarita Ruiz le enseñó, en casa, los primeros tres años de primaria.
También tomó clases de catecismo en Catedral, éstas a cargo del padre Arturo José Arias Luján, y que en éstas se dio cuenta de la injusticia social.
Reconoció que heredó el carácter fuerte de los Ruiz, que se ve suavizado levemente por el de los Milán.
"Mi hijo Juan me llama santa ¿Lo dirá en serio?" se preguntó Estela.
Juan Villoro Ruiz rindió un homenaje edípico a su progenitora y dijo que manejaba de forma brutal.
Recordó que su madre quería que ella fuera concertista y que su padre que fuera escritora, pero fue la película Spellbound de Alfred Hitchcock la que marcó su destino, ya que desde que la vio a los 11 años quiso hacer lo mismo que la protagonista, sin saber entonces que se trataba de psicoanálisis.
En lo que respecta a la maternidad, recordó que en la preparatoria le marcó definitivamente la historia de Cornelia, la madre de los Gracos, que cuando le piden que muestre sus joyas trae a sus hijos. También mencionó una cita del Evangelio que dice "por sus frutos los conoceréis", expresándose orgullosa y satisfecha de que sus dos hijos compendien sus intereses.
Recordó que la culpa fue el principal motor de su educación. "Nuestros padres y autoridades nos hicieron sentir culpa de nuestra desobediencia y nuestros hijos nos hicieron sentir culpables por falta de respeto y comprensión", de tal forma que ella siempre fue la culpable.
Hizo al respecto un libro, llamado "Los Modelos Culpables: Códice de una Estela Maya en ruinas".
Estela Ruiz Milán estudió en la UNAM las carreras de lengua y literatura españolas y de psicología, en las que obtuvo también los grados de maestría en 1963 y doctorado en 1979.
Ha trabajado en la dirección del Centro de Teatro Infantil (INBA-SEP), en el Departamento de Psicología Médica en la Facultad de Medicina de la UNAM y en el Hospital Psiquiátrico Infantil. Es fundadora de la Sociedad de Psicoanálisis y Psicoterapia en la Ciudad de México. Además de colaborar en revistas especializadas, ejerce como psicoterapeuta en la práctica privada.
Finalmente, Sara Poot Herrera y Rafael Morcillo subieron al escenario para hacer entrega de una medalla en reconocimiento de su trayectoria profesional.
Tras el evento, Estela se tomó el tiempo de platicar y recordar anécdotas con sus parientes Milán.
Hernán Lara Zavala reveló que Estela es 'la Reina del Cártel del Golfo' (porque brinda hospitalidad a escritores de Yucatán, Campeche, Tabasco...) y la psicoanalista de los escritores mexicanos.