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CIUDAD DE MEXICO, D.F., 24 de abril.- La cautela de la UNAM para pedir la captura de 15 delincuentes que tomaron su Rectoría es expresión de la incapacidad del Estado mexicano para actuar con energía porque confundió (quizá de manera irreversible) la diferencia entre “usar la fuerza” y aplicar la ley sin violencia.
Porque la ocupación de Rectoría es un asunto entre delincuentes, por mucho que el campeón de la corrección política, el rector José Narro, les ofrezca una mesa de diálogo, cual si fueran ciudadanos que pagan impuestos y respetan la legalidad.
Sí. Un asunto de delincuentes. No hay que usar la fuerza. Sólo ejercer órdenes de aprehensión.
Veamos:
—La Rectoría fue tomada el viernes por 15 encapuchados para exigir la reintegración inmediata de cinco alumnos del CCH Naucalpan, expulsados por realizar actos vandálicos el 5 de febrero y para que no se realicen reformas al plan de estudios vigente porque ponen en riesgo el sentido humanista de la institución.
—Los expulsados son fósiles y reprobados:
—Luis Hugo Arratia. Matrícula 312078126. Fue alumno de cuarto semestre en el turno vespertino y sólo ha aprobado cinco materias de 17. Sus calificaciones aprobatorias incluyen dos calificaciones de 6, dos de 7 y un 8. Su promedio general es de 5.9.
—José Luis Ramírez Alcántara (El Chómpiras). Matrícula 311331037. Tiene dos materias no presentadas, dos calificaciones de 5, cuatro de 6, seis de 7, nueve de 8, tres de 9 y cuatro de 10. Las materias que adeuda son de sexto semestre.
—Stevens Gary Fernández. Matrícula 310104252. No se había presentado a 23 clases cuando fue expulsado. Reprobó 11 asignaturas. Las cinco calificaciones aprobatorias que tiene, incluyen, dos 6, un 7 y un 9. Su promedio es de 5.59.
—Aland Rodríguez Martín del Campo. Matrícula 310311344. Tiene cuatro materias no presentadas, ocho calificaciones de 5, once de 6, cinco de 7, dos de 8, tres de 9 y cuatro de 10. El promedio que alcanza es de 7.8, aunque cursaba ya el cuarto año de bachillerato.
Además:
—El Chómpiras fue grabado el 5 de febrero, durante la toma violenta del plantel, rociando con gasolina la dirección y le prendió fuego. También amagó con quemar a profesores, una de ellas embarazada.
—El 1 de febrero había golpeado a seis vigilantes de la UNAM y causado destrozos en el plantel, para exigir acceso libre, retiro de cámaras de seguridad y de rondines de vigilancia, al considerarlas medidas “restrictivas” contra “el espíritu crítico y de libre pensamiento”.
—Su compañero de vandalismo en febrero, José Mario González, se encuentra encarcelado desde el 11 de abril en el Reclusorio Norte, acusado del delito de robo agravado y bajo proceso de un juez penal.
Sí. Un asunto de delincuentes. No hay que usar la fuerza. Sólo ejercer órdenes de aprehensión.
Y punto. (Etcétera)