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DALLAS, TEXAS, ESTADOS UNIDOS, a Jueves 23 de Mayo de 2013.-(Agencias).- Autoridades en Texas informaron sospechar que un equipo de sicarios de un cártel asesinó aquí hoy miércoles al abogado mexicano Juan Guerrero Chapa, defensor de narcotraficantes del autodenominado Cártel del Golfo.
Guerrero Chapa, de 43 años de edad, fue acribillado alrededor de las 18:47 horas de este miércoles de varios balazos en el tórax, tras subir a su automóvil en el estacionamiento de un centro comercial de Southlake, suburbio del noreste de Dallas.
El abogado mexicano fue conducido de emergencia al Centro Médico Regional Baylor, en el suburbio de Grape vine, donde falleció poco después de ingresar.
Guerrero Chapa defendió durante varios años a integrantes del Cártel del Golfo, incluyendo a su ex líder, Osiel Cárdenas Guillén, quien cumple una sentencia de 25 años de cárcel en una prisión federal estadunidense.
Juan Guerrero Chapa, de 43 años de edad, fue acribillado de varios balazos en el tórax, tras subir a su automóvil en el estacionamiento de un centro comercial de Southlake, Dallas.
El jefe de la policía de Southlake, Steve Mylett, informó este jueves en conferencia de prensa que sus investigadores sospechan que el homicidio está relacionado con un cártel del narcotráfico en México, aunque no especificó el nombre de la organización criminal.
"Obviamente, la naturaleza de este homicidio, la forma en que fue realizado, todo indica y digo indica, que fue obra de una organización que está entrenada para este tipo de actividad", apuntó.
"Cuando uno está tratando con individuos que operan a tal nivel de profesionalismo, cierta precaución me obliga a tender a pensar que se trata de un acto de la delincuencia organizada", sostuvo el jefe de policía.
Mylett precisó que Guerrero Chapa había llegado al centro comercial 45 minutos antes para realizar compras con su esposa.
La pareja salió del lugar y Guerrero Chapa ocupaba ya su asiento y esperaba a que su esposa colocara en la cajuela del automóvil las bolsas con los artículos adquiridos, cuando ocurrió el atentado.
Testigos informaron a la policía que una camioneta blanca tipo "SUV" se detuvo a un lado del vehículo de Guerrero Chapa y un hombre que ocupaba el asiento del pasajero, bajo del mismo, cubriéndose el rostro con una tela para realizar múltiples disparos contra el abogado.
El homicida fue descrito como un hombre de origen hispano de aproximadamente 1.65 metros de estatura. El individuo bajo de un automóvil con placas de Texas. Los investigadores encontraron nueve casquillos de bala en el lugar.
Mylett informó que Guerrero Chapa tenía dos años de residir en Southlake, un suburbio ubicado en el condado de Tarrant, al noroeste de Dallas.
El jefe de policía identificó a Guerrero Chapa como abogado y propietario de un rancho en el estado mexicano de Nuevo León.
Mylett dijo que en la investigación, el Departamento de Policía de Southlake está siendo auxiliado por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Seguridad Pública de Texas.
"Hay una gran cantidad de información que se está distribuyendo", dijo Mylett. "No estoy en condiciones de hacer ninguna declaración oficial sobre eso todavía", puntualizó.
Una búsqueda en internet de "Juan Guerrero Chapa" arroja múltiples resultados, incluyendo varios artículos periodísticos en los que se le identifica como el abogado de miembros de alto nivel del Cártel del Golfo.
En uno de los artículos periodísticos se informa que en 2002, Guerrero Chapa representó a Osiel Cárdenas Guillén, ex líder del Cártel del Golfo.
La información también liga a Guerrero Chapa como abogado defensor de miembros del Cártel de Los Zetas, antes de su sangrienta división del Cártel del Golfo en 2010.
Mylett dijo que su departamento sigue trabajando con el FBI para confirmar los reportes periodísticos mexicanos. El jefe de policía indicó que no se tenían indicios de que Guerrero Chapa viviera en la clandestinidad.
Guerrero Chapa era padre de tres hijos adolescentes, pero Mylett no informó si los jóvenes asistían a la escuela en Southlake o residían en esta ciudad.
Southlake es considerado uno de los suburbios más seguros del área metropolitana de Dallas y Fort Worth. El homicidio de Guerrero Chapa es el primero que ocurre en esa comunidad desde 1995.
"Esto sucedió en Southlake, pero podría haber sucedido en cualquier comunidad en cualquier lugar en Texas o en cualquier otro lugar", dijo el jefe de policía.
"Southlake sigue siendo una comunidad muy segura, disfrutamos de una tasa de criminalidad muy baja, esto no fue un acto al azar, donde un miembro del cártel entró en nuestra comunidad y disparó al azar a las personas, por lo que seguirá siendo una comunidad segura", enfatizó.
Juan Jesús Guerrero Chapa, presunto abogado del Cártel del Golfo, fue ejecutado la víspera a plena luz del día en el pequeño suburbio de Southlake, al noroeste de Dallas, Texas.
A Guerrero Chapa se le vinculó en las tareas de defensa legal de integrantes del Cártel del Golfo cuando la organización criminal era encabezada por Osiel Cárdenas Guillén.
Según testimonios de las autoridades locales, Guerrero Chapa, de 43 años, vivía de manera legal en Estados Unidos con su esposa y un hijo.
Los reportes señalan que un hombre con el rostro cubierto bajó de una camioneta blanca y abrió fuego contra Guerrero, hiriéndolo de bala en múltiples ocasiones al filo de las siete de la noche.
Juan Jesús Guerrero Chapa, presunto abogado del Cártel del Golfo, fue ejecutado a plena luz del día en Texas.
El presunto abogado del Cártel del Golfo se encontraba en el asiento del copiloto de una camioneta Range Rover 2012; su esposa, que se encontraba al volante, no resultó herida.
Reportes periodísticos señalan que Guerrero Chapa fue arrestado por cargos de narcotráfico en febrero del 2002 y trasladado al penal de alta seguridad mexiquense de La Palma; sin embargo, poco tiempo después sería liberado por supuesta falta de elementos para encausarlo.
En su libro Los narcoabogados, el reportero Ricardo Ravelo describe así a Guerrero Chapa:
“Los abogados Juan Jesús Guerrero, Agustín Rojas y Francisco Flores ingresaron a La Palma (el 26 de febrero de 2002). Hablaron con Gilberto García Mena (El June), segundo hombre en importancia del cártel para afinar la estrategia jurídica, y empezaron las gestiones para defender a las 17 personas detenidas, todas relacionadas con el Cártel del Golfo. Sin embargo, una maniobra de la PGR terminaría en tragedia. En sus investigaciones, el Ministerio Público detectó que la estructura del Cártel del Golfo era variada y compleja: operaba no sólo con un grupo armado, Los Zetas, sino que también contaba con una bien organizada red de abogados, cuya tarea no sólo se limitaba al trabajo legal, sino que realizaban además otras actividades de operación. Se trataba, según la PGR, de abogados que se extralimitaban en su trabajo profesional: no sólo servían de correos, sino que también pagaban la nómina de los miembros de la organización y, al mismo tiempo, giraban instrucciones para mantener a buen paso la marcha de la empresa criminal. Todo esto se realizaba al amparo de su profesión, cuyo título y cédula profesional les permitía ingresar a los penales, dialogar con los clientes y definir estrategias, pasando más o menos desapercibidos. Así se movían los hilos en el oscuro mundo de la abogacía criminal.
“Con base en esos y otros antecedentes, la PGR enfocó sus investigaciones hacia el equipo de abogados de Osiel Cárdenas, quien por esas fechas aún gozaba de plena libertad y liderazgo. El principal sospechoso de realizar estas tareas era Juan Jesús Guerrero Chapa, el asesor legal del llamado Mata Amigos. Para la PGR este personaje era, en realidad, un narcoabogado. Entraba y salía de la Palma cuantas veces quería o se le ordenaba. Era visto como un litigante que cumplía con su trabajo, pero el velo de la sospecha lo ensombrecía.
“A la salida del penal los abogados fueron perseguidos y hostigados por militares vestidos de civil, hasta provocar el choque de su vehículo y capturarlos. Los militares caminaron con sus armas hasta el coche estrellado y detuvieron a Guerrero Chapa y Rojas Vázquez, a quienes vendaron los ojos y a empujones y golpes los subieron a las camionetas. Los soldados se percataron que Flores Iruegas tenía varios tiros en el cuerpo y que aún tenía signos de vida, pero lo abandonaron a su suerte. Juan Guerrero Chapa fue consignado por la PGR y, tiempo después, recobró su libertad por falta de pruebas”.
A últimas fechas, Guerrero Chapa y su familia gozaban de todo tipo de lujos y residían en una privada exclusiva en Southlake; luego de la ejecución del presunto ‘narcoabogado’, su esposa e hijos están escondidos bajo resguardo policiaco.