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SANTIAGO DE COMPOSTELA, España, 25 de julio.- Anoche eran ya 80 los muertos (73 en los vagones y 7 en los hospitales) en el descarrilamiento del tren Alvia que había partido de Madrid-Chamartín a las tres de la tarde con 218 pasajeros más la tripulación.
La cifra de víctimas mortales es provisional porque en hospitales de Santiago permanecen ingresados 33 pasajeros en estado crítico, cuatro de ellos niños, según informaron fuentes de la Consellería de Sanidade.
Rajoy, originario de Galicia, visitó el lugar en el que aterrizó el vagón que voló por los aires en el momento del accidente. Posteriormente, se trasladó al hospital compostelano en el que permanecen ingresados los heridos.
El tren tenía como destinos finales A Coruña (con llegada a las 21:14 horas) y Ferrol (a las 22:36). Pero a las 20:41, cuando sólo le quedaban cuatro kilómetros para llegar a la estación de Santiago, la locomotora y sus ocho vagones de pasajeros descarrilaron en la entrada de la curva conocida como de A Grandeira, en Angrois, un tramo con velocidad limitada a 80 kilómetros por hora en el que el Alvia entró a una velocidad muy superior: la caja negra recoge la voz del maquinista, Francisco José Garzón Amo, reconociendo que entró en la curva a 190 kilómetros por hora.
En otro momento, el maquinista preguntó por su móvil, lo que llamó la atención de los investigadores, que estudian analizar las últimas llamadas por si alguna hubiera distraído al conductor.
El Jefe de Gobierno español, Mariano Rajoy, anunció que se abrieron dos investigaciones para determinar las causas del descarrilamiento del tren. Una judicial y otra del Ministerio del Fomento.
Las primeras investigaciones apuntan a que el tren circulaba correctamente, a 200 kilómetros por hora, en el tramo recto inmediatamente anterior a la fatídica curva, en la que la limitación es de 80. Pero el convoy casi no moderó su velocidad, y entró en la curva a 190 por hora, a 110 km/h más de lo permitido en ese punto.
Los investigadores tendrán que descubrir por qué el maquinista monfortino, de 52 años, no redujo la velocidad. Si fue un error suyo o de la técnica.
Y eso es lo que intentarán saber los técnicos de la comisión de investigación de accidentes ferroviarios y los agentes de la Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía.
En medio del dolor de los familiares de los fallecidos, los equipos de emergencia anunciaron que concluyeron la búsqueda de más víctimas entre los restos del tren siniestrado.
Ayer habían sido identificados 67 cadáveres y a todos se les practicó la correspondiente autopsia. Los otros 13 cuerpos no han podido ser identificados y hoy se les harán pruebas complementarias para conseguir una identificación plena.
Si eso no fuese posible se analizarán muestras de ADN. Desde primera hora del día de ayer se tomaron muestras a los familiares por si fuesen necesarias.
Más de veinte médicos forenses de toda Galicia trabajan en las labores de identificación y de certificación de las muertes de las víctimas del accidente ferroviario. (Agencias)