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"A partir de las tres de la tarde, el área del parque Eulogio Rosado y sus inmediaciones, se vuelve un verdadero paraíso para el ambulantaje; la zona se convierte en una auténtica tierra de nadie. Esto es debido a la complacencia y pasividad de la policía municipal que poco o nada hace para evitar que los ambulantes llenen las calles de basura, invadan las banquetas, dificultando el paso a los transeuntes e inclusive se dediquen a ingerir bebidas embriagantes y a fumar marihuana", aseveraron numerosos comerciantes de la zona que solicitaron el anonimato ante el temor a represalias de parte de éstos o sus líderes.
Los comerciantes establecidos coincidieron que se preocupan por su seguridad con motivos fundados, toda vez que la mayoría de los ambulantes instalados en el área o son ex convictos o son gente de fuera dedicada a la venta de piratería, sustancias prohibidas (ante la tolerancia o complicidad de los agentes de la policía municipal) o a la charlatanería francamente, pues se dedican a la lectura de cartas, a los amarres espirituales y cuestiones esotéricas, que sólo sirven para abusar de la buena fe del público y timarlo.
De igual modo manifestaron criterios convergentes al asegurar que durante las administraciones de Ana Rosa Payán y Manuel Fuentes, el ambulantaje fue contenido y extirpado de las calles, retornando de manera paulatina en el periodo de César Bojórquez. Indicaron que los inspectores de la Subdirección de Mercados de la administración bojorquista, a cargo por cierto del actual diputado local, José Collado Soberanis, eran muy corruptos al igual que los supervisores, particularmente uno motejado como "el Barney", un individuo gordo, calvo y sin cuello, encargado de recoger los sobornos cobrados a los ambulantes.
Manifestaron que con el cambio de administración y el consecuente despido de la inmensa mayoría de los inspectores de mercados, la cosa ha cambiado, si bien todos expresaron que a partir de las tres de la tarde, que concluye el turno de los inspectores, se triplica facilmente el número de ambulantes, sin que haya nada ni nadie que pueda contenerlos.
Expresaron que los perjuicios más importantes que causa el ambulantaje son: que le quitan visibilidad a los negocios establecidos, generan mucha basura, molestan al turismo y dan mala imagen y en determinado momento, algunos de ellos consumen bebidas embriagantes y drogas y molestan a los transeúntes, especialmente a las damas e intimidan a los viandantes, pues muchos de ellos son personas con antecedentes penales.
Uno de los entrevistados, que solicitó reiteradamente el anonimato, ante la posibilidad de represalias de las actuales autoridades municipales, refirió que cuando Angélica Araujo Lara era candidata, le envió una carta enlistando la problemática generada por los vendedores ambulantes, a la que le respondieron que sería turnada para su análisis y tendría respuesta en cinco días, aunque ésta nunca llegó. Agregó que, a partir de la toma de posesión de Angélica, envió otra misiva, de la que no recibió acuse de recibo ni contestación.
En lo que todos coincidieron es en que tienen temor fundado a recibir represalias en sus negocios o personas de parte de los comerciantes ambulantes o sus líderes y en que a partir de las tres de la tarde, el parque Eulogio Rosado y la zona del mercado se vuelven tierra de nadie, lo que confirma que el ambulantaje y la corrupción en el área de mercados, son historia antigua y presente. GBF.