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Dos estrellas y media
Tal parece que Wes Craven nació en una tierra fantástica llamada "Nunca Jamás". No dudo que sea primo de Peter Pan, porque a sus 71 años el señor sigue en la adolescencia cinematográfica. Sus películas aún parecen trabajos amateurs de un chavo de 15 años. Es bueno que aún conserve su sentido lúdico a la hora de hacer películas. Pero su cine lleva casi 2 décadas avanzando en círculos, en desespero por complacer a la taquilla; y le ha funcionado.
"Scream 4" es uno de los grandes éxitos de la taquilla norteamericana. Una extenuante secuela del asesino de la máscara de fantasma, inspirada en el cuadro "El grito" de Edvard Munch, Con el elenco de siempre, encabezado por Neve Campbell como Sidney Prescott, Courtney Cox como la reportera Gale Weathers y David Arquette como el Sheriff.
La fórmula no ofrece nada nuevo: un asesino disfrazado que va por todo el metraje acuchillando a adolescentes, intentando llegar hasta la señorita Campbell, para luego ser detenido y desenmascarado. Y no es que les cuente la película, pero si ya han visto por lo menos una ya saben exactamente cual es la estrategia a seguir. Por supuesto no puede faltar la policía que se mueve a la velocidad de una tortuga sedada y llega siempre 1 hora después de que el asesino escapó. El típico slasher ochentero pero actualizado a la nueva era, con Youtube y Facebook incluidos.
Pero existe un destello en medio de tanto convencionalismo, algo brilla en el fondo de esta película y no es el reflejo del cuchillo que usa "Gosthface". Es su capacidad autocrítica. Es la valentía de Wes Craven para burlarse de él mismo. Este elemento es el que levanta a "Scream 4" aunque sea por breves instantes.
Hay 2 momentos dignos de aplaudirse en esta trillada trama. 1 La secuencia de apertura —por favor no lleguen tarde al cine y véanla desde el inicio—, ese entramado de escenas que va jugando con el metadiscurso y con el que Craven va auto-parodiándose es magistral. Vaya forma de iniciar una película de terror que raya en la comedia involuntaria a causa de tanto abuso de clichés. Casi toda la saga de "Scream" tiene esa chispa de gozo al no tomarse tan en serio. Quizá es eso lo que le ha dado éxito entre la audiencia juvenil.
El segundo instante de gloria para "Scream 4" es la develación del asesino. No puedo revelarles la sorpresa, pero sí puedo decirles que es el mejor homicida oculto de toda la saga. Sus motivaciones son una burla oportuna a la obsesión por la celebridad creada a través de los medios de comunicación y el Internet.
Pero en sus últimos minutos el director regresa al esquema, a lo obvio. Lo que pudo ser un final grandioso, se termina resolviendo en algo simple, burdo y predecible. Es una pena que "Scream 4" desaproveche sus mejores atributos. La franquicia se rehúsa a salir de sus complacencias y Wes Craven sigue siendo el director de "Nunca Jamás".
Lo mejor: su secuencia de apertura y su clímax.
Lo peor: su desarrollo y su conclusión (casi nada!!!).