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Los actos masivos efectuados en días recientes en nuestra blanca Mérida, nuestra Emérita amada, nos hacen pensar en los actos circenses orquestados por nuestro actual desgobierno, gracias a la ignorancia y a la pobreza que nos tienen sumidos en una humillante necesidad perenne y que, por mendrugos, nos manipulan a su soberbios antojo.
Cantantes, actores y artistas de fama mundial nos visitan auspiciados por la mandante "líder moral" (¿?), como parte de su circo para nuestro sufrido pueblo. ¿Quién paga estos actos?. Por supuesto, tú amigo lector, yo, nosotros vía impuestos (muy impuestos).
Nuestro pueblo hambriento de pan y cultura es peón del ajedrez político, en donde es el eternamente sacrificado para salvar al rey-gobierno.
«Panem et circenses» es una locución latina peyorativa de uso actual que describe la práctica de un gobierno que, para mantener tranquila a la población u ocultar hechos controvertidos, provee a las masas de alimento y entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas, que tan buenos frutos reditúan, sobre todo en las épocas electorales... Un voto es igual a una torta, nefasta ecuación.
Esta frase se origina en Roma en la Sátira X del poeta Romano Juvenal (cerca 100 AD ). En su contexto, la frase en Latín panis et circenses («pan y juegos del circo») es dada como la última atención del pueblo romano, que había olvidado su derecho de nacimiento al involucrarse en la política. Juvenal muestra su desprecio por la decadencia de sus contemporáneos romanos. Los políticos romanos visualizaron un plan en 140 A.C. para ganar los votos de los pobres; al regalar comida barata y entretenimiento, los políticos decidieron que esta política de "pan y circo" sería la forma más efectiva de subir al poder.
En su origen describía la costumbre de los emperadores romanos de regalar trigo y entradas para los juegos circenses (carreras de carretas y otros) como forma de mantener al pueblo distraído de la política.
Julio César mandaba distribuir el trigo gratuitamente, o venderlo muy barato, a los más pobres, unos 200.000 beneficiarios. Tres siglos más tarde, Aureliano continuaría la costumbre repartiendo a 300.000 personas dos panes gratuitos por día.
La vieja fórmula de los emperadores más corruptos del Imperio Romano sigue teniendo vigor merced a nuestra "democracia" imperante. Basta un poco de pan y mucho circo, mucho espectáculo, cuanto más degradante mejor, para contentar a la plebe y que no se amotine. "Los esclavos no tienen derechos y la nobleza vive con un lujo insultante" .
Para que un pueblo sea digno y dueño de sus propios destinos, debe ejercitar la virtud en grado sumo. Familia, trabajo, religión, orden y ley, son los factores consustanciales a una sociedad bien constituida. Pero aquí llevamos siglos de degradación constante. Uno de los efectos maléficos del sufragio universal es que los políticos prometen tentaciones y vicios bajo el señuelo de libertad y justicia, cuando la sociedad no está capacitada -menos aún politizada, pues no le interesa a la clase política tener un pueblo instruido ni bien alimentado - para vivir en una auténtica democracia ... Qué pena ¿no?,
Diez personas que se manifiestan libremente valen por mil que no lo hacen, por temor, comodidad, etc. En cambio, diez personas que son acarreadas, no representan a nadie, ni a si mismas.
Mayo de 2011.
Vina Grillo.