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1. Alcahuetes azul-añil. La "Marcha a favor de la Transparencia en Yucatán" que organizan ocho agrupaciones civiles y que ha sido también publicitada como la "Marcha T", busca exhibir la falta de transparencia del gobierno del estado de Yucatán, caracterizado precisamente por su turbiedad en el manejo de los recursos y la información pública. Pero si los promotores de la marcha realmente quieren tocar la médula de la opacidad yucateca, no podrán dejar de lado a un actor principal: el Instituto Estatal de Acceso a la Información Pública. En el INAIP, órgano "independiente" que "vigila" a los gobiernos, colocó la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, desde los primeros días de su gobierno, a Ana Rosa Payán Cervera, invaluable aliada para derrotar al PAN en 2007. El INAIP no sólo fue un premio para la contadora Payán, sino que fue pieza estratégica para evitar desnudar la caída estrepitosa que desde el primer año de gobierno de Ivonne, se observó en los indicadores que hacen calificadoras nacionales de los índices de transparencia. El INAIP hizo como que esa caída no existió. Pero las evidencias estaban ya disponibles desde 2008 para quien las hubiese querido ver. En lugar de ello el Instituto se ha dedicado hacer reconvenciones irrelevantes a algunos municipios. Al ejecutivo estatal no se le toca ni con el pétalo de una Rosa payanista.
2. Papel de baño "Pétalo". En el amarre anti-Xavierano de 2007, Ana Rosa pidió a la gobernadora Ivonne que varios ex panistas miembros de su equipo cercano fuesen instalados en diversas dependencias del gobierno, cosa que Ortega Pacheco le cumplió sin chistar. Uno de los más notables es Luis Aldana Burgos. Entonces el ex blanquiazul fue nombrado Director nada menos que del Instituto Estatal de Combate a la Corrupción (INECO). Desde ahí, Aldana Burgos (igualito que Ana Rosa desde el INAIP) ha sido el teflón en que resbalan una y otra vez las denuncias que se han presentado del saqueo inédito de los recursos estatales de Yucatán. Una mínima investigación de Aldana bastaría para poner en capilla, por ejemplo, a un puñadito de la pléyade de "facturadores fantasmas" que se denuncian con sólidas pruebas documentales desde hace meses en la prensa. Insistimos: si los organizadores de la "Marcha T" quieren verdaderamente poner el dedo en la llaga, tienen que hurgar en el INAIP y en el INECO, y señalar también al sistema azul-añil anarrosista de encubrimiento a la corrupción.
3. El cristal con que se mira. El problema de los medios, es que muchas veces no buscan genuinamente la verdad. Muchas veces buscamos construir "nuestra" verdad, aunque esta distorsione la única y pelona realidad. El fenómeno de Pedro Cabrera Quijano es un ejemplo de ese surrealismo. Cabrera fue puesto a la cabeza de la Fundación Produce por caros designios de la gobernadora de Yucatán. Durante casi tres años Cabrera utilizó la Fundación —cuyo loable propósito debe favorecer el desarrollo tecnológico y la investigación a favor de las actividades agropecuarias— como un instrumento de propaganda que ensalzaba casi sin recato a Ivonne Ortega y luego a Angélica Araujo. En resumen, Pedro fungió como un eficaz instrumento de propaganda del "nuevo" PRI yucateco. La columna periodística de Cabrera Quijano en un periódico local reflejaba esta subordinación política de manera muy evidente. Ahora todo es distinto.
4. Pedro "El malo". En algún momento y por algún motivo aún no revelado, algo se rompió. Ahora Pedro solo ve corrupción y desaseo en el gobierno de Ortega Pacheco al que tanto galanteó. Por rebelarse, ahora está recibiendo represalias. Atropellos, sin duda, provenientes de un régimen al cual él hace apenas unos meses aplaudió, promovió y contribuyó a fortalecer. Pero más allá de ello: ¿qué fue lo que le hizo cambiar tan tremendamente de opinión?... Porque sin duda los mismos atropellos ya existían y se cometían contra otros, pero no eran vistos por los ojos de Cabrera ni por sus ampulosos editoriales. Ahora que Cabrera Quijano es para algunos casi un héroe de película, ¿no sería bueno investigar los verdaderos motivos de su viraje? Buena materia si se quiere hacer periodismo del que busca la verdad y no solamente la adereza [la verdad] convenientemente.
5. Pedro el "bueno". Y en aras de ser objetivos, Cabrera Quijano ahora sufre de arbitrariedades. Está padeciendo un ilegal y arbitrario golpe de estado del grupo de políticos a quienes él mismo ayudó a encumbrar. Está atenido a las consecuencias de no haber sido solidario previamente con la sociedad en general, con la que ahora sí, tardíamente, se identifica. Lo que es incomprensible y es algo que tendrá que ser explicado, es la actitud incongruente con la legalidad del delegado de SAGARPA, el panista Gerardo Escaroz Soler. Aunque aparentemente nunca Pedro Cabrera fue santo de su devocionario, no es explicable que la delegación federal de SAGARPA en Yucatán dé su aval a los golpistas (encabezados por el porcicultor Ramayo Navarrete, enviado a su vez por Alejandro Menéndez, secretario de Fomento Agropecuario y el gobierno del estado) para defenestrar contra la ley a Pedro Cabrera Quijano. Los motivos de Escaroz: ¿personales? No se vale tampoco. Al pan, pan y al vino, vino.
6. Rectificación. De círculos cercanos al presidente de la Cámara de Diputados, el diputado federal Jorge Carlos Ramírez Marín, se supo que la casa que adquirió en la colonia Campestre fue comprada parcialmente con un crédito de Banorte. La casa fue adquirida a la familia Gené con dicho empréstito. También se había especulado de la adquisición de una casa propiedad de la familia Roche en el rumbo de la parroquia de Nuestra Señora de Líbano, residencia que no fue comprada finalmente por Ramírez Marín.
7. Campanadas oraculinas. Escándalo nacional ha sido la falta de certificación de Yucatán en las famosas "pruebas de confianza", a las que, según el "Pacto por la Seguridad Nacional", debían someterse los mandos de las policías y procuradurías de todo el país. Vanos han sido los intentos de la gobernadora y de Vitocho, y del Fiscal yucateco, para explicar lo que no tiene perdón: una intencionada falta de cumplimiento de compromisos contraídos ante la sociedad mexicana para mejorar y depurar nuestras policías. Yucatán se dio un quemón nacional al tener "cero" de su personal sometido a estas pruebas de confianza para despejar las dudas de si nuestra seguridad está en buenas manos. Hace unas semanas en este mismo espacio anticipamos que ocurriría, y ahora pena ajena dimos como estado: Yucatán fue exhibido entre las 4 entidades con menos cumplimiento. El oráculo esta vez no falló. A veces le atinamos.