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Mérida, Yucatán, 25 de mayo de 2011.- Mantener una alimentación saludable antes, durante y después del embarazo es fundamental para la madre y para el nuevo ser, ya que en esta etapa de la mujer, los nutrientes que tiene el cuerpo son absorbidos por la nueva vida que está en desarrollo, luego vendrá la lactancia.
El IMSS Yucatán otorga al año más de nueve mil consultas de supervisiones de embarazo en especialidades a jóvenes de 14 años de edad hasta mujeres de más de 40 años.
La Coordinación de Nutrición de la Delegación Estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Yucatán, indicó que es importante la buena nutrición durante todas las etapas de la vida; sin embargo cuando la mujer planee tener descendencia es recomendable cuidar la nutrición desde, por lo menos, tres meses antes del embarazo.
Y ya durante el embarazo, la madre debe cuidar la alimentación para que el bebé pueda desarrollarse de manera adecuada, consumir ácido fólico antes y durante el embarazo complementado con una dieta balanceada, disminuye el riesgo para complicaciones durante esta etapa en un 50 por ciento, además por las propiedades del mismo ó vitamina B9, ayuda a proteger al producto contra malformaciones congénitas.
La alimentación en una mujer embarazada se divide en tres fases trimestrales, ubicándola del primero al tercero, del cuarto al sexto y del séptimo al noveno mes, en donde cada uno cuenta con características propias al desarrollo del mismo. Así pues, es importante respetar el horario de las comidas dividiéndolas en cinco tiempos: el desayuno; al medio día un refrigerio; la comida, a media tarde un refrigerio ligero y por último la cena.
En la fase uno se recomienda consumir alimentos que tengan alto contenido en hierro y calcio, durante el segundo trimestre se aumenta el consumo de calorías recomendándose tomar dos vasos de leche al día y consumir verduras verdes balanceando la alimentación habitual, ya que se requiere un aumento de 250 calorías en esta etapa, durante la tercera fase es importante que se consuma más carne, verduras, cereales (tortillas, pan blanco, arroz, papa, frijoles), huevo, pollo y pescado, por mencionar algunos.
Además la Coordinación de Nutrición recomienda realizar caminatas, ya que la última etapa del embarazo empieza con hinchazón en los pies. En ocasiones el aumento de peso es superior al ideal: máximo 12 kilos.
Por ello, es recomendable evitar el consumo de embutidos como el jamón, salchicha y mortadela, los cuales tienen alto contenido de sal, lo que puede provocar hipertensión y complicar el embarazo.
La atención médica que brinda el Instituto a la mujer embarazada es complementada con los Consultorios de Nutrición, en donde se lleva un seguimiento conjunto de control de peso y presión arterial; se establece una dieta de acuerdo al estado anímico y mes de gestación, para garantizar un embarazo sano y, por consecuencia, un bebé saludable. Boletín de la delegación del IMSS en Yucatán.