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KATMANDÚ, Nepal.- Un niño nepalí de 5 años, adorado por muchos como un dios, se sienta con las piernas cruzadas y un osito de peluche en su casa de ladrillo y cemento de Katmandú.
Sambeg Shakya fue aclamado el año pasado por monjes budistas como Ganesh, o el dios de la buena suerte, y desde entonces ha dirigido varias procesiones de los famosos "dioses vivientes" de Nepal, también conocidos como Kumari.
El miércoles, Sambeg, con sus ojos pintados con kohl negro y un vestido bordado en oro, desfiló al frente de nueve niñas pequeñas con otra chica que se cree es la encarnación de Taleju, la diosa del poder.
Sambeg Shakya fue identificado como la reencarnación del dios de la buena suerte por sacerdotes budistas. Desde ese día, su ritmo de vida cambió drásticamente.
El fotógrafo de Reuters, nepalí él, comentó después del reportaje: 'Vi las dos caras de Sambeg Shakya: con corona y sin ella. Y, en el fondo, prefiero a Sambeg Shakya que al dios vivo.
El centenario ritual, en el pasado utilizado por reyes hoy destronados que pensaban que les haría más fuertes, fue el clímax del festival anual hindú de Dasain, que dura dos semanas y se ha convertido en una importante atracción turística en Nepal.
Sambeg seguirá con su papel hasta que sea lo suficientemente mayor para entrar en un carro tirado por hombres, después de lo cual deberá volver a su vida real.
"Quiero ser médico", dijo a Reuters Sambeg, con el pelo largo recogido en un moño en la parte superior de la cabeza y una pluma de pavo real plantada en él.
Actualmente cursa el grado uno, el primero de los diez años de escuela.
Los 63 dólares del gobierno son insuficientes para el vestuario de Sambeg, que debe ser rojo y dorado. Durante el festival, centenares de personas peregrinaron a su casa, convertida en santuario, para recibir la bendición del minidios imperturbable.
Ganesh, el dios elefante.
Su padre, Bishwo Prakashm, dijo que su familia ayudará al niño en los estudios que elija.
"Es muy brillante y bueno aprendiendo. No se olvida de lo que se dice una sola vez", dijo Prakash. "Me hace muy feliz que mi hijo tenga este papel divino", añadió.
Prakash dijo que a su hijo le gustan los cereales, las galletas, la carne de cabra y de búfalo, pero no come ni pollo ni huevos.
El gobierno paga 63 dólares al mes para satisfacer las necesidades de Sambeg, pero su familia dice que ese dinero no es suficiente.
"El gobierno debe aumentar las asignaciones para cubrir los gastos de manutención y educación del niño, quien representa un importante papel cultural", dijo Prakash.