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El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, anunció ayer que las autoridades norteamericanas han abortado un complot dirigido por facciones del Gobierno iraní para asesinar al embajador de Arabia Saudí en Washington, Adel al Jubeir. Holder anunció que consideraba a Teherán responsable del plan y no descartó sanciones contra el régimen de los ayatolás. Teherán calificó la acusación de "fabricación" propia de EE. UU., "algo que ya ha hecho con anterioridad".
Los detalles ofrecidos ayer por el Departamento de Justicia y el FBI, como reconoció Robert Mueller, director de la agencia federal, parecen sacados de un guión de Hollywood. "Sin embargo, pusieron en riesgo la vida de personas inocentes", dijo Mueller. El complot implicaba a cuatro países: Arabia Saudí y Estados Unidos, como víctimas; Irán como perpetrador y México con el telón de fondo del narcotráfico, ya que los presuntos terroristas recurrieron a los carteles de la droga para contratar a sicarios que acabaran con la vida del diplomático.
El gobierno de Barack Obama acusó ayer a Irán de estar detrás de un complot terrorista desmantelado que pretendía asesinar a Adel al Jubeir, embajador saudí en Washington (en la foto), además de atacar las embajadas de Arabia Saudí e Israel en la capital de Estados Unidos.
Los dos presuntos conspiradores fueron identificados como Gholam Shajuri, quien se encuentra en paradero desconocido, y Mansor Arbabsiar (en la imagen), ambos de nacionalidad iraní, aunque el segundo había obtenido también la estadounidense y residía en Nueva York, donde fue detenido el pasado 29 de septiembre, tras ser devuelto por las autoridades mexicanas.
Según la denuncia presentada en un tribunal de Nueva York, los conspiradores son dos ciudadanos iraníes, Mansur Arbabsiar -de 56 años y naturalizado norteamericano- y Gholam Shakuri, miembro del grupo Fuerzas de Al Quds, rama de la poderosa Guardia Revolucionaria iraní. Arbabsiar está detenido en Nueva York desde el pasado 29 de septiembre -y al parecer colabora con las autoridades estadounidenses desde entonces-, mientras que Shakuri permanece fugitivo en Irán.
Para la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, el plan iraní "cruza una línea" en el patrocinio iraní del terrorismo y aísla todavía más a la república islámica. "Se ha cruzado una línea de la que se tendrá que responder. Se ha creado una situación que aísla más a Irán y que suscita la cuestión de cuáles son sus intenciones no solo en EE. UU. sino también en México", puntualizó la secretaria de Estado. Clinton confirmó que tanto el presidente Barack Obama, que desde junio estaba al corriente de los hechos, como ella misma han llamado a varios líderes internacionales para informarles.
La trama fue desbaratada tanto por el FBI como por la Agencia contra la Droga (DEA, en sus siglas en inglés), ya que uno de los implicados intentó contratar los servicios de un cartel de la droga mexicano para atentar contra Al Jubeir, previsiblemente en un restaurante de Washington.
En la querella se recoge que Arbabsiar -que comparecerá ante un juez el próximo día 25- aseguró a los hombres que pretendía contratar que lo más importante era acabar con la vida del embajador a cualquier precio, incluso aunque el ataque supusiera la muerte de otras personas.
El secretario de Justicia, Eric Holder, explicó en rueda de prensa los pormenores de la llamada operación Coalición Roja, que confirmó una grave acusación contra el régimen islamista de Irán, al denunciar que el gobierno de Mahmud Ahmadineyad pagó 1.5 millones de dólares para que ciudadanos iraníes perpetraran el atentado.
El FBI bautizó la operación como Coalición Roja. Las pesquisas comenzaron en mayo, cuando Arbabsiar intentó contactar con el cartel mexicano de Los Zetas. En una reunión en Corpus Christi (Texas), Arbabsiar pidió a alguien que en realidad era un informante de la Agencia Antidroga ayuda para contactar con el cartel mexicano. Posteriormente, se reunió con otros agentes encubiertos de la DEA a los que dijo que actuaba al dictado de "altos cargos del Gobierno iraní". El encuentro tuvo lugar en México, en la localidad de Reynosa. Los agentes de la DEA se hicieron pasar por miembros de Los Zetas. Arbabsiar les dijo que un primo suyo era un alto funcionario en Teherán. El FBI cree que Arbabsiar está relacionado con oficiales de la Guardia Revolucionaria iraní.
El director del FBI, Robert Muller, resumió lo ocurrido señalando que “los individuos de un país trataron de conspirar con un cártel de tráfico de drogas de otro país para asesinar a un ciudadano extranjero en suelo estadounidense. Y aunque se lee como las páginas de un guión de Hollywood, el impacto habría sido muy real y muchas vidas se hubieran perdido”.
Crucial la ayuda del gobierno de México para hacer abortar el complot internacional
En México, el hoy detenido ofreció 1.5 millones de dólares por el asesinato, y reveló otros planes, como la colocación de bombas en las embajadas de Arabia Saudí e Israel en Washington y, también, en Buenos Aires. El 1 y el 9 de agosto, Arbabsiar hizo dos pagos de 49,960 dólares a dos cuentas utilizadas en realidad por el FBI. En esas fechas ya había viajado a Irán. Intentó regresar a México el 28 de septiembre para cerrar el trato. Las autoridades mexicanas le denegaron la entrada y le pusieron en un avión rumbo a Nueva York, donde fue arrestado.
Mueller destacó la activa participación de México en el desmantelamiento de la trama y subrayó que este caso ilustra “que vivimos en un mundo donde las fronteras y los límites son cada vez más irrelevantes".
"La interrupción de esta presunta trama marca un logro significativo de la aplicación de la ley y las agencias de inteligencia, así como la estrecha colaboración de nuestros socios en el Gobierno mexicano”, dijo Muller.
Sobre esta colaboración, Julián Ventura, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), informó que el pasado 28 de septiembre el Instituto Nacional de Inmigración (INM) identificó al viajero Arbabsiar cuando intentaba ingresar al país, por lo que se informó de la detención a las autoridades estadounidenses y se procedió a su devolución al aeropuerto JFK de Nueva York, desde donde el presunto terrorista tomó el vuelo con destino a México.
“El nacional estadunidense Mansor Arbabsiar contaba con una orden de arresto girada por una Corte de Estados Unidos, acusado de delitos graves”, declaró Ventura. El funcionario de la SRE también se felicitó porque “se logró neutralizar un riesgo relevante para la Seguridad Nacional de México” y se confirmo que el país “cuenta con mecanismos y procedimientos adecuados para anticipar y prevenir la presencia en nuestro territorio de individuos lesivos para la seguridad e intereses nacionales.