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La ex primera ministra ucraniana y líder de la Revolución Naranja de 2004, Julia Timoshenko, ha sido condenada a siete años de prisión, la máxima pena que había solicitado la Fiscalía. El fallo ha sido hecho público por el juzgado del distrito Pechora de Kiev, cuya sesión ha retransmitido la televisión. Poco antes, el juez, Rodión Kiríyev, la había declarado culpable del delito de 'abuso de poder' por firmar con Rusia en 2009 un acuerdo para la adquisición de gas considerado lesivo para los intereses de Ucrania.
Según el juez, el acuerdo firmado con Moscú para el suministro de gas ocasionó pérdidas por valor de 1500 millones de grivnas (unos 184 millones de dólares) a la compañía nacional Naftogaz. El Gobierno del país, por su parte, sostiene que el cumplimiento del actual convenio con Rusia supondrá pérdidas aún mayores. Las cuantifica en unos 77 mil millones de dólares en los 10 años de duración del contrato.
La acusación contra Timoshenko, en prisión preventiva desde agosto pasado, se basa en que las actuales autoridades del país consideran oneroso para los intereses nacionales el acuerdo gasístico firmado en 2009 con Rusia que podría suponer la pérdida de casi 80,000 millones de dólares en sus diez años de vigencia.
Timoshenko afirmó que la decisión adoptada este martes por la Justicia ucraniana 'no cambiará nada en mi vida ni en mi lucha'. Según sus palabras, 'el que ha realmente ha escrito la sentencia ha sido Víctor Yanukóvich', el actual presidente de Ucrania.
Cientos de seguidores de la 'dama naranja' se han congregado frente al edificio del tribunal. Llegaron incluso a cortar el tráfico en la céntrica avenida Kreschátik, pero fueron disueltos por unidades especiales de la Policía.
Había mucha tensión a las puertas del Tribunal donde Timoshenko escuchaba su veredicto. Los partidarios de la ex primera ministra, al menos 2000, han cortado brevemente la calle y han sido desalojados por la policía que ha desplegado a 500 agentes antidisturbios.
Timoshenko lleva en prisión preventiva desde el pasado 5 de agosto, cuando fue acusada de desacato al juez. Se negó a ponerse de pie y le llamó 'marioneta'. La ex jefa del Gobierno cree que todo se trata de un montaje de Yanukóvich para acabar con todo atisbo de oposición, copiando el modelo ruso y tratando de neutralizar su partido Batkívshina (Patria) de cara a las legislativas del año que viene. Yanukóvich ganó a Timoshenko por muy escaso margen (3.5 puntos porcentuales) en las elecciones presidenciales del año pasado.
El actual proceso contra Timoshenko ha causado preocupación en la Unión Europea y también en Rusia, aunque por causas diferentes. En Moscú provoca indignación que se ponga en cuestión un contrato para el suministro de gas que Timoshenko firmó con el jefe del Gobierno ruso, Vladímir Putin, en enero de 2009, después de otra crisis que dejó sin suministro a muchos hogares europeos.