750 palabras
El forense encargado de realizar la autopsia de Michael Jackson insistió en tratar la muerte del "rey del pop" como un homicidio por una sobredosis causada por un error de su médico y no por el propio cantante. Christopher Rogers declaró en el juicio contra el doctor Conrad Murray en la Corte Superior del condado de Los Ángeles donde se exhibió una nueva fotografía del cuerpo sin vida del creador de "Thriller" y se constató que Jackson sufría de vitiligo (vitíligo), artritis y problemas de próstata y que tenía una costilla de más.
Murray, de 58 años, está acusado de homicidio involuntario por el fallecimiento del cantante y se enfrenta a una pena de hasta cuatro años de prisión si recibe una sentencia desfavorable por la muerte de Jackson, víctima de una intoxicación aguda de sedantes, en concreto del potente anestésico propofol.
Katherine, la mamá de Michael, abandonó la sala antes de que mostraran la foto del forense. A su vez, Paris, hija del rey del pop, reclamó al Dr. Murray no haber salvado a su padre.
Ha habido discrepancias en las declaraciones del médico Conrad Murray. Primero confesó haber administrado a Jackson Propofol o 'lechecita' -como ellos lo llamaban- durante los 30 días previos a su muerte. Sin embargo, cambió su declaración días después.
La última foto del cadáver de Michael Jackson.
Michael sigue vivo en la memoria de sus cientos de miles de fans.
Según el forense, el estado de salud de Michael Jackson estaba por encima de la media de los hombres de 50 años y no presentaba problemas cardíacos. La Fiscalía afirma que Murray cometió una "flagrante negligencia" que tuvo como efecto directo la muerte del cantante al administrarle los fármacos que acabaron con su vida y tratar de ocultar evidencias, mientras que la defensa argumenta que fue Jackson quien se tomó la dosis letal de medicamentos.
Los abogados de Murray califican a Jackson de adicto a los medicamentos e indican que el cantante aprovechó una ausencia de su doctor para autoadministrarse propofol. Rogers consideró poco probable que Jackson, que estaba bajo los efectos de sedantes, fuera capaz de aplicarse el fármaco en el lapso que el médico le dejó solo, y estima mucho más creíble que fuera un error de Murray lo que le causara el paro cardiorrespiratorio.
Rogers hizo la autopsia a Jackson y, durante su declaración, se apoyó en la foto del cuerpo del cantante. “Se veía delgado, pero no demacrado. Medía 1.74 metros y pesaba 61 kilos. No tenía bloqueos de grasa en sus arterias”.
Pero la declaración más importante del forense fue que no existe evidencia de que Michael se haya suministrado propofol. El argumento de los abogados de Murray es que Jackson se autoadministró la droga. Pero Rogers declaró: “Para que Jackson se haya administrado el propofol tendríamos que asumir que despertó y, estando bajo la influencia del propofol, se administró más. Entonces dejó de respirar. Y que ocurrió en dos minutos. Ese escenario es menos razonable."
“¿Menos razonable en comparación con qué?”, dijo el vicefiscal David Walgren. “Con que, para mantener al señor Jackson dormido, el doctor tendría que haberle dado un poco del analgésico cada hora, dos o tres cucharadas cada hora”, dijo Rogers.
Durante la sesión del martes se escuchó una grabación tomada en el interrogatorio de Conrad Murray en la que el médico contaba cómo consoló a los niños de Jackson tras certificarse su defunción y relataba que pensó que el "rey del pop" podía ser considerado legalmente ciego por unos problemas de visión que sufría.