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LOS CABOS, BCS, 20 de junio.- Barack Obama ha recibido de los líderes europeos con los que este martes se reunió en la cumbre del G20 garantías de que en los próximos días, probablemente en el próximo Consejo Europeo, anunciarán un plan global para atajar la crisis del euro que incluye medidas para la unificación fiscal y otras de estímulo al crecimiento económico, según se desprende de las declaraciones efectuadas por altos funcionarios norteamericanos en Los Cabos. El presidente norteamericano, de acuerdo a esas fuentes, escuchó detalles precisos de ese plan, que considera suficientemente vigoroso como para devolver de inmediato la tranquilidad a los mercados.
El presidente Felipe Calderón Hinojosa celebró hoy los resultados de la reunión Cumbre de Líderes del Grupo de los Veinte (G-20), con acuerdos que son útiles para la estabilidad económica del mundo y para la agenda del futuro y el bienestar de las personas.
Patricia Espinosa Cantellano, secretaria de Relaciones Exteriores, con Hillary Clinton, secretaria de Estado de EE. UU.
La reunión del presidente norteamericano con sus colegas de Alemania, Francia, Italia y España, a la que se sumó el del Reino Unido, aunque este país no pertenece a la zona euro, sucede a la que el lunes sostuvo a solas con la canciller alemana, Angela Merkel, y se enmarca en los esfuerzos de Obama por precipitar una enérgica reacción europea a la continua pérdida de confianza de los mercados en el futuro del euro.
Altos funcionarios estadounidenses han explicado que, en el curso de esas reuniones, los líderes europeos han prometido actuar en tres frentes simultáneamente: el diseño de un camino para la unión fiscal como complemento a la unión monetaria, el apoyo específico a los países más amenazados, como España e Italia, y la adopción de un proyecto de inversión para revitalizar la actividad económica y crear empleo.
Tal como explicó un alto funcionario norteamericano tras el encuentro de Obama con los europeos, “Alemania y el resto de los países europeos representados aquí entienden cómo de severo, cómo de serio es el reto en estos momentos, y saben que van a tener que hacer más”. “Lo que están haciendo”, añadió, “es desarrollar los elementos de una estrategia eficaz, y para que esa estrategia funcione, tiene que tener dos piezas centrales: crecimiento a corto plazo y medidas de austeridad a largo plazo”.
La misma fuente expresó su plena confianza en que los detalles de esas medidas se anunciarán en un plazo muy breve y que serán lo suficientemente claros y contundentes como para devolver la tranquilidad a los mercados. “El marco que están elaborando, tal como nos lo describen, supone una respuesta mucho más fuerte de lo que hemos visto hasta ahora”, dijo.
La subsecretaria del Tesoro, Lael Brainard, había comentado antes que el plan expuesto a EE UU por los gobernantes europeos consiste en “mayor integración, compartir riesgos bancarios, crear cortafuegos para ayudar a los países que están haciendo reformas y reconocer la importancia crítica de fomentar la demanda y la creación de empleo”.
Los funcionarios norteamericanos aseguran que Angela Merkel es consciente del grado de alarma que existe por el deterioro de la economía mundial y comparte en estos momentos la necesidad de actuar urgentemente a favor del crecimiento. “Hemos escuchado un compromiso (de parte de los alemanes) muy concreto para darle contenido (darle carne al hueso, según la expresión en inglés) de forma inmediata a las ideas que hemos venido discutiendo”, aseguraron las fuentes.
El Presidente de México se reunió con la primera ministra de Australia, Julia Gillard. Ambos líderes se congratularon por el nivel que ha alcanzado el diálogo político entre ambos países y acordaron fortalecer el comercio bilateral.
Ahí puede radicar la principal novedad de las propuestas que los europeos han transmitido al Presidente norteamericano: la posibilidad de que, finalmente, se haya conseguido armar un plan específico que incluye las inversiones reclamadas por el presidente francés,François Hollande, entre otros, ratificando al mismo tiempo la política promovida hasta ahora por Merkel y recogiendo algunas de sus exigencias, como la de la unificación fiscal.
Por razones de política doméstica, Obama está empujando desesperadamente a favor de ese compromiso, hasta el punto de aparecer excesivamente intervencionista. Algunos delegados europeos, empezando por el propio presidente de la Comisión, Jose Manuel Durao Barroso, han advertido en público que no han venido a Los Cabos a “escuchar lecciones de nadie sobre cómo manejar la economía europea”. La Casa Blanca hizo este martes un esfuerzo por aclarar que la actividad de Obama en este G20 no ha tenido el propósito de sustituir un proceso de decisión que le corresponde a los europeos.
Un aparte de Vladímir Putin y Santiago Piñera, presidentes de Rusia y de Chile, respectivamente.
El aumento en las aportaciones al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el rechazo a las prácticas proteccionistas fueron dos de los acuerdos más importantes de la Cumbre del Grupo de los 20.
El Plan de Acción de Los Cabos busca contribuir al crecimiento de la economía global y generar empleos, así como “llevar a cabo acciones para atender los riesgos más apremiantes, restaurar la confianza y dinamizar las economías”.
Con juegos pirotécnicos concluyó la Cumbre.
“Nuestro papel en este proceso es escucharles y ofrecer nuestra experiencia sobre los pasos que se pueden dar. Ahora estamos muy familiarizados con las diferentes posiciones existentes en Europa y creo que podemos ser capaces de contribuir de forma positiva, reconociendo que, finalmente, este es un reto europeo que tiene que ser resuelto por los europeos, con políticas europeas y recursos europeos”, ha manifestado que viceconsejero de Seguridad Nacional, Ben Rhodes. (EL PAÍS / PRESIDENCIA)