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MEXICO, Distrito Federal, 28 de julio.- La mayoría de las personas que son portadoras del virus de la hepatitis lo desconoce. La hepatitis viral se conoce como epidemia silenciosa porque la mayoría de las personas no se dan cuenta de que están infectadas. "El hecho de que muchas infecciones de hepatitis B y C ese produzcan en silencio, sin causar síntomas hasta que no hay daños graves en el hígado, apunta a la necesidad urgente de que el acceso universal a la inmunización, la detección, el diagnóstico y la terapia antiviral", señala Keiji Fukuda, director general adjunto para la Seguridad de la Salud y el Medio Ambiente de la OMS.
La complejidad de la enfermedad de la hepatitis radica en la existencia de diferentes tipos de virus. Hepatitis A y E son las infecciones transmitidas por los alimentos y por el agua, que causan millones de casos de enfermedad aguda cada año, a veces con varios meses necesarios para que una persona recupere completamente.
Por otro lado, la hepatitis B, C y D se transmiten por los fluidos corporales infectados como la sangre, por contacto sexual, de madre a hijo durante el parto, o equipos médicos contaminados. La hepatitis B y C tienen una mayor carga de salud en términos de muerte, ya que pueden causar una infección de por vida (llamada infección crónica), que puede conducir a la cirrosis hepática y el cáncer. De hecho, la hepatitis crónica es la causa principal de cirrosis hepática y cáncer.
Con motivo del Día Mundial contra la Hepatitis, celebrado el 28 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los gobiernos que tomen medidas para controlar los cinco virus que desarrolla la hepatitis, una enfermedad que provoca infecciones graves en el hígado y causa 1.4 millones de muertes cada año.
Pero también contribuye a la carga de las enfermedades crónicas. A nivel mundial, las infecciones por hepatitis B y C causan el 57 por ciento de los casos de cirrosis hepática y el 78% de los casos de primaria cáncer de hígado. Este año, el reclamo a los Gobierno viene sustentado en un informe, el primero de la organización, que muestra el mapa mundial de la enfermedad ya que analiza los datos de 126 países, en los que se han identificado los logros, así como las lagunas a nivel nacional en la aplicación de las áreas prioritarias para el control de la enfermedad.
Los resultados del citado documento muestran que el 37 por ciento de los países tienen estrategias nacionales para la hepatitis viral, pero incide en que se necesita más trabajo en el tratamiento de la hepatitis; también pone de relieve que, si bien la mayoría de los países (82%) han establecido programas de vigilancia de la hepatitis, sólo la mitad de ellos incluye el seguimiento de la hepatitis B y C crónicas, que son responsables de enfermedades y muertes más severas.
"Muchas de las medidas necesarias para evitar la propagación de la enfermedad de la hepatitis viral se pueden poner en marcha en este momento, y al hacerlo se compensarán los altos costes económicos del tratamiento y hospitalización de los pacientes en el futuro", explica Sylvie Briand, director Pandemias y Epidemias de la OMS.
Cuarenta y siete Estados miembro de la OMS, entre las que no se encuentra España, afirmaron tener una estrategia o plan nacional escrito que se centra exclusiva o principalmente en la prevención y control de enfermedades virales la hepatitis. Dieciocho de los 47 Estados miembro con una estrategia o plan de informó que se centra exclusivamente en la hepatitis viral, y 20 informó que se dirige a otras enfermedades también. Cinco países informaron que la estrategia o plan aborda sólo la hepatitis B y uno informó de que se refiere únicamente a la hepatitis C. Tres países informaron que la estrategia o plan aborda la hepatitis B y la hepatitis C. Asimismo, 37 países respondieron (28,6%) que tenían una unidad o departamento gubernamental responsable únicamente por la hepatitis viral relacionadas con las actividades.
Los retos que plantea la hepatitis fueron reconocidos oficialmente por la Asamblea Mundial de la Salud en el 2010, cuando adoptó su primera resolución sobre la hepatitis viral, y pidieron un enfoque integral para la prevención y el control. Esto ha promovido una nueva era de conciencia con mayor número de gobiernos que trabajan activamente para hacer frente a la enfermedad.
La OMS está elaborando nueva detección de la hepatitis C, la atención y las pautas de tratamiento, que proporcionará recomendaciones sobre siete áreas clave, tales como el ensayo de enfoques, intervenciones conductuales (reducción del alcohol), la evaluación no invasiva de la fibrosis hepática, y la selección de combinaciones de fármacos contra la hepatitis C.
"Los nuevos medicamentos más eficaces para prevenir la progresión de la hepatitis crónica B y C están a punto de ser lanzados. Sin embargo, serán caros y el tratamiento requerirá una vigilancia con sofisticadas pruebas de laboratorio. Para curar y reducir la propagación de estos virus, los medicamentos deben ser más accesible", afirma Stefan Wiktor, del equipo de la OMS Programa Global Hepatitis.
En este sentido, durante la VII Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Patogénesis, Tratamiento y Prevención del VIH (IAS 2013), que se celebró a principios de julio en Kuala Lumpur (Malasia), se denunció que, aunque en un futuro podrá ser posible curar la hepatitis C con una terapia combinada de dos antivirales de acción directa y ribavirina administrada durante 12 semanas, con un coste de entre 100 y 200 dólares, todavía hay que esperar a que expiren las patentes de los medicamentos de marca y se fabriquen los correspondientes medicamentos genéricos.
Los expertos señalaron que una de las principales barreras que dificultan el acceso al tratamiento de la hepatitis C es su coste elevado. Por ejemplo, el precio actual en España de la terapia triple basada en interferón pegilado, ribavirina y uno de los dos primeros inhibidores de la proteasa del virus de la hepatitis C (VHC) administrada durante 48 semanas oscila entre unos 35.000 euros para un régimen que contenga telaprevir (Incivo®) y unos 42,000 euros para uno que incluya boceprevir (Victrelis®).
Como consecuencia del coste elevado, es muy probable que los importantes avances y mejoras que están teniendo lugar en el campo del tratamiento de la hepatitis C queden lejos del alcance de muchos pacientes. En la India, por ejemplo, se calcula que alrededor de 18 millones de personas tienen hepatitis C, y en Indonesia, nueve millones de personas podrían estar afectadas. Con los precios actuales difícilmente los pacientes de ambos países van a poder beneficiarse de un tratamiento curativo. (ABC)