1039 palabras
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, se reunió el viernes con la líder opositora birmana y premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi. El encuentro entre ambas mujeres, dos de las personalidades más destacadas de la política mundial, es el signo más evidente de la reciente apertura de Myanmar (nombre oficial) tras décadas de represión y aislamiento internacional por culpa de su dictadura militar.
Tras entrevistarse por la tarde con el presidente Thein Sein en 0 Comentarios, Clinton cenó con Aung San Suu Kyi en la residencia diplomática de Estados Unidos en Yangón (Rangún). Con un carácter más oficial, el encuentro se repitió durante la mañana del viernes en la mansión de la avenida de la Universidad donde 'La Dama' –como es popularmente conocida– pasó 15 de los últimos 22 años bajo arresto domiciliario por su defensa de la democracia en Birmania.
'Si seguimos avanzando, no habrá vuelta atrás en nuestro camino a la democracia', aseguró Aung San Suu Kyi.
El viaje de Clinton marca el deshielo de las relaciones entre EE.UU. y Birmania. 'El presidente Obama y yo misma estamos animados por los pasos que usted y su Gobierno han dado a favor de su pueblo', le dijo Clinton el jueves al presidente birmano, enterrando el aislamiento internacional que ha sufrido este país del Sureste Asiático por culpa de la dictadura militar que lo ha dirigido con puño de hierro desde 1962 hasta las elecciones del año pasado.
'Usted ha sido una inspiración, pero sé que siente que defiende a toda la gente de su país que merece los mismos derechos y libertades que se disfrutan en otras partes del mundo', le dijo Clinton a la conocida como 'Mandela de Asia'.
Aunque dichos comicios no fueron más que un teatro que sentó en el Gobierno a una camarilla de generales de la antigua Junta militar, desde entonces se ha producido una cierta apertura que es contemplada con buenos ojos por la Casa Blanca y el resto de la comunidad internacional. El propio presidente birmano, un general reconvertido en político reformista, anunció un 'nuevo capítulo en las relaciones' con Estados Unidos durante su encuentro con Clinton, que tuvo lugar en Naypyidaw, la alienante 'capital-búnker' donde sólo viven los funcionarios de los Ministerios, ciudad que fue construida en secreto en plena jungla para defenderse de un hipotético ataque del Pentágono.
A pesar del entusiasmo de Thein Sein, Washington no está dispuesto aún a levantar las sanciones contra Birmania a la espera de ver el grado de sus reformas políticas. 'Todavía no hemos llegado al momento de levantar las sanciones porque nos preocupa que la apertura sea interrumpida', señaló la secretaria de Estado norteamericana. De todas maneras, no cabe duda de que la visita de Clinton supone un hito para la diplomacia estadounidense porque ningún político de tan alto rango ponía los pies en este país desde el secretario de Estado John Foster Dulles, en 1955.
Aung San Suu Kyi se congratuló con el nuevo compromiso de EE.UU. con Birmania, que definió como 'cuidadoso y equilibrado', y confió en que éste sirva 'para que avance el proceso de democratización'.
'Espero que la visita de la secretaria Clinton abra el camino hacia una relación mejor porque estaría muy feliz de ver un mayor compromiso de EE.UU. con Birmania', señaló Aung San Suu Kyi, quien se presentará a las elecciones de los 48 escaños que quedan vacantes en el Parlamento, dominado por los militares. Aunque su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND), boicoteó los comicios celebrados en noviembre del año pasado poco antes de su liberación, ha vuelto a su papel activo en la política tras los 'atisbos de progreso' que, en palabras de Obama, ha traído el nuevo Gobierno. Además de relajar las restricciones que limitaban el uso de internet y permitir las manifestaciones y los sindicatos, el presidente Thein Sein incluso ha paralizado una impopular presa en el río Mekong que beneficiaba a su principal aliado, China.
A pesar de esta apertura, los grupos defensores de los derechos humanos denuncian que entre 500 y 1600 presos políticos podrían seguir pudriéndose entre rejas en Birmania, pese a que 6359 reclusos fueron liberados el mes pasado en una amnistía fruto de los nuevos tiempos. De ellos, se calcula que sólo 214 estaban en la cárcel por motivos ideológicos. Además de presionar por la mejora de los derechos humanos y el avance hacia la democracia, Hillary Clinton intenta conocer el estado del programa nuclear birmano, desarrollado en colaboración con ingenieros norcoreanos para saltarse las sanciones internacionales.
Otro punto de fricción serán las relaciones con China, que no contemplará con gusto este deshielo de las relaciones con EE.UU. por ser el principal aliado político y comercial de Birmania. En este sentido, el portavoz de la Cámara Baja del Parlamento birmano, el también antiguo general Shwe Mann, señaló ante un grupo de periodistas en Naypyidaw: 'Queremos tener lazos diplomáticos regulares con Washington, pero eso no significa que vayan a empeorar nuestras relaciones con China'.
La secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton ofreció el viernes 1.2 millones de dólares de ayuda a la sociedad civil de Birmania durante su visita.
En una conferencia de prensa realizada en Rangún al finalizar su visita a esta nación, largo tiempo aislada de la comunidad internacional, Clinton dijo que esta suma será destinada al microcrédito, la salud y la ayuda a las víctimas de las minas antipersonas.