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La juventud no fue hecha para el placer, sino para el heroísmo.El triunfo de Renán Barrera al constituirse en candidato a la alcaldía de Mérida, tras alzarse vencedor en la elección interna del Partido de Acción Nacional, demuestra que el panismo yucateco ha entendido la lección, aprendido de sus errores y se ha decidido a enmendar el rumbo.
¡Queremos un PAN joven! fue el clamor expresado por la militancia en las urnas, que fue capaz de discurrir que siempre que Acción Nacional se empeñaba en poner como aspirante a puestos de elección popular a candidatos de edad madura, estos eran invariablemente derrotados al enfrentarse a los jóvenes aspirantes priistas.
Lo anterior no porque las personas que postulaba el blanquiazul fueran malas o carecieran de talento, sino por simple percepción mediática. Nadie en su sano juicio se atreve a regatear capacidades ni virtudes a Xavier Abreu o Beatriz Zavala, pero lo cierto es que su imagen jamás fue capaz de prender entre la juventud de nuestra ciudad o nuestro estado.
La victoria de Renán Barrera pone de manifiesto que la militancia panista quiere candidatos con empuje, capaces de imprimir dinamismo a su actividad proselitista, con imagen fresca, con una visión innovadora, con ideas diferentes, con ánimo combativo, capaces de concertar compromisos al interior del partido y de despertar expectativas y entusiasmar a la ciudadanía, circunstancias que solo el ímpetu y el fuego de la juventud son capaces de imprimir.
Obra a favor de la ola blanquiazul la efervescencia del triunfo y sobre todo plantea a sus adversarios un escenario radicalmente más complicado, pues se encontrarán con un rival capaz de luchar al tú por tú con sus antagonistas e incluso con fortalezas que los otros no poseen.
Tal parece que los panistas yucatecos se decidieron por fin a abrir de par en par las ventanas y a dejar pasar vertiginosas y frescas ráfagas de viento, susceptibles de llevarse el pesimismo, los conflictos internos y la atmósfera de derrota que había capturado a los integrantes del partido que fundara Gómez Morín.
Igualmente el triunfo de Renán adquiere otras connotaciones, pues de alguna manera impactará lo que acontezca en la disputa por la candidatura a gobernador, que posee características parangonables a las que se presentaron en el caso de la nominación a la alcaldía de Mérida: primero porque Beatriz Zavala se amarró (y viceversa) a la imagen de Sofía Castro, a través de cantidad de eventos donde una y otra aparecieron juntas.
En segundo lugar, por las similitudes existentes entre la imagen de las y los aspirantes tanto a la alcaldía de esta capital, como a la gubernatura del estado: por un lado, dos damas de edad madura, de respetable continente, con trayectorias notables en el ámbito de la administración pública, siendo una ex secretaria de estado y senadora y ex diputada federal y ex delegada la otra y en el extremo opuesto, dos jóvenes capaces, con limpia trayectoria, con historial político ganador y sobre todo, susceptibles de aglutinar simpatías y de infundir esperanza a sus seguidores, arte que los abanderados de Acción Nacional habían olvidado a últimas fechas.
Es definitivo, Yucatán necesita de un PAN joven, de un partido capaz de volver a caminar las calles y mirar al ciudadano a los ojos, con la mirada libre de la sombra de confrontaciones intestinas, con el ánimo imbuido de ese fervor capaz de improvisar un mitin en el lugar menos pensado, con la sencillez suficiente para gastar suela, sudor y saliva y alternar de igual a igual con sus impulsores y prosélitos, sin que se sienta la distancia entre jefe y subordinado, con creatividad, con carisma, con ganas de hacer las cosas de una manera diferente, que si bien pueda concluir agotado la jornada cotidiana, repose y al otro día, retorne al ruedo como si tal cosa fuera insignificante.
Considero que Yucatán tiene motivos para la esperanza, pues el triunfo de Acción Nacional pasa por Mérida, que es casi la mitad del padrón de votantes y con Renán, la expectativa de victoria se encuentra razonablemente sustentada. Queda solamente aguardar a que las urnas ratifiquen esta tendencia favorable y ganadora, encarnada en Huacho Díaz Mena, para que los malos tiempos queden atrás y puedan iniciar los buenos días que todos impacientemente desde hace años esperamos.
Dios, Patria y Libertad
Guillermo de Jesús Barrera Fernández