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Sí, es verdad que es muy difícil que al despertar al niño y vestirlo para llevarlo a la escuela, el pequeño quiera desayunar, porque quizá no tenga hambre o quiera seguir durmiendo, pero se ha visto que todo es cuestión de hábitos; así que será cuestión de tiempo inculcar el hábito del desayuno y del horario del sueño, ya que ambos están relacionados, dio a conocer la Dra. Elizabeth Góngora Gutiérrez, licenciada en nutrición y encargada del área de cirugía y ortopedia del Hospital General "Ignacio García Téllez" del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Explicó que, el que los niños no desayunen antes de ir a la escuela, es algo con lo que luchan los nutriólogos, ya que tratan de generar ese hábito en los niños y en los adultos.
—El problema radica en que si los papás tampoco tienen ese hábito, menos van a inculcarlo a sus hijos.
Señaló que lo más común en los hogares es que todo se haga a las carreras, y que los niños, antes de ir a la escuela, tomen un vaso de leche y se les dé dinero para que compren lo que quieran: cosas como papitas o un refresco embotellado. Lo más importante para evitar que el niño consuma alimentos chatarras es supervisar el desayuno.
Señaló que lo más recomendable es empezar por determinar un horario de alimentos para el niño, dependiendo de la hora en que el menor entre a la escuela. Como, por ejemplo, que desayune a las 7 de la mañaña o antes; que almuerce al mediodía, y que cene a las 7 de la noche. Para evitar que el niño haga uso de las reservas de su cuerpo, puede comer cosas ligeras, como yoghurt, alrededor de las 10 de la mañana, y comer algo más cerca de las 4 de la tarde.
—Esto puede complementarse con un buen horario para dormir, que podría ser a partir de las 8 de la noche. También se recomienda que el niño se levante 30 o 45 minutos antes, para que tenga el tiempo necesario para poder desayunar. Es cierto que, la mayoría de las veces, no querrá comer algo, pero es cuestión de costumbre. Ademas, debe tenerse en cuenta que el desayuno debe hacerse sentado a la mesa; nada de comer algo mientras se le viste o en el coche. Hay que darle de 10 a 15 minutos, para que desayune adecuadamente.
Aunque sea difícil al principio, es posible crear en los niños pequeños el hábito del desayuno, señala especialista del IMSS.
Destacó que lo más importante para que el niño adopte el hábito del desayuno, es que los padres sean el ejemplo, especialmente para los niños de preescolar, que tienden a imitar lo que observan.
—A veces, en la familia no hay la fortuna de contar con los mismos horarios, pero se puede empezar, a lo mejor, los fines de semana, sentándose a desayunar con él. Todo es poco a poco.
En cuanto al mejor desayuno para un niño, comentó que para que se considere completo, debe incluir alimentos de los tres grupos: frutas o verduras; cereales o tubérculos, y los de origen animal y leguminosas. Por ejemplo, se le puede dar plátano, leche, cereal de caja u hojuelas de avena.
Indicó que, lo ideal, es calcular lo que el niño va a consumir en el dia, y dividirlo en cuatro o cinco comidas, especialmente si el menor desayuna muy temprano. Por ello hay que pensar en un refrigerio, como un yoghurt o una fruta. Hay que evitar que el niño vuelva a desayunar, y que en la escuela se compre empanadas o un refresco, porque entonces la cantidad de comida que debe ingerir ya se está duplicando.
A una pregunta, dijo que el desayuno tiene que ver con el rendimiento del niño en la escuela; muchos estudios demuestran que, cuando un niño desayuna, mejora su capacidad de memoria y de concentración. Esto se debe a que el desayuno rompe un tiempo de ayuno de aproximadamente ocho horas, tiempo en que el organismo no tuvo ningún aporte de nutrimentos.
—Si no rompemos ese ayuno y nos seguimos de largo, prácticamente el cuerpo comienza a trabajar con lo poco que tiene y empieza a utilizar las reservas. Al no dar alimentos al organismo, no hay una correcta oxigenación, lo que se refleja en niños que se están durmiendo en clase. Entonces, sí es muy importante en cuanto a rendimiento intelectual.
También se ha visto que, los niños que desayunan, tienen una mejor capacidad para captar aprendizajes nuevos y ser más creativos en la resolución de problemas.
Insistió en que el desayuno es básico en cualquier edad, pero en los niños, porque es un momento de mucho desarrollo, es fundamental.
Finalmente, recomendó que desde que el niño se integre a la dieta familiar, aproximadamente al año de edad, se le fijen horarios de sueño y de desayuno, ya que los niños muy pequeños que no van a la escuela, que duermen hasta tarde y se levantan muy tarde, se brincan el desayuno, lo que afecta su desarrollo. L.I.