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CANBERRA.- Julia Gillard, la primera ministra australiana, y el líder opositor Tony Abbott tuvieron que salir de un restaurante en Camberra, protegidos por sus guardespaldas, luego que activistas aborígenes protestaron frente a ellos.
Gillard y Abbott quedaron atrapados en el edificio durante unos 30 minutos luego que 200 activistas rodearon el restaurante, enfurecidos por declaraciones que horas antes dio el político liberal.
El incidente se produjo luego que Gillard y Abbott participaron en un acto oficial para conmemorar el Día Nacional que recuerda la llegada de los primeros británicos en 1788; para los indígenas, la fecha es el 'Día de la Invasión'.
Aunque ambos fueron escoltados por elementos de seguridad hacia sus respectivos automóviles, los manifestantes se acercaron peligrosamente a la primera ministra, quien en la carrera perdió un zapato, y a Abbott, que al final pudieron salir ilesos.
Los principales noticieros australianos mostraron las imágenes del incidente provocado por unas declaraciones atribuidas a Abbott, en las que proponía revisar algunas de las concesiones hechas a la comunidad aborigen australiana.
Los manifestantes aborígenes que golpeaban las ventanas del restaurante gritaban consignas contra el líder opositor acusándolo de "racista", reportó el diario The Australian.
El incidente ocurrió cerca de la llamada "embajada aborigen", establecida en 1972, enfrente del parlamento en Canberra, en protesta por la negativa del gobierno del entonces primer ministro MacMahon a reconocer los derechos ancestrales de los aborígenes sobre sus tierras.
La manifestante Kalara Gilbert señaló que los comentarios del político liberal irritaron a la comunidad nativa en Australia, "lo que dijo Abbott fue vergonzoso. Nuestros pueblos viven en condiciones terribles y este gobierno continúa haciéndose de la vista gorda".
Los activistas que permanecen en la sede de la embajada exigen que el gobierno firme un tratado de propiedad que les conceda a los aborígenes la soberanía de las tierras que reclaman como pertenecientes a sus pueblos.
Los indígenas australianos denuncian que la pérdida de sus tierras hace siglos ha tenido consecuencias devastadoras a nivel social y cultural para los aborígenes, y a pesar del veredicto favorable para recuperarlas, siguen sin devolverles gran parte de sus territorios.