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Hay muchas cosas pendientes en nuestro México, pero hay una muy delicada. Quizás no haya retrocedido, pero sí, se ha estancado. Estamos hablando de los berrinches post electorales. Pasan los años, se celebran elecciones por todos lados, y continuamos viendo que, a menos que la victoria del contrincante sea tremendamente grande, los que no alcanzan a ganar, continúan enojándose. Está bien que se enojen, pero que sea contra ellos mismos, no contra los procesos.
En el mundo actual, todo se ha fragmentado. Las opiniones con respecto a cualquier tipo de temas, ¡también se han fragmentado! Eso hace que los procesos electorales, en todos lados, tiendan a presentar resultados radicalmente divididos.
El político mexicano, sujeto a procesos electorales como parte intrínseca a su carrera por la vida, debe ya conocer y entender este importante concepto de "fragmentación de opiniones". Es bochornoso, realmente vergonzante, tener que tragarse los llantos y quejidos del político que pierde en un proceso que, por lo menos, tiene el mérito de que los votos se cuentan bien. Hemos dejado atrás esos años de los "juegos electorales", con procesos manipuladas "oficialmente". Quedamos algunos, vivos aún, que pasamos y sufrimos esos tiempos. Eran asquerosos.
Durante años toleramos el "dedazo" como única forma de seleccionar personas para puestos políticos. Es difícil y decepcionante, para muchos de nosotros, observar procesos internos de partidos políticos del tipo "candidaturas de unidad". Nos parece que son solo formas de esconder su incapacidad de lograr elecciones internas limpias. Saben que, tanto candidatos como seguidores, sufrirán ese odioso síndrome de "no aceptar derrotas", o de considerar toda derrota como "resultado de manos negras".
Es importante que el elector entienda la diferencia entre un proceso interno democrático, y un proceso "de unidad". La tal "unidad" no existe. Siempre habrá posturas e intereses en competencia. El proceso electoral, por lo menos teóricamente, debe servir para que los electores decidan. Los procesos "de unidad" son verdaderos dedazos disfrazados. Algunos de los políticos aceptan acuerdos; estos consisten en lanzar encuestas y atenerse a los resultados. El lanzamiento de encuestas puede ser válido, pero solo si los que están en la competencia son ampliamente conocidos.
"Calidad Cívica" es el ingrediente que le hace falta a nuestra sociedad. ¿A qué distancia en años estamos del nivel en que estaríamos todos orgullosos de ser mexicanos? Hacemos grandes esfuerzos por sentirnos contentos; racionalizamos y creamos poesía, pero —ni tan en el fondo— sabemos que nos falta mucho. Esforcémonos por continuar este proceso hacia la calidad cívica.