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Demi Moore ha sido hospitalizada por 'abuso de sustancias', pero en el ingreso quiere uno ver un mal de amores, que es intoxicación de costumbre más bien frecuente, entre famosas, y sin tratamiento infalible. Moore se ha pasado con la droga dura de la nostalgia postdivorcio, porque la dejó Ashton Kutcher, ese joven apolo, y eso resulta tan brutal como que Asthon te quiera.
'Demi está muy triste y constantemente envía mensajes a Asthon, pero él no le responde', contó una amiga de la actriz, quien sufrió meses de tensión por las infidelidades de Ashton Kutcher.
Ya le pasó a Madonna, que también ennovió con un titán que luego la dejó, con lo que se le murieron a la rubia muchas músicas. Sólo que Madonna enseguida se pone otro corpiño de vampiresa pop y a vivir la vida. Moore se ha puesto en observación de médicos, pero lo que necesita es otro Asthon. El Asthon perdido anda entretanto por ahí, haciendo coro en los jacuzzis con algunas macizas de paso, o bien gimnasia de alterne en las discotecas de Sao Paulo, donde es carnaval cada noche. Demi ha recaído en la mala vida, y Asthon también, sólo que él ha elegido la mala vida que es la buena, y encima en Brasil.
El mal de amores viene detallado en las biblias médicas y en los libros de poesía. Demi, la fina, tentadora y madura Moore, tuvo el amor de Kutcher, un guapo de estatua, y ahora la soledad le arde por dentro, que es lo que no sabemos si va a curar o no va a curar un menú variado de tranquilizantes.
Jennifer Aniston fue la esposa de Brad Pitt, pero hace siete años Angelina Jolie se coló en la vida del actor. Y en aquel momento Angelina y Jennfier se conviertieron en enemigas. Pero las aguas volvieron a su cauce cuando Jennifer conoció a su actual pareja, Justin Theroux. Parece que la actriz se tranquilizó y comprendió que Pitt se había enamorado verdaderamente de Jolie.
El mal de amores es padecimiento antiguo, y también existe el amor de mal. Ahí tenemos a Angelina Jolie, esa diabla con buena peluquería, que sabe de ambas cosas. Cuentan que Jennifer Aniston nunca se recuperó del adiós de Brad Pitt, y si seguimos por ahí llegamos hasta Marilyn Monroe, 'la típica chica que te encuentras muerta un día en su habitación, junto a un frasco de pastillas', según diagnóstico de la propia Marilyn, una experta en acertar con los hombres equivocados.
Pamela Anderson también ha logrado mucha especialidad en morirse de amor, sólo que ella enseguida se lo cura todo haciéndose otro tatuaje. Y en ir luego a las fiestas a enseñarlo. Pamela ha salido muy desabrochada de hombres, que es como decir que ha salido también muy desabrochada de tatuajes. Si nos fijamos, el mal de amores llega a cada rato, como los Oscar, y entre las afectadas nos salen desde Romy Schneider a Sandra Bullock, que tardó un siglo en pillar contento tras su separación de Jesse James. Al final no vamos a saber si lo bueno del amor es que dure.