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BISKEK, Kirguistán.- Más de mil reclusos en huelga de hambre se cosieron los labios en un macabro acto de protesta contra lo que describen como las condiciones deprimentes á las que se ven confinados.
Sin embargo, las autoridades atribuyeron la movilización a un intento de las pandillas por conservar el poder que ejercen en las cárceles.
Para los reos, coserse los labios es una forma extrema de llamar la atención.(Foto EP)
Kirguistán, que formó parte de la Unión Soviética, es hoy una nación pobre de 5.3 millones de habitantes y tiene una población carcelaria de 7 mil 600 presos.
Las prisiones se caracterizan por el hacinamiento y la transmisión de enfermedades, y no han escapado al alcance de los poderosos grupos del hampa que también amenazan la estabilidad del país, en que Estados Unidos tiene una base aérea importante.
Un reportero de The Associated Press al que se le permitió que visitara recientemente un centro de detención al que se lleva a individuos que serán sometidos a juicio vio que varios de ellos se habían cosido los labios.
Estos presos sólo se dejaron espacio suficiente para tomar líquidos pero no para el paso de alimentos. Algunos prisioneros se cosieron con hilo y otros con alambres.
Un hombre de 22 años, quien sólo se identificó como Yevgeny, dijo con dificultades a través de sus labios cosidos que estaba "sufriendo para que se haga justicia".
Sin embargo, el director del lugar, Mars Zhusupbekov, señaló que la protesta era una reacción a las acciones que él había emprendido para que haya justicia.
Zhusupbekov dijo que en diciembre fue nombrado director del centro de detención en la capital, Bishkek, y pronto se enteró que en el lugar se permitía el libre desplazamiento a un grupo de 23 reclusos que exigían dinero a otros reos.
"Los presos intimidados llamaban a sus parientes y les pedían que vendieran el apartamento o el coche que tuvieran y que transfirieran el dinero a determinada pandilla de la prisión", afirmó.