Una estrella

Por Federico Wilder

“Hecho en México” es un documental que intenta subsanar la imagen negativa de Televisa, y de paso la de nuestro país, ante la opinión pública. Especialmente por el manejo informativo de las pasadas elecciones presidenciales y los estallidos de violencia, producto del combate al crimen organizado.

No desdeño la iniciativa de ofrecer una visión distinta para aminorar los daños colaterales de la guerra contra el narco: disminución de la inversión extranjera y bajas en el sector turístico. En eso sentido, hay algo loable y hasta patriótico.

Sin embargo, “Hecho en México” carece de argumentos a la hora de sustentar una antítesis sólida. Se limita a ofrecernos un espectáculo frívolo, pueril, contradictorio y simplón. Por eso, al final, no convence a nadie y termina dándole la razón a los grupos opositores a la televisora de San Ángel.

Producida por Emilio Azcárraga Jean y dirigida por Duncan Bridgeman, la cinta tiene esa visión exótica y folclórica, propia de quien mira desde afuera. La fotografía es un amasijo de estilos, editada a manera de videoclip. Quizá la idea de montaje de video musical es lo que perjudica narrativamente a este documental. No existe una línea o un hilo conductor que vaya organizando la información. Únicamente, la narración de Daniel Giménez Cacho va haciendo esfuerzos por darle forma a este revoltijo musical de estética pop.

La idea de mosaico cultural es muy acertada al intentar definir a nuestra nación. En efecto, no existe un solo México -como muchos cree-, sino varios y muy diferentes no de otro. En ese sentido, “Hecho en México” tiene una lectura acertada.

En su detrimento está su contenido evasivo que ofrece una visión cándida de la realidad y cierra los ojos a lo evidente. La problemática social y política se banaliza, y todos nuestras complicaciones parecen resolverse con la magia de un “Sí se puede”.

Con este documental, Televisa intenta limpiar su imagen pública, que terminó maltrecha en los pasados comicios electorales. Para ello pone a cuadro sus estrellas más conocidas en el juego del izquierdismo light y de apariencia contestataria: Amanditita, Gloria Trevi, Diego Luna, Ponchito, Brozo, La Beba Galván, Elena Poniatowska, Bronco y Los Tucanes de Tijuana.

Lo mejor: la visión de un México multicultural que va encontrando identidad a través de la música popular.

Lo peor: cae en la superficialidad y acaba trivializando la problemática actual.