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Unidos por una buena causa, el Ayuntamiento de Mérida, a través del Instituto Municipal del Deporte, y empresas privadas participaron en la IV Carrera de Botargas 2012, evento que tuvo como fin reunir despensas para donar a 21 instituciones de beneficencia pública.
El alcalde Renán Barrera en la carrera de botargas
La diversión comenzó a las 9 de la mañana, en la avenida Carlos Torre Repetto, a un costado del Colegio Teresiano.
Las 21 botargas que participaron en la carrera pusieron la diversión desde antes de comenzar el evento. Niños que acudieron al lugar acompañados de sus papás se acercaron para tomarse foto con los personajes o sólo para saludarlos.
La tenue llovizna que bañó esa parte de la ciudad justo al inicio del evento, a las 9 de la mañana, no impidió que la gente se acercara para ver la carrera de botargas.
La diversión comenzó con una actividad de calentamiento o activación en la que participaron todas las botargas. No es común ver a un rey (de Burger King) bailando y brincando junto a un cerdito (Kekén), a una hormiga (Surpesa) o a una estrella (Carl´s Junior), el león Pumba (Harley Davidson). Incluso un santo, San Marcelino de Champagnat (Univerisdad Marista) se sumó a la diversión.
Ahí estuvieron también personajes ya muy conocidos de diversas empresas, como Globito y Bizcochito, de la Galletera Dondé, el halcón del Rogers, Ceramatín de Ceramat, El Charrito, de Botanas La Lupita, el pollito de Campi, el despachador de Lodemored, Dragui, de Papelería Farah, además de las botargas de Grupo Nicxa y Bepensa,.
Brincando, haciendo piruetas y aplaudiendo las botargas se prepararon para la carrera.
Antes del inicio de la carrera, el alcalde Renán Barrera Concha, agradeció la participación de todas las empresas que donaron despensas y enviaron a sus botargas. Subrayó que trabajando juntos se pueden obtener grandes beneficios para la sociedad.
Renán Barrera dio el disparo para que comenzara la carrera y también se disparó la diversión. Las botargas corrían una distancia aproximada de 100 metros, con algunos obstáculos, primero tenían su subir y bajar por un inflable, luego correr en zigzag una zona de conos, y después tomar una llanta y rodarla hasta el último obstáculo, que era una especie de tarima deportiva, a la cual subían y de ahí bajaban a la meta.
Las risas no se hicieron esperar cuando las botargas se caían o se empujaban unas a otras. Además, el público gritaba entusiasmado cuando alguna botarga llegaba a la meta o “acusaba” a las que hacían chafa sin pasar por alguno de los obstáculos colocados.
Resbalones, volteretas y entusiasmo marcaron la carrera. Los participantes se agruparon en grupos de cinco para la carrera.
Participaron 16 empresas y 3 instituciones educativas, que apoyarán a 21 instituciones de beneficencia pública con la donación de una despensa con valor aproximado de 1,000 pesos.