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LONDRES, 20 de noviembre.- El sínodo de la Iglesia de Inglaterra ha rechazado esta tarde ordenar a mujeres como obispos. Los anglicanos llevaban doce años sumidos en un fuerte debate teológico, político y social. Y han tomado una decisión histórica después de una maratoniana jornada de discusión de casi diez horas, en las que se han sucedido más de cien turnos de palabra a favor y en contra de la medida. Entre quienes pedían el «Sí», el arzobispo de Canterbury saliente, Rowan Williams, y el nuevo «papa» anglicano, el obispo Justin Welby. «La Iglesia de Inglaterra será un poco más irrelevante después de esto», ha asegurado Williams minutos después de conocerse el resultado de la ajustada votación.
Ésta se consideraba la decisión más importante desde que se aprobó en 1992 el acceso de las mujeres al sacerdocio. Y ha provocado una importante brecha entre liberales y tradicionalistas en el seno de la Iglesia anglicana, como se ha visto a lo largo del apasionado debate en el sínodo.
John Sentamu, arzobispo de York, piensa que el NO salvó de un suicidio a la Iglesia Anglicana de Inglaterra.
El rechazo a la ordenación de «obispas» se debe en realidad a la necesidad de obtener el apoyo de dos tercios de cada una de las tres cámaras que componen el Sínodo General: el colegio de obispos, el colegio del clero y el de los seglares. Tanto los obispos (con 44 votos a favor, tres en contra y dos abstenciones) como los clérigos anglicanos (con 148 a favor y 45 en contra) han dado su apoyo a la medida.
Pero, tal y como se esperaba, ha sido en la cámara seglar donde los votos no han sido suficientes: con 132 votos a favor y 74 en contra, la revolucionaria propuesta –masticada durante al menos doce años por los anglicanos– se quedaba a seis votos de los 138 necesarios. Tanto entre los clérigos anglicanos –donde las mujeres suponen ya un tercio– como entre los seglares, el voto femenino se ha dividido en torno a una cuestión que fractura la Iglesia de Inglaterra entre liberales y tradicionalistas.
El último sondeo de la empresa Comres, sin embargo, apunta a un apoyo mayoritario del 74% entre los fieles anglicanos a la medida. De hecho, 42 de las 44 diócesis de la Iglesia de Inglaterra apoyaban la ordenación.
Rowan Williams, el arzobispo de Canterbury saliente, conforta a una reverenda.
El nuevo arzobispo de Canterbury, que asumirá su cargo en enero, ha atribuido «las muertes y el sufrimiento» en lugares como Gaza y Goma (Congo) a la «incapacidad de gestionar la diferencia». Y al pedir el voto favorable al sínodo, ha reivindicado que «los cristianos debemos encarnar una vida mejor», apuntando a su deseo de que la comunidad anglicana normalice la igualdad de las mujeres en el seno de la iglesia.
Por su parte, Williams –representante durante todo su mandato del ala más progresista– ha pedido a su iglesia que «complete el trabajo iniciado hace veinte años con la ordenación de mujeres como sacerdotes», y ha basado su «Sí» a la ordenación de mujeres como obispos a su deseo de que la Iglesia de Inglaterra «sea algo que se parece a Jesús».
En los sectores opuestos a la ordenación de mujeres como obispos, el reverendo Rod Thomas, vicario en una parroquia de Plymouth, ha criticado que la medida suponía «obligar a muchos miembros de esta iglesia a aceptar algo que no creemos que enseñe la Biblia». Muchos de los defensores del «No» consideraban insuficiente la «concesión» introducida en el proyecto, que permitiría el nombramiento de un delegado varón de una mujer obispo en aquellas parroquias que no acepten la ordenación de obispas».
«No es una propuesta de compromiso porque ha unificado en su contra a todo el espectro de tradicionalistas», ha denunciado Simon Killwick, líder del llamado anglo-catolicismo. Evangélicos conservadores y esta rama minoritaria, defensora de los dogmas y ritos de la Iglesia Católica dentro de la Iglesia de Inglaterra, son los dos grupos que se han unido, con éxito, en su rechazo a la medida.
Vista general de la asamblea en el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra.
El voto del sínodo marca el futuro de una comunión que reúne a casi 80 millones de fieles, repartidos sobre todo en Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia y África. Dada su estructura descentralizada, la medida afectaba solamente a la Iglesia de Inglaterra. Las iglesias anglicanas de Estados Unidos, Canadá y Sudáfrica ya cuentan con mujeres obispos. Ahora, el obispo Welby, en cuanto asuma su cargo como arzobispo de Canterbury, deberá gestionar una nueva fractura en una comunidad religiosa fuertemente dividida, además, por otra cuestión pendiente: el matrimonio homosexual.
«Sé que muchas mujeres sacerdotes se sentirán muy defraudadas, pero es importante tener en cuenta que la votación se perdió por unos pocos votos en la casa seglar y que obispos y clérigos están mayoritariamente a favor de la ordenación de mujeres como obispos», ha explicado el obispo de Norwich, Graham James, que ha expresado su «decepción». El colegio de obispos se reunirá este miércoles «desde primera hora de la mañana» para estudiar «cómo podemos avanzar como Iglesia», según James, quien se dirigió directamente a quienes han votado «No» para que reconsideren su postura. (ABC)