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—Ahí lo tienes, Lía, demostrado. Tu Diario de Yucatán es un mentiroso...
—Riko, ¡na' que ver! Una carta de Palacio puede decir lo que deseen. El papel —y los bytes— aguantan todo.
—Ah, ¿qué? ¡No me vas a decir que no probó con cada punto que el Diario miente!
—A ver, Riko, dime, ¿realmente puedes tú creer que los vendedores de camisetas estaban haciendo circular billetes falsos? ¿De $200? ¡Por favor, Riko, piensa!
—¿Y por qué no? No han probado lo contrario.
—Todo está súper claro, Riko. Más claro que el agua limpia y transparente. Los vendedores estuvieron vigilados desde que llegaron al lugar. ¿Por qué los vigilaban? ¡Porque alguien quiere quedar bien con la góber, su "jefa", y quería dar un golpe grande!
—Y lo dieron, Lía; aunque te moleste.
—Mira, Riko, así no va la cosa. Yo no tengo por qué defender a nadie. Los vendedores de camisetas sabrán cómo defenderse. Pero hoy, velos: están atemorizados, no quieren salir de sus casas.
—Pues claro. Así deben estar todos los delincuentes que quedan al descubierto.
—O sea que tú continúas pensando que efectivamente tenían billetes falsos... y de $200. ¿No? ¿Me quieres llevar la contraria o de verdad estás mal de la cabeza?
—¿Por qué voy a estar mal?
—¿No puedes darte cuenta de que si se tratara verdaderamente de circulación de billetes falsos, la noticia ya sería nacional y estarían tras los impresores? La verdad es que a la que hay que llevarse a los separos e interrogar es a la persona que los acusó. La verdad es que ésa es la única verdadera portadora de billetes falsos.
—Seguro que los estaban vigilando desde hacer varios días...
—Yo no puedo saberlo, Riko. Nadie ha informado acerca de este asunto con exactitud. En parte, eso me cae mal de los medios. Caray, que alguno tenga la amabilidad de informar los detalles. El recuento de hechos de ayer del Diario de Yucatán, la verdad, estuvo bastante incompleto.
—Probablemente no quieren hablar porque son culpables.
—Entiende, Riko, sencillamente no puede tratarse de que sean culpables. Ésta fue toda, una faramalla inventada por la gente que está al servicio de la gobernadora para darle gusto... Así gobiernan los cínicos: con prepotencia y con demostración de poder.
—Ah, sí... Y los "éticos", según tú, para mí que no tienen nada de "éticos", ¿cómo gobiernan?
—Es que los de las camisetas son sólo un ejemplo, Riko. Ahí tienes el caso de Chuc Baas: hasta ahora no le permiten regresar a la normalidad. Y ya está "suplicando". Yo que este señor ¡jamás suplicaría! ¡Si es mi derecho! A7 informó de los dos detenidos viniendo de la zona de Poxilá, a los que les sembraron 1 pistola; luego tienes el caso de los detenidos y golpeados en Yaxkabá, que porque trabajaban para un señor de apellido Patrón; y ahí está el caso del papá de ese Carrillo, al que le dicen "El Puma"... le cerraron su tienda así nada más, para perjudicarlo. No, Riko, no te hagas al mismo... Ésos son sólo los casos que conocemos. ¿No te das cuenta de que así gobiernan los cínicos? ¿No te das cuenta de que la carta de las mentiras al Diario de Yucatán es la culminación del cinismo?
—Así quieres tú ver las cosas, Lía.
—No, Riko. Tú tienes el problema de estar cerrado y creer que todos son iguales. No, Riko, no son iguales. Y hoy, los que pontificaron en contra de los "imperfectos", lloran por haber sido cómplices de la vergüenza que vivimos hoy en esta región de México... Y, ¿sabes qué? Las obras que inaugura todos los día el gobierno municipal, son reales, Riko, no son imaginación. No son sueños: son realidades. Y el alcalde no tiene que patear puertas ni subirse a las sillas y exaltar los ánimos.
—Sea como sea, lo que la gente ahora cree, Lía, es lo que vale.
—Ésa sería la consumación de una desgracia; el triunfo del cinismo sobre le ética imperfecta. ¿Se arrepentirán los pontificantes?