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El PRI-Gobierno ya anunció —o más bien amenazó— que, como sea, va a ganar las próximas elecciones. Prueba de ello es lo que la gobernadora, ante 30,000 acarreados reunidos en una farsa llamada Convención Estatal de Delegados, dijo en tono desafiante: “me enfrentaré a quien sea y patearé puertas si es necesario”.
Con esa frase quedó claro que ella, para lograr sus objetivos, no tendría ningún problema en “enfrentarse” a la legalidad y la democracia.
El calendario electoral puso a Yucatán como la primera elección del 2010 y por eso reviste una gran importancia el resultado en Mérida. Ivonne se juega su capital político. Ganar Mérida significa ganar bonos ante Peña Nieto y la cúpula tricolor.
Alguna vez, un grupo priísta cercano a ella comentó que el verdadero sueño de Ortega Pacheco era jugar por la presidencia de la República y para ello necesitaba dar resultados. Obvio, estaban hablando del 2018.
Del otro lado, el PAN sigue en su letargo político, o por lo menos no sabe capitalizar los errores del gobierno del Estado. Ya son varias las voces que señalan la pasividad que tienen los mandos del blaquiazul partido. Pareciera que están esperando a que un iluminado los guíe en su lucha por retener Mérida. Si están esperanzados a que un periódico sea su salvador y les haga la chamba, están más que equivocados. Tienen que salir a la calle a ganarse la credibilidad de los que no comulgan con el priísmo. Les tengo un dato —créanme— son muchos.
El PRI ganaría Mérida con un 40% del total de la votación, lo quiere decir que una gran parte de la sociedad que no quiere o no le interesa la política —a pesar de que eso, como estamos viendo, influirá en su vida en el corto plazo— sencillamente no vota.
A la vez, el dato revela que ese sector apático o indeciso es lo que haría la gran diferencia en la próxima elección. Tal vez esa apatía puede revertirse si desde el principio hay una estrategia de campaña inteligente, sensible y real. La gente ya no quiere escuchar cosas como "voy a resolver la pobreza" ó "voy a traer empleo". La gente quiere creer en un proyecto que inspire confianza, que cumpla con lo que se promete. En otras palabras, quiere liderazgos. Ya están hartos de políticos que dicen siempre lo mismo.
Crear liderazgos, entonces, es el gran reto para vencer la maquinaria priísta. Recordemos el liderazgo de Manuel Clouthier, “Maquío”, personaje norteño que despertó en la gente la idea de un cambio real. Su ejemplo pudiera ser inspiración para hacer frente a la elección de Estado que se avecina en Yucatán.