809 palabras
Tres estrellas
Peter Jackson es un director virtuoso, muy preciso para colocar la cámara y con una gran imaginación. Desde el inicio de su carrera se constató su talento; comienzos marcados por una subversiva inspiración gore, que le dio gran notoriedad en Cannes gracias a "Bad Taste" (1987). Continuando con la perversa "Meet the Feebles" (1989), una macabra y sangrienta deformación de los "Muppets" de Jim Henson. Pero su mayor fama como realizador underground le llegó con "Braindead" (1992).
Tras alocados años, Jackson decidió ponerse más serio y realizó "Criaturas celestiales" (1994), una obra maestra que triunfó en el Festival de Venecia y le otorgó su primera nominación al Oscar (mejor guión). Pero en 2001, su popularidad se catapultó con "El señor de los anillos". El filme marca el inicio de una saga épica escrita por J. R. Tolkien y que continuaría con "Las dos torres" (2002) y "El retorno del rey" (2003). La importancia de "El señor de los anillos" —más allá de la mundana taquilla— está en el uso tan novedoso de los efectos digitales para la creación atmósferas fantásticas y escenas de feroces batallas. Tras una penosa remembranza hiperdigitalizada de "King Kong" (2005), el cineasta neozelandés decide alejarse un poco de las superproducciones, pero manteniendo su gusto por la fantasía.
"Desde mi cielo" (2009) es la adaptación del bestseller de la escritora Alice Sebold, y cuenta la historia de Susie Salmon, una jovencita que, tras ser asesinada, vive atrapada en un mundo espiritual, observando como su familia enfrenta su fallecimiento y deseando que el hombre que la mató —su vecino George Harvey— sea desenmascarado. El filme se centra en el punto de vista de Susie que, desde su cielo, intenta influir en la resolución de su misteriosa muerte.
"Desde mi cielo" es una película de excelente factura técnica, algo muy usual en los trabajos de Jackson. Sin embargo, está muy abajo de los niveles artísticos de "Criaturas celestiales". Las principales dificultades de este filme son el exceso de escenas que retrasan el segundo acto y unas desatinadas dosis de cursilería que también salen sobrando.
Hay destellos creativos muy interesantes, especialmente en aquellas escenas terroríficas y oscuras que saben aplicar bien el suspenso. En lo particular hay dos secuencias memorables: cuando Susie es interceptada por su asesino y es conducida a una trampa; y la irrupción de Lindsey —hermana de Susie— a la casa del homicida intentando encontrar evidencias.
Las partes realistas resultan las más solidas en su construcción dramática, mientras que las experiencias espirituales de Susie van de lo brillante a lo innecesario. Creo que una mejor adaptación pudo haber librado a Jackson de tantas situaciones reiterativas que sólo hacen lento el desarrollo de la trama. Un cielo menos luminoso y barroco habría contribuido a mejorar enormemente el tono el del filme.
A nivel actoral hay que destacar el trabajo de la joven actriz Saoirse Ronan (Susie Salmon), una chica muy talentosa que ya se había dado a notar en 2007 con "Expiación, deseo y pecado". Pero quien se roba la película es Stanley Tucci, interpretando a un desequilibrado asesino de una manera tan poderosa que hace temblar la pantalla cada vez que aparece. No puedo dejar de mencionar a Susan Sarandon dando vida a una simpática abuela moderna, un personaje bien escrito y divertido.
Lo mejor: las partes terroríficas, Stanley Tucci como el perverso y desquiciado George Harvey, el personaje de Susan Sarandon y la dirección de Peter Jackson.
Lo peor: el ritmo inconsistente por un guión poco depurado y los instantes de sobrada cursilería.
“Los que se quedan”
Un gran documental mexicano que aborda la situación de las familias de indocumentados. Es la visión íntima de aquellos que permanecen en este país, con la nostalgia y la incertidumbre ante la ausencia de uno o más familiares que fueron a probar suerte a los Estados Unidos. Felicidades a Cinépolis por dar espacio de exhibición a producciones más artísticas y artesanales.