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1.Pepito Grillo . Cuando estés en líos, por tu bien o por tu mal, ¡dame un silbidito! ¡dame un silbidito! Y si no pudieras dominar la tentación, ¡dame un silbidito! ¡dame un silbidito! Así suenan los versos de la canción en donde Pepe Grillo, asesor de conciencia de Pinocho, le instruye de la señal que deberá hacer sonar cuendo el niño de madera se viera en el peligro de sucumbir a las tentaciones del mal.
El silbidito quizá hubiese salvado de la sonora rechifla a la gobernadora Ivonne en la función de box denominada la "Batalla de Kukulkán". Fallaron los asesores (los grillos, llámense Pepes, Vitochos, Ulises o Bacatetes). Nadie de ellos pudo recomendar a la señora de los sets de televisión que ya no es conveniente exponerse a públicos que no estén estrictamente bajo control gubernamental.
2. Escasez. Si te estás portando bien, y te tentara el mal, ¡dame un silbidito! ¡dame un silbidito! Y siempre tu conciencia mandará, y siempre tu conciencia mandará. Asi termina la recomendación del asesor José Grillo al inexperto Pinocho. El problema de nuestra gobernadora es que, al igual que Pinocho, ella también tiene vocación de actriz, jugar con las tentaciones y ser siempre la protagonista de la película. Pero sus presentaciones públicas serán cada vez más peligrosas en la medida en que, ya en el filo de la mitad exacta de su mandato, no hay obra pública qué presumir. Todo se ha quedado en proyecto, al tiempo que se siguen documentando sobregiros, gastos dispendiosos en imagen y en personal, pero nulos resultados que presumir. Y cada semana, conforme nos iremos acercando al fin del mandato constitucional, será mas evidente la falta de concreción de proyectos, o, más bien, la falta de proyecto.
3. Desfiguro. Porque al papelón de la silbatina habría que agregar la otra parte, igual de penosa: la titular del ejecutivo, durante una larga docena de raunds, parada y vociferando "¡rómpele la madre, Guty!", en cadena nacional. Con su atropellado pero grosero entusiasmo, la gobernadora causó pena ajena, sobre todo cuando uno de los dos conductores deportivos de Televisa comentó: "sólo hay una fanática desbordada ahí, en la primera fila del ring side, que piensa que Guty le puede ganar a Elio". El otro comentarista del Canal de las Estrellas lo interrumpió incómodo, "ejem, ejém... fíjate que es la gobernadora de Yucatán", acotó con pena ajena.
4. Horas de trabajar. Desde el miércoles la dirección de transporte del gobierno del estado "fletó" cientos de camiones. El jueves 25 por la mañana la “ola roja” citó a todo el personal sindicalizado de la SSA, encabezado por Álvar Rubio, líder del Sindicato de Salud y primo consentido de la gobernadora, con el ofrecimiento de un día devolutivo para que asistan al evento del presidente Calderón y le chiflen y griten. Todo en horario de trabajo, poniendo en riesgo a los pacientes hospitalizados por la falta de atención. Por eso, luego el chantaje al presidente Calderón de negarse a asistir al evento, una vez que el Estado Mayor Presidencial intentó evitar que esas coloradas huestes enturbiaran el evento presidencial.
5. Camiones y camioneros. Esos mismos autobuses fletados para el acarreo de la malograda venganza chiflística de Ivonne contra el presidente, son los que no les dan parada a los estudiantes. Todo para castigar a los estudiantes por su "rebeldía" de exigir la credencialización para todos los alumnos sin discriminaciones. Las represalias siguen a la orden del día, tratando de "enhuacalar" a todo aquel que se salga del guión del gobierno de Yucatán.
6. Locura. La cariñosa y tenue represión a la empresa que sacó las camisetas con la leyenda "Yo también chiflé a Ibóm(sic)", pinta perfectamente el talante castigador y autoritario que adquiere el gobierno de la "nueva mayoría ciudadana". Pero lo que raya en lo increíble —mostrando una peligrosa locura del gobernante intolerante— es el secuestro que al momento de escribir estas líneas nos han comunicado: dos muchachos que vendían por su cuenta por el rumbo del periférico las famosas camisetas, han sido detenidos o secuestrados por la policía estatal. Es una locura, en términos del nivel de violación de las garantías individuales y de los derechos humanos, en afán de proteger la vanidad de una persona que no parece tener la estructura y el equilibrio mental que se requiere para ser gobernador(a). Dios quiera que el desenlace de esta locura no derive en hechos que se lamentarían por muchos años. Que surja la cordura de algún rincón de esas mentes envanecidas e incontrolablemente vengativas.
7.Otra vez se quiere subir al Ring. A nivel nacional, en los noticiarios radiofónicos de Pepe Cárdenas y de López Dóriga, sin ningún sustento, acusó la gobernadora al Ayuntamiento de Mérida de haber comprado 3000 boletos de la función de box para distribuir entre panistas. Según la hipótesis del complot, estos 3000 fueron los chifladores que causaron el desfiguro que ya es historia y que se reproduce imparable en la red, en donde no se puede amenazar, detener o secuestrar a los cibernautas. Fue una función de box promovida, financiada y bajo el control total de ella misma y de su gobierno. Increible acusación. Acusa la gobernadora al PAN y al ayuntamiento panista, en una nueva victimización que no le queda ya a Ivonne Ortega.
Aparte de las mentirotas propias de Pinocho, con las inverosímiles acusaciones la titular del Ejecutivo se está subiendo de nuevo al ring, pero ahora al ring electoral. Se olvida que es la gobernadora de todos los yucatecos. Está asumiendo la dirección y el estandarte del PRI, respaldando desde el gobierno la hipótesis complotista, increible cuento chino del PRI de Gaspar Quintal y de la pequeña Alaine. El PRI de Ivonne.