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He conocido gente con crecido amor propio y a Ivonne Ortega. Digo lo anterior porque nunca antes había conocido gobernante en Yucatán que se mandara realizar festejos a costa del erario público, como en el caso de las mega vaquerías. Tampoco imaginé que siendo mujer, le interesara ser comparada con Carrillo Puerto como agradaba a su tío, que por eso bautizó como Felipe a uno de los integrantes de su progenie. Pero lo que resultó francamente inusitado y hasta risible, fue advertir que a semejanza (y no tenía porque ser diferente) del común de las mujeres, su corazón abrigaba inclinaciones artísticas que debían ser satisfechas a toda costa, sin importar que ello implicara demeritar la imagen del ejecutivo estatal.
Ivonne es uno de los seres más vanidosos que he conocido, reitero. Lo confirma su afición al figurado, su desmesurado afán por aparecer en las fotografías, especialmente en aquellas que pudieran indicar o señalar que es muy buena gente. Me refiero a gráficas donde aparece besando, abrazando, saludando o llorando con personas pertenecientes a grupos vulnerables: ancianos, niños, personas con capacidades diferentes, mujeres humildes, campesinos, en fin. Su vocación histriónica se ve puntualmente cumplimentada de este modo.
Ama aparecer o figurar como promotora o defensora de nuestra cultura o tradiciones aunque en la práctica no es ese su fuerte. La cultura por si misma no le despierta interés a menos que pueda capitalizarse políticamente. A mí personalmente me aseguró que el Instituto de Cultura contaría con un taller literario que llevara el nombre de Nidia Esther Rosado, pero como apoyar a los escritores jóvenes no implica reflectores, pues olímpicamente olvidó su ofrecimiento, léase NO CUMPLIÖ, dicho sea en buen romance: MINTIÖ. Pude, por fortuna, liberarme del yugo del gobierno del estado y volver a ser un hombre libre y ahora me es dable referir el sucedido.
Por eso mismo, por el conocimiento de nuestra titular del ejecutivo, me reí a mandíbula batiente y disfruté una dicha inenarrable al enterarme por medio de la prensa, que el público asistente a una función del arte de fistiana, realizada en conocida unidad deportiva local, le obsequió una sonora silbatina, cuando fiel a su costumbre, pretendió acaparar cámaras y micrófonos previamente al encuentro pugilístico. Sus cortesanos nada pudieron hacer para acallar la rechifla y creyeron ilusamente que el hecho de pedir a su prensa domesticada que omitiera el acontecimiento, bastaría para omitirlo del conocimiento público, igualmente creyeron que los cronistas deportivos soslayarían lo ocurrido, no considerándolo relevante. Más allá de todos estos razonamientos, lo verdaderamente medular es que el conglomerado asistente, integrado por yucatecos de todas clases, colores y sabores, externó su desaprobación a una gobernante que se ha caracterizado por su nula capacidad de gestión y por la carencia absoluta de obras de impacto social durante el transcurso de su administración. Quedan descartadas por absurdas las tesis que pregonaban que cierto pasquín advirtió que se trataba de un complot contra el ejecutivo y por ello omitió incluir en sus páginas publicidad del evento. Queda claro para todos los yucatecos que el ayuntamiento de Mérida no realiza prácticas perversas y corruptas como el desvío de fondos. Conjeturar pues, que el gobierno municipal adquirió miles de boletos con tal de ridiculizar a la gobernadora, es una suposición absurda que solo cabe en la mente retorcida del protervo chantajista que dirige la publicación de marras y que en lo obnubilado de su discurrir, nos tilda a los yucatecos y a los meridanos en especial, de retrasados mentales, por juzgarnos capaces de tragarnos semejante dislate.
Pero lo que es realmente patético, es que amigos que estuvieron ubicados en las primeras filas de ring side, nos refirieron que hasta el último momento del combate, hubo una aficionada que en aras de llamar la atención por su vehemente apoyo al coterráneo, gritaba su nombre desaforadamente, aunque era más que notorio que nuestro paisano no iba a salir con el brazo en alto, a menos que balaceara a su adversario. Descartada pues, esta posibilidad, era un verdadero absurdo emitir gritos de aliento, estériles por demás. A mayor abundamiento, me indicaron que comentaristas de una cadena televisiva se percataron de la ruidosa adhesión a la causa perdida del peleador local y cuando alguno hizo mención, de inmediato otro le hizo notar de quien se trataba. Ese fue el colofón. Para reir, si quien lo protagonizara no fuera la representante de todo nuestro pueblo.
Pobre Ivonne, su ego debe haber recibido un golpe demoledor, un gancho al hígado. Un golpe de esos, que cuando son bien asestados, depositan al oponente en el tapiz para que recibir la cuenta de protección sea nada más un formulismo. Lo mismo ocurrirá el próximo dieciséis de mayo: Ivonne Ortega recibirá por interpósita persona un golpe demoledor de parte del electorado yucateco, que se convertirá en un nocaut efectivo y que impedirá que se colmen sus ambiciones y caprichos de poder. El pueblo le volteará de nuevo la espalda a un partido que se ha caracterizado por su ineficiencia y por no saber cumplir a los ciudadanos que le depositaron su confianza. Tarde han advertido nuestros conciudadanos esto, pero no tanto como para no impedir el desatino mayúsculo que sería empoderar como alcaldesa a una persona como Angélica Araujo, que no puede querer a Mérida como lo hacemos quienes hemos visto la primera luz bajo el azul de su cielo y que desconoce por completo la complejidad de su problemática y que solo contribuirá con su presencia a consolidar los proyectos de su principal apoyo y promotora.
Los yucatecos y los meridanos podremos ver próximamente el alarde y derroche de recursos de que harán gala los abanderados del tricolor: en publicidad impresa y en los medios electrónicos, en artículos promocionales diversos y en la operación y mantenimiento de una estructura corporativista, cada vez más costosa y corrupta. Debemos estar prestos a rechazar todo intento de obtener nuestra voluntad de grado o por fuerza y manifestar de inmediato nuestro repudio al continuismo y la antidemocracia. Meridano, que tu grito de guerra sea: YO NO QUIERO A ANGÉLICA ARAUJO COMO ALCALDESA DE MÉRIDA.
POST SCRIPTUM.- La rechifla fue la más eficaz de las encuestas y confirmó lo que muchos ya sabíamos: pésele a quien le pese, MÉRIDA SIGUE SIENDO PANISTA.
Si los priistas se sienten tan seguros de ganar y creen de verdad en que tienen una ventaja insuperable, ¿Porqué andan pidiendo sus credenciales de elector a los empleados de la Secretaría de Hacienda Estatal?, ¿para que las escanean?, ¿las guardarán como recuerdo?
Guillermito: aquí tienes de nuevo a papá combatiendo por la causa de la libertad. Es tiempo de colgar la pluma y el arpa y desenvainar la espada. Lo hago todo por ti, porque mereces un futuro mejor que una ciudad de jácara y fandango. Te amo infinitamente hijo. Besitos.
Dios, Patria y Libertad