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Bastaron unos pocos segundos a partir de que la gobernadora subiera al ring para que el Polifórum Zamná rugiera y se demostrara que una rechifla dice más que mil palabras.
Una gobernadora con rostro desencajado y un séquito de funcionarios con miradas perdidas en lo alto del famoso inmueble del sur de la ciudad, fueron tal vez lo más relevante de una función de box donde no se esperaba el gobierno del Estado encontrarse con un contrincante llamado “Juan Pueblo”.
En otros tiempos, sólo los asistentes al evento hubieran sido testigos del round que se dio antes de comenzar la pelea, pero hoy, gracias a la tecnología, miles de personas pueden atestiguar, por más que el gobierno del Estado lo quiera negar, el ¡fuera, fuera! que al unísono le dedicaron los aficionados a Ivonne Ortega.
De nueva cuenta, gracias a una filmación que al día de hoy recorre desde el Facebook hasta teléfonos celulares, miles de yucatecos le mandaron un mensaje a nuestra mandataria: ¡Qué no es tan querida como ella cree!
Lo mejor de todo ha sido la reacción popular alrededor del evento que ha provocado un sinfín de comentarios que le están pegando a la popularidad de Ortega Pacheco: Incluso el periódico oficialista, ese que dizque dice que se maneja con dignidad y soberanía, en un mal esfuerzo por minimizar lo ocurrido se aventó la puntada de decir que la rechifla fue "un acto provocado por 8 mil panistas perfectamente organizados".
Flaco favor le hacen a la gobernadora con ese tipo de notas, ya que lo único que hacen es avivar el hecho y hacer constar el poco profesionalismo de ese medio de comunicación, mismo que refleja una gran contradicción, porque los editorialistas y reporteros oficialistas que laboran en el mismo no se han cansado de decir que el PAN es un desastre. Entonces, ¿de la noche a la mañana el panismo se organizó para dar no knock-out mediático a la administración estatal? Si así fuera, que prendan focos rojos en el PRI porque los esfuerzos de la Ola Roja, lejos de ser tsunami, pudieran acabar en marea baja.
Por el contrario, creo que la rechifla fue espontánea, sin militancia alguna y con un impacto mediático tan contundente que seguramente el cuarto de guerra tricolor ya se dio a la tarea de contrarrestarlo.
Siendo malpensado y poniéndome el disfraz de adivino, puedo pronosticar que el día de la inauguración de la temporada de béisbol, no sé si con ayuda de los Leones, pero sí con la ayuda de los alquimistas tricolores, la fanaticada reivindicará a la gobernadora con aplausos y vivas a rabiar. Eso si va...
Me quedo con el hecho de que algo está pasando en Yucatán, o por lo menos en Mérida, que pudiera ser un aviso de que la elección de mayo es de pronóstico reservado. De corazón espero que así sea.