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Tener una responsabilidad al frente de una oficina de gobierno no es sinónimo de que el puesto esté ahí para satisfacer tus egos, caprichos o como le quieran decir.
Lamentablemente hoy por hoy un área que recibe miles de millones de pesos es la concerniente a la seguridad pública. Y digo que es lamentable porque la fórmula a mi entender se aplica de la siguiente manera: A mayor delincuencia, mayores recursos a corporaciones policíacas. Como sí el dinero fuera la solución a todo.
Invertimos o tiramos —depende de la óptica— dinero en materia de seguridad bajo el slogan de capacitación y compra de equipo. Todo esto para, supuestamente, "dotar a nuestros cuerpos policíacos de las herramientas para combatir a la delincuencia".
Cada gobierno estatal, incluido el yucateco, tiene la libertad de invertir estos recursos públicos de la manera que mejor le convenga a la sociedad, eso sí, siempre bajo un marco regulatorio que contempla la forma en que se canaliza el dinero de la mejor manera posible. Se trata, pues, de evitar gastos superfluos e innecesarios.
Durante esta semana se dio a conocer en los medios de comunicación que la Procuraduría General de Justicia del Estado recibió una avioneta tipo Cessna bajo la figura de comodato con la PGR.
De entrada pensé que ese medio de transporte sólo iba a servir para el traslado de personal de la institución o de algunos delincuentes locales que son localizados en otros estados del país, y que muchas de las veces por su peligrosidad es mejor transportarlos por vía área, pero no, me equivoqué, la avioneta fue puesta a disposición del grupo élite de la corporación, llamado Grupo Roca, que es nuestra versión local del S.W.A.T y que fue creado para apoyar labores de reacción inmediata: persecución y detención al momento de una flagrancia.
Yo no sé si es común que labores de reacción inmediata se hagan en avionetas tipo Cessna, que normalmente se usan para que los estudiantes a pilotos aprendan a volar. Considero que el común denominador para las labores de persecución y reacción son los helicópteros, tan es así que la SSP tiene uno que sirve para cumplir esa labor.
Sin embargo, para mi sorpresa se dio a conocer que durante el “primer vuelo de reconocimiento” de la flamante adquisición, el piloto era el propio procurador de justicia estatal, de quien se sabe que volar es una de sus pasiones, tanto así que en los últimos años —no sé si ya como funcionario público— entró a una escuela para aprender a pilotear.
Con todo respeto, no entiendo en qué beneficia al grupo de reacción tener una avioneta Cessna, ya que por sus características no puede realizar labores de persecución como un helicóptero. Sus desplazamientos requieren mayor maniobrabilidad y logística, lo que la limita bastante para diversas labores policíacas.
Cada desplazamiento tiene que ser cerca de algún aeropuerto. Entonces sería complicado su apoyo de reacción inmediata a menos que ahora los robos y homicidios se hagan cerca del aeropuerto de Mérida o de Kaua.
Me suena más a capricho tener una avioneta para labores de reacción que para cualquier otra cosa.
Yo no sé si mucha gente lo sabe, pero para que un piloto pueda conservar su licencia debe cumplir con cierto número de horas de vuelo al año. Esto, aunado al hecho de que al procurador le quedan en su cargo —que por sus características se dice que es "de 24 horas"— por los menos dos años más, nos permite esbozar las siguientes posibles motivaciones del procurador, como las realmente verdaderas, para tener una avioneta tipo Cessna en la PGJE:
1.- Como es nuevo en estos avatares de la aviación, una avioneta de “a gratis” le cae como anillo al dedo.
2.- De vez en cuando saldrá a pilotear para “apoyar” las labores de vigilancia en la avioneta, con lo cual podrá sumar horas a su bitácora de piloto.
3.- Al hacer lo anterior se ahorraría el costo de alquiler de una avioneta privada —lo que es bastante caro.
4.- Lo anterior, sabiendo de antemano que al haber puesto "al servicio del combate contra la delincuencia" la avioneta, las críticas por su uso aminorarían, amén de que se justificaría que el procurador hiciera uso de ella.
Sería interesante saber a quién se le ocurrió esta idea, cuánto cuesta el mantenimiento de la avioneta, cuánto se le paga al piloto de la misma y hacer un cálculo costo-beneficio para verificar si vale la pena tener un aparato de estas características al servicio de la procuraduría.
Si lo que quiere el procurador es mejorar sus habilidades de piloto y con ello satisfacer su pasión, pues que renuncie al cargo y asunto arreglado. Yo no me opongo a que vuele, pero no con recursos públicos.