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Los bebés y las personas mayores de edad representan la población con mayor riesgo para desarrollar infección ósea (osteomielitis), producida por la invasión de bacterias al hueso. La enfermedad se clasifica en aguda y crónica.
En la fase aguda los síntomas son dolor, inflamación (eritema, aumento de volumen y aumento de la temperatura local) y limitación funcional. En la fase crónica los signos inflamatorios y el dolor desaparecen, queda una fístula por la cual drena hacia el exterior exudado purulento. Esta fístula va a cursar con períodos de inactividad —va a estar cerrada y seca— y en los de actividad drenará material purulento.
La causa más frecuente de osteomielitis es bacteriana, aunque también puede ser producida por hongos. El Staphyloccocus aureus es el principal patógeno en todas las edades y ocasiona el 90% de las osteomielitis agudas.
En niños muy pequeños es más grave que en los mayores, pero rara vez ocasiona una septicemia (infección generalizada que pone en riesgo la vida del paciente), advirtió el doctor Daniel Herrera Sánchez, jefe del Servicio de Ortopedia Pediátrica, del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Señaló que una osteomielitis puede generar secuelas muy importantes, sobre todo en la niñez, porque se afecta el cartílago del crecimiento y, en consecuencia, el acortamiento o deformidad de las extremidades.
Al respecto, el especialista del Seguro Social destacó la importancia de vigilar el estado nutricional en la etapa infantil, así como llevar al niño con el médico familiar o el pediatra, para atender y curar en forma inmediata cualquier infección que se presente en las vías aéreas superiores —nariz, boca, faringe y laringe— o infecciones intestinales, las cuales representan el foco primario donde se genera la bacteremia (presencia de bacterias en la sangre) y finalmente una infección ósea.
En el caso de los adultos mayores, particularmente aquellos con el sistema inmunológico debilitado por desnutrición o enfermedades que afectan el estado general, como cáncer, enfermedades renales, hepáticas, metabólicas, etcétera, éstos son más susceptibles a desarrollar osteomielitis.
El doctor Herrera Sánchez puntualizó que la artritis séptica —infección de una articulación— es aún más grave y puede generar con mayor facilidad septicemia y conducir a la muerte, pero una osteomielitis aguda raramente termina en el deceso del paciente.
Para el diagnóstico de osteomielitis aguda, en el IMSS se realizan estudios de laboratorio que permiten determinar si hay aumento de la cuenta de glóbulos blancos; incremento de la velocidad de sedimentación globular (precipitación de glóbulos rojos) y elevación de la Proteína C reactiva.
En los casos positivos, las radiografías mostrarán, a partir del quinto día, lisis de tipo permeativo (agujeros muy pequeños en el hueso que indican destrucción ósea agresiva). En la fase crónica la lisis será de tipo apolillada o geográfica, mostrándose como agujeros de mayor tamaño, donde pueden verse imágenes y las características de la osteomielitis crónica.
También, por medio de gamagrafía ósea, una prueba muy sensible, se puede detectar tempranamente la osteomielitis aguda, mediante la hipercaptación ósea del radiofármaco.
Para atender la presentación aguda de la enfermedad, en el Instituto se brinda terapia con antibióticos y cirugía mediante aseo quirúrgico y, debridación tanto del hueso como de las partes blandas (procedimiento quirúrgico para cortar el tejido muerto), pudiendo colocarse además un sistema de irrigación-succión para un lavado continuo del hueso.
Herrera Sánchez explicó que para la osteomielitis crónica el tratamiento que se otorga consiste en un sistema quirúrgico denominado de escarificaciones óseas: en la primera cirugía se corta totalmente el tejido óseo y las partes blandas afectadas, y posteriormente se hacen cirugías subsecuentes para revascularizar (restablecer el flujo de sangre a los tejidos) el hueso afectado.
Finalmente, el jefe del Servicio de Ortopedia Pediátrica, del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, insistió en las medidas para prevenir esta enfermedad: una alimentación balanceada a los menores de edad y, en caso de que presenten infecciones respiratorias o de otro tipo, se les lleve al médico para atender de inmediato estos factores de riesgo que provocan osteomielitis.