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"El fantástico señor zorro" es la primera incursión del director Wes Anderson (Viaje a Darjeeling y Los Tenenbaums) en el terreno de la animación. Comentan que su falta de experiencia puso de cabeza al equipo técnico de la película e hizo que el proyecto tardara en finalizarse. Pese a lo que esperaba, el filme es extraordinario, tanto que ya es uno de mis favoritos en la filmografía de Anderson.
El Señor Zorro se dedica a robar gallinas en compañía de su novia. Una tarde, en pleno hurto, ambos son atrapados y en ese instante ella le confiesa estar embarazada. Él promete no volver a robar si logran salir con vida de esa trampa. Años más tardes, descubrimos que la pareja de zorros logró escapar y han formado una familia junto con su pequeño hijo Ash. El Zorro es ahora escritor de una columna en un periódico y ha comprado una bonita casa en el interior de un árbol. Frente a esa casa puede verse tres grandes fábricas. El paisaje industrial parece incitar al protagonista a regresar a la vida delictiva.
La historia es la adaptación de un cuento escrito por el británico Roald Dahl, autor de grandes éxitos como "Jim y el durazno gigante", "Matilda" y "Charlie y la fábrica de chocolates". Dos grandes talentos como Anderson y Dahl dan como resultado una gran película. Lo más interesante del contenido es su profundo sentido de antifábula.
Una fábula es un relato con finalidad didáctica, cuya conclusión o moraleja pretenden la subordinación del instinto es pos de un comportamiento ético enfocado al bien común. "El fantástico Sr. Zorro" apuesta por la otra cara de la moneda, exponiendo que es imposible la domesticación y que no se puede negar la parte animal. Aunque el zorro vive acorde a las reglas sociales, su instinto natural es poderoso y le motiva constantemente a matar gallinas y robarlas.
La proclamación de libertad que hace Anderson y Dahl a muchos podría parecerle anárquica, pero no puede dejar de reconocerse su capacidad crítica. La aparición de esas tres fábricas es parte importante del relato, pues representan los monopolios y los poderes económicos de las sociedades capitalistas. La domesticación se visualiza entonces como un ambiente promovido por las estructuras de poder para mantener su hegemonía. Cuando el Zorro decide escuchar su lado instintivo se rompe el equilibrio y afecta directamente a los tres empresarios. Es por ello que se convierten en enemigos mortales del antihéroe y harán hasta lo imposible por exterminarlo. Hay un grandioso cuestionamiento a las reglas sociales y a la ambición desmedida de los corporativos.
El estilo de Wes Anderson es muy palpable en sus personajes insatisfechos y desadaptados, en su sentido del humor y, especialmente, en las decisiones estéticas del filme. Todo luce totalmente setentero, desde la decoración hasta la vestimenta. Incluso la música de los Beach Boys y otros cantantes de la época ayudan a enfatizar dicho concepto.
El mayor mérito técnico de "El fantástico Sr. Zorro" es el uso del stop motion como técnica animada. El hecho de filmar cuadro por cuadro, cambiando de posición manualmente a los personajes, además de tedioso es una forma de trabajo obsoleta, más aún con la popularidad que ha adquirido el 3D y la animación por computadora. Pero esta rudimentaria estrategia le queda como anillo al dedo, pues contribuye a su unidad visual acentuando la sensación de estar viendo una película vieja. Incluso los errores de Anderson en el manejo de la técnica -que se percibe en esos instantes donde los personajes brincan súbitamente o se mueve de forma poco natural- se perdonan gracias a su contexto visual.
Lo mejor: haber usado stop motion en una época donde todos quieren ver 3D, la estética del filme, el personaje de Ash, la música, la cancioncita de los villanos, su contenido crítico y la antifábula.
Lo peor: demasiadas persecuciones y algunos fallos técnicos en el uso del stop motion.