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Acaban de plantar en Madrid uno de los árboles más raros del planeta. Se trata del ciprés del Sahara (Cupressus dupreziana), uno de los escasos descendientes de los 231 ejemplares que aún quedan vivos en el mundo, la mayoría de ellos con más de 2,000 años de edad.
Plantan el retoño de ciprés en el Real Jardín Botánico de Madrid.
Este árbol es una especie en grave peligro de extinción, originaria del altiplano del Tassili n’Ajjer, en Argelia, cuya edad milenaria se relaciona con los míticos bosques anteriores a la llegada del desierto y con una extraordinaria cultura neolítica desarrollada a su sombra hace 8,000 años. En la actualidad constituye una población arbórea única y aislada, alejada cientos de kilómetros de los árboles más cercanos.
Uno de los viejísimos ejemplares que aún subsisten en el desierto argelino del Sahara.
El espécimen es una donación del Instituto para la Protección de las Plantas (IPP) de Florencia. Esta joya vegetal se plantó este junio en el Real Jardín Botánico de Madrid, uno de los más importantes del mundo y que gracias a esta primavera lluviosa luce ahora más bello que nunca en la Terraza de los Laureles, donde hay bonsáis y agaves americanos.
No lo veremos, pero ojalá el retoño aguante vivo varios miles de años, como sus primos del desierto. (César-Javier Palacios)