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Los Centros de Desarrollo Comunitario (CDC) del Programa Hábitat han cambiado la vida de cientos de personas, a quienes han dado la posibilidad de encontrar y desarrollar sus habilidades y volver a dedicarse a una actividad remunerada, las más de las veces autoempleándose.
Impulsa SEDESOL la creación de microempresas
Son los casos de Marisela y Cruz, dos mujeres que no conseguían empleo por su edad y porque sólo sabían coser vestiduras de autos. Después de tomar cursos y talleres en los CDC's cercanos a sus domicilios y ser impulsados por sus maestros y compañeros, ahora se autoemplean y hasta contratan a sus condiscípulas.
Marisela trabajó durante doce años cosiendo vestiduras para auto, en Ciudad Juárez, pero regresó a su natal Durango porque le invadieron su terreno. Sin nada qué hacer, comenzó a ir a los cursos del CDC, impartidos por el programa Hábitat de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), que encabeza Heriberto Félix Guerra.
Ahí la maestra Hilda vio que tenía facilidad para la costura y, además de enseñarla, comenzó a darle trabajo. Aprendí de todo: a hacer bastillas, a poner botones, a hacer pantalones, camisas, faldas, trajes sastre, vestidos de primera comunión, recuerda orgullosa.
Al finalizar el curso, maestra y condiscípulas la convencieron de abrir un negocio. Yo les decía que no, porque no iba a poder con la papelería, con los requisitos de Fonaes. Gracias a Dios pudimos ponerlo y desde octubre no nos falta trabajo. Ya somos seis trabajadores. Nos ha servido mucho: ya tenemos recursos de dónde agarrar, aunque sea poquito, y hasta un guardadito, finaliza Marisela.
El objetivo general de los Centros de Desarrollo Comunitario es favorecer el desarrollo integral de la población asentada en las zonas de atención prioritaria, a través de la oferta de servicios preventivos y atención primaria a grupos de población vulnerable, como mujeres, menores de edad, jóvenes, adultos mayores o personas con capacidades diferentes, en aspectos como salud, educación no formal, cultura, recreación, deporte, capacitación para el trabajo y fomento de proyectos productivos.
Entre los talleres que se imparten están los de Computación, Serigrafía, Talabartería, Belleza, Corte y Confección, Teatro y títeres para niños, Dibujo y pintura infantil, Pintura mural para jóvenes, Pintando con hilos, Piñatas, Barro, Bolsas tejidas, Flores de semilla, Papel maché, Bailes populares, Género y Derechos Humanos, Violencia y autoestima para mujeres, etc.
A la fecha, la Sedesol tiene más de 800 Centros de Desarrollo Comunitario distribuidos en los mil 500 polígonos Hábitat en el país.
Cruz vive en la colonia Francisco I. Madero, una de las zonas más populosas y conflictivas de Ciudad Juárez, en Chihuahua, a unas calles del CDC. Siempre ha vivido ahí y asiste al Centro desde que lo remodelaron.
A sus rebasados 50 años, con una dieta especial por sus afecciones cardíaca y renal, no conseguía empleo en ningún lado. Apenas en noviembre pasado tomó el curso de chocolatería y ahora se autoemplea en la elaboración y venta de chocolates.
Me ha favorecido mucho el programa porque ya no conseguía trabajo, pero en diciembre hice 30 docenas de chocolate, que vendo a 30 pesos cada una y, bendito sea Dios, con eso pude pagar mi agua y hasta hacer tamales para vender, dijo.
Lo que necesitábamos era que alguien nos enseñara. El curso no me costó, me pagaron todo el curso y los materiales, pero lo que más me entusiasmó es que me serviría para autoemplearme. Antes siempre estaba batallando y ahora voy, compro mis paquetes de chocolate y me pongo a trabajar, hago personajes y arreglos para las fiestas.
Además, confiesa Cruz, estas actividades me ayudaron a salir de la depresión, a superarme como persona porque puedo valerme por mí misma. He hecho amigas con personas que antes no conocía o a quienes no les hablaba y ahora somos como una gran comunidad, finalizó.