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Lucia Muchova informó que la investigación de la Organización Mundial de la Salud fue superada por segunda vez en menos de dos años. Han calculado significativamente mal las causas de mortalidad infantil y las muertes por malaria en el mundo entero.
Un nuevo estudio de un grupo de investigadores independientes demuestra que la Organización Mundial de la Salud ha subestimado de manera significativa las cifras de muertes por malaria en su Informe 2011 sobre la malaria. Este es otro golpe a la credibilidad de la principal organización mundial de la salud en sólo dos años.
Un artículo publicado este mes en la revista médica The Lancet por investigadores del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington en Seattle revela que 1.238 millones de muertes en el mundo entero son directamente atribuibles a la malaria (casi el doble de las 655 mil notificadas por la OMS).
El informe asimismo presenta noticias sorprendentes sobre las causas reales de la mortalidad infantil mundial. La mortalidad por malaria es 1,3 veces superior a la cifra informada por la OMS correspondiente a niños menores de 5 años en África; 8,1 veces más alta para los de 5 años o más y 1,8 veces superior para todas las edades fuera de África. El equipo del IHME calcula que el 24 por ciento de las muertes infantiles en África son atribuibles a la malaria, en comparación con el 16 por ciento mencionado en el informe de la OMS para 2008.
Recopilando datos de 105 países con herramientas metodológicas modernas, el IHME descubrió que, en 2010, las muertes por malaria entre personas de 5 años o más fueron 524 mil, comparada con la cifra de la OMS de 91 mil (casi 6 veces más). En conjunto, en 2010 ocurrieron 433 mil muertes más entre niños de 5 años o mayores de esa edad a causa de la malaria de lo que mencionó la OMS. Los investigadores dicen que estas cifras podrían ser aún más elevadas si se realizaran correcciones adicionales a los datos mal clasificados y si la malaria se contara como un factor agravante de otras causas de muerte.
El que la mortalidad por malaria haya sido subestimada tiene repercusiones políticas significativas. Supone que organizaciones como UNICEF deberían adaptar sus fondos para programas de supervivencia infantil con el propósito de reducir el alto número de muertes de niños por malaria en África. Implica que la OMS y otros deberían aumentar su compromiso con la malaria en programas de control y prevención. También significa que los organismos de la ONU deberían prestar suma atención a la recopilación y el uso de datos.
Esta no es la primera vez que investigadores independientes actúan como mecanismos de control del uso de estadísticas deficientes de la ONU. Hace poco más de un año, la misma revista publicó un informe creíble del mismo grupo de investigadores que revelaba las infladas cifras de mortalidad materna difundidas por organismos de la ONU.
Las estadísticas utilizadas por la OMS y UNICEF fueron consideradas erróneas y la metodología, gravemente deficiente. Incluso así, tales estadísticas fueron citadas por diseñadores de políticas para ejercer presión, a fin de conseguir más fondos para medidas de salud reproductiva (que incluyen el aborto), en vez de programas de reducción de la mortalidad que apunten a las principales causas de muerte materna.
En los últimos años, una supervisión independiente de organismos internacionales y de la información que diseminan descubrió serias discrepancias. Una de las iniciativas más recientes es la creación de WECARE (World Expert Consortium for Abortion Research and Education), que reúne científicos acreditados en el área de la investigación sobre aborto para presentar información objetiva sobre los efectos de este en la salud. Poco tiempo atrás, publicaron un análisis crítico integral de un estudio del Guttmacher Institute ampliamente citado, que afirma categóricamente que el aborto es más seguro que el parto.