1759 palabras
Raymundo Vargas Cruz ha sido testigo y partícipe de siempre de los cambios y evolución registrados en la historia del transporte en Yucatán, a los que por cuestiones laborales y familiares, ha estado siempre íntimamente ligado.
Don Raymundo Vargas Cruz con el testimonio hemerográfico de la primera renovación de unidades de la Unión de Camioneros de Yucatán
Descendiente de don Fernando Vargas Ocampo, fundador de la Unión de Camioneros, natural de Opichén, don Raymundo desde muy joven inició en el negocio del transporte urbano como operador de autobuses.
Casado con la señora Hortensia León Castillo, don Raymundo accedió a compartir con nosotros algunos de sus recuerdos, en el prolongado lapso de su actividad como empresario del autotransporte urbano, misma que afirmó, le ha dejado más satisfacciones que dinero y le ha proporcionado la oportunidad de servir a la ciudadanía en general.
Comentó que debido a su actividad, se ha visto siempre cercano a diferentes figuras de la política, de diversos políticos e incluso se ha visto involucrado en ella, sin que esto consiga apartarlo de su vocación natural de servicio a la comunidad, a partir de brindar el servicio de autotransporte urbano.
Mencionó que el Dr. Francisco Luna Kan, que siempre ha sido su amigo, lo distinguió nombrándolo jefe de la policía, supone debido a que no se dejó intimidar por un guardaespaldas grandulón que el político oriundo de Noc Ac tenía. Mi amistad con Luna Kan despertó varias veces los celos de Víctor Cervera, con quien tuve una buena amistad, pero al que nunca le gustó que hubiera relación con gente que no fuera de su equipo político, rememoró.
Señaló que uno de los problemas que enfrenta el transporte urbano en nuestra ciudad, es el aumento de vehículos que se desplazan por unas calles que no fueron diseñadas para albergar la cantidad de vehículos de la actualidad. Lo anterior, más alla de lo que implica la competencia desigual (según la calificó) de otras empresas y los costos que implica el desarrollo de la actividad, que hace muy complicado renovar las flotillas de unidades, en detrimento de la comodidad del pasajero.
Si a ello aunamos las malas prácticas como son devolver los boletos al conductor (o que éste no los entregue) y los aumentos en los insumos y costos de mantenimiento y refacciones, veremos que la actividad del transporte de pasajeros en nuestra ciudad, no es la mina de oro que muchos piensan, destacó.
Don Raymundo Vargas Cruz nos enseña una fotografía que le tomaron al asumir la presidencia de la Unión de Camioneros de Yucatán
Refirió que la Unión de Camioneros de Yucatán, que es una asociación civil, fue fundada el 16 de mayo de 1931 y que inició a prestar sus servicios con 50 unidades. En ese entonces, presidía la agrupación don Fernando Vargas Ocampo, quien fuera tío de nuestro entrevistado.
Añadió que la competencia de la Unión, la Alianza de Camioneros de Yucatán, inicialmente era una empresa que daba servicio de transporte de pasajeros mediante tranvías y posteriormente migraron sus unidades a autobuses.
Don Raymundo subrayó que el distintivo de la Unión de Camioneros era la puntualidad de sus unidades para cumplir sus horarios, tanto así que se acuñó la frase: eres puntual como camionero. En ese entonces, agregó, los camioneros vestían de corbata y llevaban kepí, siendo otra de sus características la cortesía. Si los operadores pecaban contra las normas de urbanidad eran sancionados con una fuerte multa de 25 pesos de aquel entonces y a los que eran sorprendidos en estado de ebriedad se les despedía.
Expresó que la agrupación llegó a contar con una escuela propia, de nombre Manuel Sarrado, con hospital propio (el Centro Médico del Sureste), con establos (de donde provenía la leche que proporcionaban en los desayunos que se daban a los niños que acudían a su escuela), panadería, sastrería, gasolinera y talleres.
Puntualizó que la escuela Manuel Sarrado fue expropiada alevosamente durante el periodo de Víctor Manzanilla Schaffer, por éste último, sin dar una causa que justificara esta acción y sin que se otorgara la indemnización correspondiente. Inicialmente era la Unión de Camioneros quien pagaba a los maestros y luego comenzó a hacerlo el gobierno y quizá esto pudo haber influido, reflexionó.
Incluso recordó que la Unión de Camioneros llegó a contar con una unión de crédito que realizaba funciones de banco refaccionario y de avío, que desapareció hace cosa de tres años, debido a la cantidad de compromisos de carácter financiero, que el gobierno le solicitó cumplir y que ya no les fue posible.
Añadió que todo esto se perdió con el deterioro económico que implicó que la Unión no aumentara sus tarifas por un prolongado lapso, que además significó el sustantivo envejecimiento de la flota de unidades que prestaba el servicio.
Mencionó que a la muerte de don Fernando Vargas Ocampo, le sucedió en la titularidad de la agrupación, don Enrique Pacheco Larrondo, personaje que se caracterizó por su activa participación en política, pues en su periodo llegó a diputado y por permitir la instalación de un sindicato blanco, que deterioró también a la institución.
Manifestó que la Unión estuvo cerca de 20 años sin aumentar tarifas, situación que se mantuvo poco más o menos hasta 1972. Con lo anterior, las unidades se fueron deteriorando. Las unidades con que originariamente se prestaba el servicio eran de las marcas Ford, Dodge y Dina. Fue con don Raymundo como presidente con quien se adquirieron las primeras unidades de la marca Mercedes Benz.
Don Raymundo recordó que en época de Carlos Loret de Mola como gobernador, el sindicato apoyaba los paros que diferentes instancias realizaban en perjuicio de los camioneros (principalmente los estudiantes, entre quienes destacaba la figura de Efraín Calderón Lara, alias el Charras, de quien indicó llegó a ser muy amigo).
Comentó que el Charras auspiciaba el secuestro de camiones y Loret de Mola les pidió darle un escarmiento, pero luego se echó para atrás.
Don Raymundo destacó que de 1977 a 1989 la tarifa de transporte urbano no registró cambios y se mantuvo en un costo de 50 centavos.
Destacó que fue durante la administración del Ing, Tuffy Gáber Arjona, con quien se dió el primer incremento de tarifas, tras muchos años de que no aumentaran. El alza fue de 50 centavos y se permitió a cambio de que la Unión adquiriese 44 minibuses nuevos. Con ello la tarifa se fijó en un peso.
A partir de entonces, señaló cada año la tarifa se incrementó en 50 centavos. Lo anterior, a cambio de renovar la flotilla de unidades, para proporcionar mayores comodidades a los pasajeros. Este ritmo de incremento anual concluyó con la llegada al poder de Ivonne Ortega Pacheco, destacó.
Mencionó que a los camioneros les afecta grandemente la competencia desigual de las unidades pertenecientes al Frente Único de Trabajadores del Volante, pues por cada autobús hay dos o más de éstas, cuya entrada en funcionamiento se autorizó durante el mandato de Víctor Cervera, que buscó de este modo beneficiar a su amigo, Nerio Torres Ortiz.
Don Raymundo Vargas Cruz: Toda una vida dedicado a una empresa de carácter completamente social, como el transporte de pasajeros.
Don Raymundo hizo notar que la Unión de Camioneros es una empresa de carácter familiar prácticamente, en la que sus integrantes están en el negocio por generaciones y en la que si alguno decide retirarse, suele vender sus acciones y unidades a otro empresario camionero, con lo cual no se da el acceso de nuevos integrantes a la agrupación.
Refirió que en su agrupación, las placas valen lo que cuesta tramitarlas y que la concesión es gratuita (a diferencia de lo que ocurre en el Frente Único de Trabajadores del Volante, donde las placas se cotizan a precios astronómicos).
Expresó que hoy en día prestan el servicio d transporte unas 350 unidades, cuya renovación se ha detenido hace tres años, pues los ingresos no alcanzan para cambiarlas.
Don Raymundo dió a conocer que tras muchos años de servicio, la directiva de la Unión se renovará en diciembre, a través de la elección de los socios de un nuevo presidente. Reflexionó que si bien la agrupación ha tenido presidentes autoritarios, la democracia que impera es auténtica, a grado tal que como presidente solamente representa un voto.
Es momento de ceder la estafeta a otros, refirió. Me siento profundamente orgulloso de lo realizado durante mi gestión, donde no solo se renovó el parque vehicular, sino que hemos participado aportando propuestas de solución a la problemática del transporte urbano, que ignoro porque no han sido tomadas en cuenta (como por ejemplo, que por la misma tarifa, el usuario pueda traladarse a diferentes puntos de la ciudad). Es tiempo de proceder al descanso y al disfrute de la familia y que sean otros los que procedan a enfrentar los retos que el autotransporte implica. No obstante, si alguien quisiera conocer mi opinión, siempre estaré dispuesto a aportar, pues el transporte de pasajeros, es una empresa eminentemente social, finalizó.