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Viernes 15 de junio.- Científicos de la Universidad de Leeds, el Instituto de Investigación de Cáncer y el Hospital Royal Mardsen, en Reino Unido, han descubierto un virus que puede viajar en las células sanguíneas para buscar y atacar a células cancerosas sin causar daños en el tejido sano.
En dicho trabajo, que publica la revista Science Translational Medicine, se probó con un reovirus que suele causar resfriados o infecciones estomacales y que, según han explicado los investigadores, es capaz de protegerse del ataque del sistema inmune viajando escondido en la sangre, un mecanismo que podría servir de base a futuras vacunas contra distintos tipos de cáncer.
Viajando de incógnito. La figura muestra el tejido hepático normal (color durazno) adonde llega la metástasis de cáncer colorrectal (rosado). Los virus oncolíticos (amarillo) se adhieren a los glóbulos blancos (indicados en color azul) y su fenotipo 'desaparece' (se vuelve indetectable) para los anticuerpos (indicados en blanco). Los glóbulos blancos 'chaperones' se infiltran por las células vasculares en el tejido hepático, y ya allí los virus oncolíticos matan a las células cancerosas sin dañar al tejido normal. Imagen de Science Translational Medicine.
Desde hace tiempo hay varias líneas de investigación abiertas que trabajan en cómo utilizar los virus para atacar el cáncer pero, hasta ahora, ninguna de ellas había conseguido mantener al virus vivo en el organismo porque, una vez inyectado, el sistema inmune lo atacaba y lo destruía. Sin embargo, este reovirus es capaz de solventar este problema, como ha demostrado el estudio, llevado a cabo con diez pacientes con cáncer colorrectal avanzado, en el que el tumor ya había avanzado hacia el hígado.
Los científicos observaron que, una vez inyectado, el virus era «escoltado» por células inmunes, que lo protegían de los anticuerpos naturales del paciente que normalmente hubieran causado su destrucción. Todos los pacientes recibieron una inyección de reovirus antes de ser sometidos a cirugía para extraer los tumores hepáticos, lo que ha impedido determinar su efecto real en el crecimiento del tumor o en la supervivencia de los pacientes. No obstante, sí lograron observar que las células inmunes protegían al virus cuando éste viajaba «escondido» en la sangre hacia los tumores.
Además, el virus fue detectado en el tumor pero no en el hígado, lo que quiere decir que estaba «atacando selectivamente» al cáncer. Asimismo, en la sangre el virus fue detectado en las células pero no en el plasma, el componente líquido de la sangre donde las células flotan suspendidas, lo que prueba su carácter inocuo.
Según ha explicado a la BBC el autor del estudio, Alan Melcher, de la Universidad de Leeds, «el estudio muestra que este virus es incluso más inteligente de lo que habíamos pensado previamente. Al viajar sobre las células sanguíneas el virus logra esconderse de las defensas inmunes naturales del organismo y alcanzar intacto su objetivo», ha reconocido este científico, que «no tiene dudas» de que el virus pueda eventualmente ser utilizado «combinándolo con quimioterapia» para el tratamiento de cáncer. (ABC)