944 palabras
OSLO, Noruega, 16 de junio.- La líder opositora birmana Aung San Suu Kyi agradeció hoy en Oslo, 21 años después de haber sido distinguida con el Nobel de la Paz, el premio que sacó del "olvido" a Birmania y la ayudó a ella a volver a la realidad cuando pasaba un cautiverio en su país que se prolongó durante dos décadas.
La medalla, el diploma y los 10 millones de coronas suecas (algo más de un millón de euros) fueron entregados en 1991 a su marido y sus hijos, pero faltaba el discurso, que Suu Kyi pronunció hoy, precedida de una gran ovación en el Ayuntamiento de Oslo.
Aung San señaló que todavía hay presos políticos en Birmania. (Foto Reuters)
"Me hizo real de nuevo, me devolvió al resto de la humanidad. Y lo que fue más importante, el Premio Nobel atrajo la atención del mundo sobre la lucha por la democracia y los derechos humanos en Birmania. No nos iban a olvidar", dijo.
Ese proceso de volver "al mundo del resto de los seres humanos" desde su aislamiento no fue instantáneo, sino paulatino, a medida que se iban produciendo las reacciones ante un premio que reconocía que "la oprimida y aislada Birmania era también una parte del mundo" y que era una muestra de "la unidad de la humanidad".
"Para mí recibir el premio Nobel de la Paz significa personalmente extender mi preocupación por la democracia y los derechos humanos más allá de las fronteras nacionales. El Nobel de la Paz abrió una puerta en mi corazón", dijo en su discurso Suu Kyi, en una ceremonia transmitida por la televisión pública noruega NRK.
Incendio intencional en Sittwe, Birmania, el viernes. Choques entre etnias han causado desplazamientos de más de 30,000 personas y 29 muertos desde el 8 de junio. Grupos rivales han incendiado casi 2600 casas. (AFP / Getty Images)
El viaje de Suu Kyi a Noruega ha sido posible por el proceso de reformas que se lleva a cabo en Birmania desde que la última junta militar se disolvió y traspasó el poder a un gobierno civil afín en 2011.
Suu Kyi denunció no obstante que las hostilidades no han cesado en el norte del país, y dijo que poco antes de su salida de Birmania hace unos días, en el oeste hubo episodios de violencia que resultaron en muertes, aunque se mostró esperanzada ante el futuro.
"En los últimos meses, las negociaciones entre el gobierno y los grupos étnicos han hecho progresos. Esperamos que los acuerdos de alto el fuego lleven a pactos políticos basados en las aspiraciones de la gente y el espíritu de unión", defendió.
La líder birmana recordó que tanto ella como su partido, la Liga Nacional por la Democracia (LND), están preparados para desempeñar "cualquier papel" en el proceso de reconciliación nacional.
Las reformas impulsadas por el Gobierno sólo se pueden sostener con la cooperación "inteligente" de todas las fuerzas internas y serán efectivas si mejoran la vida del pueblo birmano, de ahí que la comunidad internacional juegue "un rol vital", declaró.
En una intervención previa al discurso de Suu Kyi, el secretario del Comité Nobel noruego, Thorbjørn Jagland, resaltó que la ceremonia de hoy -más corta de lo habitual- es "una de las más notables" en la centenaria historia del galardón.
Aung San Suu Kyi fue distinguida en 1991 por ser "uno de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en Asia en las décadas recientes" y así se quería apoyar la lucha por la democracia, los derechos humanos y la reconciliación étnica, recordó.
"El intervalo de 21 años ha probado que el comité tenía razón", dijo Jagland, para quien la laureada se convirtió en "líder moral" de todo el mundo durante su arresto domiciliario.
Jagland expresó su deseo de que no sea necesario esperar tanto tiempo para que el disidente chino Liu Xiabo -premiado en 2010 y que cumple condena de cárcel por incitar a la subversión- pueda viajar a Oslo.
Suu Kyi, quien llegó ayer a Noruega procedente de Suiza, había iniciado la jornada de hoy visitando el Instituto Nobel y el Centro por la Paz y los Derechos Humanos, antes de ser recibida en audiencia por el rey Harald V, que al igual que la reina Sonia y el príncipe heredero Haakon presidieron luego la ceremonia en el Ayuntamiento.
En el consistorio municipal participará más tarde la homenajeada en una fiesta popular en su honor.
Suu Kyi, de 66 años, viajará el domingo a Bergen, donde asistirá a varios actos, y el lunes visitará el Parlamento noruego y hablará en el Foro Oslo sobre derechos humanos, última intervención de su visita antes de seguir viaje al Reino Unido.
Esta es la primera gira mundial de Suu Kyi tras 24 años de lucha pacífica para democratizar Birmania (Myanmar), gobernada durante más de cinco décadas por un férreo régimen militar. (EFE)