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Domingo 17 de junio.- Imágenes de vídeo revelan el momento en que Pamela McCarthy corría desnuda por la calle a la caza de su pareja y su hijo. Los investigadores han determinado que se necesitan unas siete personas para detener a un adulto de 70 kilos bajo el efecto del alucinógeno bautizado como «sales de baño».
Esta droga es equiparable al LSD. Se trata de una sustancia de diseño (creada de manera artificial) que provoca una gran adicción y que se ha hecho tristemente célebre tras el ataque del ya bautizado como «Caníbal de Miami» el mes pasado. Rudy Eugene no pudo dejar de comer el rostro de su víctima, Ronald Poppo, ni tras recibir el disparo de un agente de policía. Ya hubo otros ataques, como ha reportado Artículo 7.
Un vecino fotografió a la enloquecida mujer cuando corría desnuda por la calle persiguiendo a su pareja y a su hijo.
El nombre de este nuevo estupefaciente surge del parecido con las piedras usadas para generar un efecto relajante durante el baño. Se trata de un cóctel de anfetaminas sintéticas que, si se ingieren o se inyectan en el organismo, provocan una euforia similar a la de la cocaína.
Nueva York vivió la pasada semana un nuevo caso. Pamela McCarthy agredió violentamente a su hijo de tres años, que se salvó del ataque gracias a que su padre pudo escapar con él de la casa. La policía usó una pistola de descargas eléctricas para reducirla, lo que a posteriori le provocó un paro cardíaco que la mató.
El novio de Pamela McCarthy contó a la prensa que la vio corriendo desnuda fuera del apartamento después de golpear y tratar de estrangular a su hijo. Él corrió a recuperar al niño y salió corriendo lejos de su alcance, mientras los vecinos llamaban a la policía. Otro contó que la mujer también agredió a uno de sus perros y trató de estrangularlo con las piernas.
Las imágenes del suceso han generado un extenso debate en la sociedad estadounidense ante los últimos casos de ataques especialmente violentos relacionados con el consumo de esta droga.
«Estas drogas de alguna manera apagan las áreas de funcionamiento superiores del cerebro y realmente reducen a las personas a un instinto muy primario», advirtió Alexander Garrard, médico del Centro de Control de Envenenamiento. En 2011 se reportaron 118 casos, mientras que en los primeros cinco meses de 2012 fueron registrados 141.