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Viernes 22 de junio.- El gobierno mexicano anunció su decisión de cancelar el proyecto de desarrollo turístico en Cabo Cortés, Baja California, lo cual significa un avance para la protección internacional de Cabo Pulmo. A raíz de una demanda legal en contra de la evaluación de impacto ambiental aprobada condicionalmente, el gobierno decidió retirar el permiso ambiental al proyecto. El 15 de junio, el presidente de México, Felipe Calderón, afirmó que "el proyecto no se llevará a cabo".
Foto Octavio Aburto / iLCP
El arrecife de coral Cabo Pulmo es un tesoro ecológico. Ubicado en el extremo meridional de Baja California Sur, el arrecife, de 20,000 años de antigüedad, es uno de los tres de su tipo en la costa del Pacífico del continente americano. Varias de las 800 especies de animales que habitan el Mar de Cortés buscan refugio en los arrecifes y algunos estudios han demostrado que juegan un papel fundamental en la ecología más grande de la región.
Los desarrolladores inmobiliarios tenían previsto construir, cerca del arrecife Cabo Pulmo, un complejo turístico próximo al arrecife Cabo Cortés, donde habría 34,000 cuartos de hotel, tres puertos y por lo menos tres campos de golf, construcciones que abrumarían la zona escasamente poblada con una afluencia mayor de turistas y contaminación del ambiente.
Foto Ralph Lee Hopkins / iLCP
Un gran número de trabajadores de servicios permanentes en la zona serían necesarios para operar las nuevas instalaciones, lo cual conllevaría a la construcción de más viviendas e infraestructura en la zona de sensibilidad ecológica cerca de Cabo Pulmo.
Los arrecifes de coral son extremadamente vulnerables al impacto del desarrollo. La sedimentación causada por el desarrollo a lo largo de la costa podría hacer que los corales se blanqueen y mueran. Una vez que estas zonas turísticas se construyan, el escurrimiento de las aguas residuales podría resultar en el crecimiento de algas anormales que bloquearían la luz solar y ahogarían el arrecife por el cierre de la fotosíntesis. En los ecosistemas sanos, los peces contrarrestan este tipo de fluctuaciones al comerse el exceso de algas. Pero las zonas turísticas podrían probablemente afectar este mecanismo de control, con niveles más altos de pesca deportiva y una creciente demanda de productos del mar podría agotar la población de peces y restar al arrecife su habilidad natural para adaptarse.
Mientras tanto, los nuevos puertos marinos podrían traer un mayor tráfico de embarcaciones y de buceo deportivo hacia las aguas costeras, lo que causa más estrés físico a los arrecifes e incrementa el problema de la toma ilegal de muestras de coral. Por último, los fertilizantes, herbicidas y plaguicidas que se utilizan para mantener los campos de golf podrían contaminar las corrientes marinas y alterar el delicado equilibrio ecológico.
La situación no podría ser peor. Los crecientes niveles de dióxido de carbono en la atmósfera están provocando que las aguas oceánicas se vuelvan más ácidas, lo cual interfiere con el proceso de formación de calcio, que construye y mantiene a los arrecifes como Cabo Pulmo. Como la acidificación del océano disminuye la formación de coral, se convierte en una situación muy seria el proteger los arrecifes de estos factores de estrés introducidos por estas zonas turísticas y que bien son evitables e innecesarios.
Foto Lee Hopkins / iLCP
Ésta no es la primera vez que Cabo Pulmo se ha enfrentado a una amenaza grave. El arrecife casi desapareció en la década de 1980 debido a la sobrepesca, pero el gobierno mexicano intervino en 1995 y clasificó al arrecife como parque nacional. Desde entonces, el arrecife ha crecido y el ecosistema circundante ha prosperado. Desafortunadamente, las leyes ambientales de México -y las autoridades encargadas de hacerlas cumplir- pueden ser demasiado débiles para proteger el arrecife de este momento. En 2007, año en el que una evaluación inadecuada del impacto ambiental (EIA) realizada a toda prisa fue presentada por primera vez, una coalición de organizaciones dirigidas por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) y Defensa Ambiental del Noroeste (DAN) presentó una demanda para obligar al gobierno a proteger a los arrecifes. Sin embargo, cuando los proyectos se aprobaron, las organizaciones nuevamente apelaron. Finalmente, después de miles de peticiones desde todo el mundo para salvar a Cabo Pulmo, el Presidente Calderón y su Gabinete decidieron escuchar y tomar medidas de protección para el arrecife y las futuras generaciones.
Reconociendo la oportunidad de fortalecer los esfuerzos de la sociedad civil por medio de la incorporación de estrategias legales internacionales, la Asociación Internacional para la Defensa del Ambiente (AIDA) se ha asociado con comunidades y organizaciones locales en Baja California Sur para combatir los centros turísticos. En febrero de 2011, AIDA ayudó a presentar una petición ante la Secretaría de la Convención de Ramsar (SRC) y el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO -tratados internacionales de conservación- para pedirles a ambos su ayuda para llevar a cabo una evaluación independiente de los proyectos propuestos y recomendar medidas específicas para proteger a Cabo Pulmo.
También se organizó una misión de autoridades internacionales que visitaron el arrecife y otorgaron recomendaciones a México para su protección.
Nos alegramos por la importante decisión del Presidente Felipe Calderón de proteger el arrecife de coral Cabo Pulmo y la espléndida biodiversidad marina de su hábitat.
El Natural Resources Defense Council (NRDC) le invita a felicitar al primer mandatario de México, Felipe Calderón. Para enviar su mensaje, haga clic aquí.