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Según contaba su hermano Leon, de niño Jimi Hendrix pasaba las horas simulando que tocaba la guitarra, practicando eso hoy mundialmente como air guitar.
Hendrix también quería ser como Elvis. Y aunque no tuvo su primera guitarra eléctrica hasta los 16 años (“una guitarra de verdad”, le dijo a la que entonces era su novia), era sólo cuestión de tiempo que se convirtiera en uno de los guitarristas más revolucionarios del rock de todos los tiempos.
Tenía los dedos anormalmente largos y eso contribuyó a que desarrollara su habilidad como guitarrista. También era una esponja que absorbía cualquier música que captara su atención. Nació y vivió sus primeros años en Seattle, una de las pocas ciudades norteamericanas donde la segregación racial no era una lacra social.
Eso permitió que Hendrix escuchara todo tipo de música en un club local llamado Spanish Castle. Años después, cuando ya vivía en el neoyorquino barrio de Harlem, y quizá nostálgico de aquella libertad, escribió Spanish Castle Magic.
En sus comienzos recorrió Estados Unidos tocando para Solomon Burke, Little Richard o Isley Brothers. Burke se lo cambió a Otis Redding por un trompetista. Pero Redding también acabó despidiéndolo, ya que Hendrix tenía la costumbre de empezar a desmadrarse con la guitarra a la mínima ocasión. No se cortaba cuando lograba conocer a sus ídolos.
A Albert King le preguntó sin rodeos cómo conseguía tocar así. Quería saber qué había que hacer para ser tan bueno. Cuando tocaba canciones ajenas las hacía suyas. Eso fue lo que ocurrió con Hey Joe, su primer single. Lo grabó en 1966, ya instalado en Londres. Fue el primer paso de una revolución musical que dejaría boquiabierta a la crème del rock británico.
En cuestión de meses, Hendrix se convirtió en una estrella. Nadie había visto nunca a un guitarrista capaz de tocar con los dientes o con la guitarra en la espalda. Consciente de que el público no estaba preparado para un sonido tan transgresor, su manager potenció el aspecto visual del artista. Su pelo afro, sus pantalones de terciopelo y su casaca lo convirtieron en un icono.
Eric Clapton, Jeff Beck y Pete Townshend reconocen que sintieron celos de la destreza de Hendrix. Transformó el sonido de la guitarra eléctrica y puso patas arriba el rock, declararía posteriormente el guitarrista de The Who años después. Paul McCartney recuerda el orgullo que sintió al verle tocar el tema principal de Sgt Pepper’s tan sólo dos días después de que hubiera salido el álbum de los Beatles.
Hendrix falleció el 18 de septiembre de 1970. Fue el primer ídolo de la era pop que moría accidentalmente, víctima de los excesos. Se fue con sólo 27 años pero los tres álbumes de estudio que llegó a editar en vida,Are You Experienced?, Axis Bold As Love y Electric Ladyland, fueron clásicos instantáneos.
Su última gran hazaña fue la desgarradora interpretación del himno americano cuando el festival de Woodstock terminaba. Un grito eléctrico de protesta contra la guerra de Vietnam cuya rabia forma parte del legado eterno de Hendrix.