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Reportaje de Markus Becker desde Tulum para Spiegel (26-XI-12)
En México, en cuevas inundadas, reposan mayas muertos y huesos de seres humanos de la Edad de Piedra. Ahora el laberinto subacuático se explora con técnicas de filmación modernas: los arqueólogos crean modelos informáticos de las reliquias y una película documenta las cuevas por vez primera en 3D.
Hace siglos, un hombre encontró aquí su final. Su cuerpo cayó en una cueva inundada, se hundió en el agua. Su carne se desprendió lentamente de sus huesos. Hoy mira por sus cuencas vacías a los buzos. La cabeza se yergue, como si el muerto quisiera resucitar... levantarse de la arena y sacudirse el sedimento molesto que cubre sus huesos. Huir de la oscuridad silenciosa.
Bucear en un cenote: en los ojos de agua se han descubierto numerosos esqueletos, piezas de cerámica y joyas antiguas.(Uli Kunz)
Los otros tal vez deseen seguirlo, ya que no está solo. Los restos de más de 125 personas yacen en el cenote Las Calaveras. ¿Cómo y por qué están allí? Si murieron al mismo tiempo o se fueron acumulando a lo largo de muchos siglos, nadie lo sabe.
Los cenotes de la Península de Yucatán, en México, son un mundo extraño y tan hermoso que corta el aliento. Surgen cuando los techos de las cuevas de piedra caliza colapsan.
Algunos se llenan con agua de lluvia, muchos llegan al manto freático- y conectan a menudo con cuevas laberínticas gigantes. Ya en la edad de piedra muchas cavernas secas sirvieron de viviendas- y de sepultura. Los mayas veneraban los cenotes como puertas del inframundo: Xibalbá, el lugar del miedo.
Hoy, se los investiga sistemáticamente. Los buzos han recorrido cientos de kilómetros por los ríos subterráneos, los investigadores alemanes hacen por computadora modelos tridimensionales de los huesos y cerámica en ellos descubiertos y, por primera vez, las cuevas se documentan en película 3D. El filme, titulado "Las Grutas de los Muertos", llegará en el verano de 2013 a los cines.
Las necesidades del rodaje someten a los participantes a duras pruebas físicas y nerviosas. Por ejemplo, para llegar a los esqueletos en el fondo del Cenote Las Calaveras, las personas y el voluminoso equipo tienen que pasar por una abertura de apenas un metro cuadrado.
El director Norbert Vander se arroja personalmente a la palestra: escala la roca cubierta de musgo, resbaladiza, hacia el borde del agujero; ordena, maldice, suda. En la selva hay más de 30 grados y la humedad de un baño turco. "Podían tocar el violonchelo en mis nervios", dice Vander.
Delante de él cuelga de una polea la cámara subacuática 3D- una pieza única pecaminosamente cara. Sus ayudantes dejan deslizarse muy lentamente el aparato de 80 kg, hacia abajo por un agujero con margen de escasos centímetros. Vander dirige la cuerda con la mano, mientras el sudor le chorrea. Cuando la carcasa angular se desliza, hay aplausos. En las profundidades, los buzos reciben el dispositivo de alta tecnología.
Para el rodaje de la película en 3D "The Cave of the Dead" fue necesario transportar por la jungla el pesado equipo de filmación subacuático. (Markus Becker)
Los buzos consumieron numerosos tanques de oxígeno y de Nitrox. (Markus Becker)
El arqueólogo Florian Huber durante el descenso al cenote Las Calaveras. (Markus Becker)
Cámara 3D subacuática, diseñada específicamente para esta película. Todas las funciones importantes pueden ser controladas desde la superficie. (Uli Kunz)
Entrando al cenote. (Uli Kunz)
El manejo de la Cámara de alta tecnología no fue siempre fácil. (Uli Kunz)
Bajando al cenote Las Calaveras, en el cual se encuentran los restos de 125 hombres. (Uli Kunz)