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Investigación de Elda Zapata para Reporte Índigo
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de noviembre.- Al comenzar una relación de pareja, la pasión se desborda. Las ansias sexuales son tan incontenibles que tener sexo es muy frecuente, las caricias más seguidas y las miradas provocadoras. Pero toda esa energía puesta en el deseo carnal no es eterna; tarde o temprano las relaciones maduran y brindan una cierta comodidad y predictibilidad en los amantes.
En lugar de velas, cena íntima, música, iluminación y palabras románticas la relación se vuelve tediosa, los defectos salen a flote y los pretextos infinitos: “Estoy cansada” o “tengo junta a las 8 de la mañana”. Las cosas cotidianas los aleja de la sexualidad, ir a correr un sábado en la mañana se convierte en más importante que desayunar en la cama, ver televisión en las noches es más atractivo que platicar de cómo les fue en el día.
El aburrimiento se mete lentamente en la cama de la pareja.
El estudio “Sexualidad e inteligencia erótica de los mexicanos”, el primero en su tipo efectuado en el país, revela que los mexicanos están insatisfechos con su vida sexual y la tachan de aburrida.
En el estudio, realizado por la Asociación Mexicana de Agencias de Mercado e Investigación (AMAI) y encabezado por Roberto Valdés, vicepresidente de De la Riva Group, se entrevistó a 7 mil 100 personas, 51% mujeres y 49% hombres de las principales ciudades de México: Guadalajara, Monterrey, Veracruz, Puebla, Tijuana y Mérida, elegidas por su ubicación y diferencias socioculturales.
Pero, antes de empezar a describir la vida sexual del mexicano, es importante entender el término de inteligencia erótica, sobre el cual se basó la investigación.
Esther Perel, autora del best seller mundial “Inteligencia erótica”, la define como “un término con el cual no nacemos, sino que cultivamos. Nacemos sensuales y nos devolvemos a ser eróticos. Es cómo mantenerse en vivo, cómo conectarse con la fuerza erótica, con el cuerpo, la libertad y autonomía, además del placer y la curiosidad. La inteligencia erótica es todo lo que permite no aburrirnos”.
La sensualidad idealmente implica coqueteo, ambiente físico y todo el cuerpo. Pero, ¿qué sucede cuando se quiere llegar al orgasmo sin antes haber tenido más contacto físico?
La investigación sorprendentemente arrojó que el 34% de los entrevistados dicen estar satisfechos con su sexualidad, 21% están nada satisfechos y un 45% “algo” satisfecho, expresión que se debe tomar con pinzas. El 65% confesó que su relación sexual no fue planeada y que el 10% lo pensó con mayor anticipación.
El acto sexual va más allá de tener un orgasmo. La atracción, el foreplay, la exploración y la sensualidad forman parte del encuentro.
Silvia Olmedo, doctora en psicología y sexología, explica que la sensualidad es algo subjetivo que no necesariamente tiene que ser en una parte del cuerpo, y asegura que las ideas erróneas sobre sexualidad, la falta de madurez y el desconocimiento de uno mismo provocan que la inteligencia erótica se inhiba.
Según el estudio, la última experiencia sexual del mexicano entre los 35 a 44 años de edad es cada 17 días; entre los 45 a 54 sucede cada 25 días y entre los 25 a 34 años cada 21 días.
Aunado a esto, una tercera parte nunca, casi nunca o sólo algunas veces alcanzan el clímax.
La sexóloga afirma que el hombre llega más fácilmente al orgasmo, su autoconocimiento es mayor y, al contrario de las mujeres, conoce las zonas de placer y sabe cómo proporcionarlo.
El estudio lo avala al establecer que el 69% de los hombres alcanzan el clímax, mientras que el 59% de las mujeres dicen tener un orgasmo.
Otra cifra arroja que entre los 15 y 17 años de edad, el 44% han tenido relaciones cada 20 días; el 65% afirma no planear el acto y para el 73% resulta ser una ocasión normal… ¿Dónde queda el erotismo?, ¿el deseo sexual?, ¿la pasión?
Esther Perel menciona que la pasión suele desaparecer con el tiempo, en cambio el erotismo tiene más posibilidades de permanecer. Las parejas no suelen vivir un estado de enamoramiento permanente; sin embargo, lo que sí se puede lograr, es reservar aquellos espacios que revivan la chispa erótica. Establecer una frontera, agrega Perel, entre el ámbito de las responsabilidades y el del disfrutar.
Si a partir de los 15 años se tiene relaciones, es alarmante que dentro del 80% de los hogares mexicanos se hable poco o nada sobre el tema, es decir, 8 de cada 10 hogares no hablan de sexo. A pesar de que hay un 94% donde los mexicanos consideran que sí es necesario que la sociedad esté informada, en la práctica ocurre lo contrario.
Aunque al 70% de las mujeres les hubiera gustado ser informadas por su madre sobre temas de sexualidad, en la práctica fue sólo el 28%.
De los 3 mil 484 hombres, al 51% les hubiera gustado obtener información de su padre; sólo el 20% lo obtuvo.
Con estas cifras expuestas resulta comprensible por qué los mexicanos, en pleno fervor de su sexualidad, consideran tener una vida sexual aburrida: no están informados. No saben qué, ni cómo hacerlo.
Si los que tienen información (un porcentaje muy reducido) la obtuvieron desde los 15 años, ¿qué pasa con hombres y mujeres de 25, 35 ó 45 años? ¿Qué tipo de referencias tienen? Pocos se actualizan, el “pudor”, la flojera o la simple ignorancia y falta de chispa con los temas que conciernen a su vida sexual los llevan a no aprender cosas nuevas sobre el tema.
Y aunque el 32% de mujeres y el 36% de hombres estén muy satisfechos en su vida sexual es importante crear un mundo lúdico entre la pareja donde existan momentos de privacidad e intimidad. Como menciona Perel, crear un espacio erótico no es sólo crear un espacio para tener sexo, es un espacio donde el aburrimiento no tiene lugar, y el deseo lo abarca todo.
Según el estudio, la última experiencia sexual del mexicano entre los 35 a 44 años de edad es cada 17 días; entre los 45 a 54 sucede cada 25 días y entre los 25 a 34 años, cada 21 días.
Aunado a esto, una tercera parte nunca, casi nunca, o sólo algunas veces alcanza el clímax.
El 6% de las mujeres afirmaron haber pagado un servicio sexual una vez al mes. El 22% de los hombres hicieron lo mismo.
Los mexicanos entre los 55 a 70 años han redescubierto su sexualidad por el uso de Viagra y Sialis.
Resulta sorprendente que las mujeres tienden a disfrutar de un baño, una conversación con amigos, abrazar, caminar en la arena, escuchar el sonido de las olas del mar, el aroma de la lluvia, una cena íntima, un poema romántico.
Los hombres también tienen sus placeres: el 55% disfrutan una cerveza bien fría (el 43% de las mujeres también).