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MOSCU, Rusia, 26 de abril.- Todas las fatalidades posibles se aliaron en la madrugada de ayer para dar como resultado una nueva y espeluznante tragedia en un centro sanitario ruso para drogadictos y desequilibrados mentales.
Un voraz incendio acabó con la vida de 38 personas en el psiquiátrico del poblado de Rámenski, en las afueras de Moscú.
El enorme retraso con el que acudieron los bomberos, los materiales altamente inflamables del edificio y la potencia de los sedantes administrados a los internos contribuyeron a agravar las consecuencias del siniestro.
Todas las víctimas del voraz incendio fueron halladas en sus camas. La potencia de los sedantes administrados a los internos contribuyeron a agravar las consecuencias del siniestro.
Se sospecha que el autor del desastre pudo ser un drogadicto recién ingresado que, en contra de las normas, se fumó un cigarrillo y tiró la colilla encendida encima de un sofá.
Según Yuri Deshióvij, responsable del departamento de vigilancia del Ministerio de Protección Civil, «todas las víctimas fueron halladas en sus camas». En declaraciones a la agencia RIA-Nóvosti, Deshióvij asegura que casi 30 de los 38 cadáveres estaban carbonizados. Los demás perecieron al inhalar el humo. Fuentes de otros centros psiquiátricos creen que los pacientes no pudieron reaccionar debido a los fuertes medicamentos que se les administra.
Murat Sharov, director del centro, se justificó señalando que «eran enfermos psiquiátricos muy difíciles con patologías crónicas y cuadros agravados por el alcohol y las drogas». Las ventanas están provistas de gruesos barrotes, aunque, según la ministra de Sanidad, Verónica Skvortsova, «no se empleó ningún tipo de atadura con los enfermos». Al mismo tiempo, Sharov dijo no poder comprender cómo algo así pudo suceder dado que, según sus palabras, «los dispositivos anti-incendios funcionaron correctamente».
El incendio se declaró hacia la una y media de la madrugada y en ese momento en el psiquiátrico había 41 personas. Deshióvij relata que una de las enfermeras, Victoria Vólkova, de 30 años de edad, intentó apagar el fuego con un extintor, pero la intensidad de las llamas la hizo comprender que había que salir de allí sin pérdida de tiempo.
Vólkova abandonó el edificio y puso también a salvo a dos pacientes, una joven de 26 años y un hombre de 68. Fueron los únicos supervivientes. Las otras dos enfermeras de guardia murieron. En total, perdieron la vida 9 mujeres y 29 hombres.
Los bomberos tardaron una hora en llegar por culpa del rodeo que tuvieron que dar al haber en el camino un puente cerrado por obras. De no ser por este percance, sostienen las autoridades locales, el trayecto no hubiese durado más de veinte minutos.
La encargada del centro regional de Protección Civil, Julia Skoroshévskaya, recordó que el inmueble fue construido hace 20 años y muchos de los recubrimientos del techo y paredes son de madera. Según Deshióvij, en enero de 2012 fue llevada a cabo una inspección de seguridad y «se hallaron fallos en el sistema antiincendios que fueron subsanados ocho meses después». Según Vólkova, la enfermera que logró escapar de las llamas, «la alarma se escuchó perfectamente».
El Presidente Vladímir Putin ha ordenado que se realice una investigación mientras que el Gobernador de la región de Moscú, Andréi Vorobiov, ha informado que serán comprobadas las medidas de seguridad de todos los psiquiátricos de la zona. Los incendios en residencias de ancianos, psiquiátricos, orfanatos y centros de acogida son muy frecuentes en Rusia en los últimos años. (ABC)