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MÉRIDA, Yucatán, 28 de abril.- Por medio de un escrito, un lector alega haber sido víctima de arbitrariedades policíacas y expresa su inconformidad por dichos hechos:
Estimado Comandante Luis Felipe Saidén Ojeda:
Este escrito es para informarle sobre la arbitraria actitud de sus uniformados, que genera resentimiento entre la ciudadanía.
El domingo 28 de abril, minutos antes de las 9 de la noche, fui detenido en la calle 45 x 80 del centro de la ciudad de Mérida por agentes de la mal llamada “Seguridad Ciudadana”.
El motivo de la detención (o, si quiere usar lenguaje legaloide, “parada”, pero como no podía irme cuando yo quisiera, propongo que llamemos a las cosas por su nombre) es que mi vehículo tenía el foco trasero fundido.
Acepto la multa. Es más, aplaudo la multa porque es justa. Por mí, que se proclame el Día Internacional de las Multas, pero lo que no acepto es que sus hombres me hagan perder el tiempo y ataquen mi vida privada preguntándome a qué me dedico, a dónde voy, etc., preguntas a las que respondí, como es mi derecho, que no era de su incumbencia.
Uno de estos pseudo oficiales se paró frente a la placa de su patrulla en todo momento, para que no pudiera identificarlos, y cuando me dirigí a ver cuál era el número del vehículo, con prepotencia me amenazó para que me retirara. Además de eso, el uniformado en cuestión se negó a decirme su nombre y amenazó con “ir a mi casa” más adelante.
Este hecho lo he dado a conocer en Twitter y mi queja fue republicada por @retenesmerida, cuenta que tiene más de 28 mil seguidores.
Por este medio quiero dejar claro que yo no soy como Álex Albornoz Mis, a quien sus oficiales acosaron y hostigaron y en varias ocasiones persiguieron hasta su casa, antes de atropellarlo en Periférico accidentalmente. Si veo al mencionado “guardián del orden” en mi calle o si tiene el atrevimiento de tocar a mi timbre o intentar allanar mi predio, le tomaré fotos y video y los difundiré por Twitter y todo lo que necesitaré es el nombre del oficial, que sin duda alguien me facilitará, para exponerlo en la red, tal como hice con Ángel Ocejo Castillo, quien en diciembre de 2008 robó mis apuntes, borró ilegalmente varias fotografías que tomé en el norte de la ciudad y ordenó a sus subordinados que me arrestaran por atreverme a criticarlo a usted. Ya sabe, el famoso “siete siete”, cuando sus oficiales arrestan a alguien sólo porque les cayó mal. En otras palabras, un vil y vulgar secuestro.
El hecho que le menciono de Ángel Ocejo Castillo es, gracias a mí, el legado de toda su vida. Entonces, ahora (4 años después) y dentro de 10 años será la principal referencia sobre dicho sujeto en la red. Si él no quería ver arruinada su reputación, debió tragarse su orgullo y respetar mi afición, perfectamente lícita, que es tomar fotografías a todo lo que me parezca estético.
Así que le sugiero de la manera más respetuosa, señor comandante, le recomiende al mencionado oficial que no esté amenazando a las personas.
Firma José M. Repetto M.