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TOKIO, Japón, 17 de julio.- Hace exactamente treinta años, Nintendo lanzaba en Japón un sistema que establecería las reglas fundamentales para todo lo que surgió después en materia de entretenimiento electrónico. Una “consola que no fue consola”, y que por sí sola lograría resucitar a un mercado devastado por empresas sin innovación, y despreciado por consumidores cansados.
Un sistema que sería el punto de partida para algunas de las franquicias más exitosas en la historia de los videojuegos.
El 15 de abril de 1983 marca el nacimiento de la Famicom, que poco más de dos años después se convertiría en el Nintendo NES al otro lado del mundo. Y hoy, celebramos a esta histórica plataforma.
Entre 1983 y 1985, “consola” se convirtió en una mala palabra. Las tiendas huían de esos sistemas como si fueran la peste, y honestamente, tenían razón al hacerlo. Ya habían aprendido por las malas en 1977 lo que podía ser un mercado hueco y sin sentido, en el que lo único que tenían las empresas para entregar eran clones del Pong.
La combinación de Space Invaders y la consola Atari 2600 inyectó vida a ese débil entorno, pero Occidente no aprendió la lección.
En 1983, el mercado de los videojuegos alcanzó masa crítica otra vez, con E.T. y el trágico port de Pac-Man para Atari 2600 a la cabeza. Se necesitaban otras ideas, otros conceptos.
El salto de calidad debía ser drástico, y era esencial encontrar un equilibrio con el avance de los ordenadores hogareños.
Mientras Atari enterraba cartuchos en el desierto (o así dice la leyenda), el salvador del mercado daba sus primeros pasos al otro lado del mundo.
La llegada del Nintendo NES a Estados Unidos no fue sencilla, principalmente por lo que mencionamos más arriba. Usar las expresiones “consola” o “videojuego” era una locura, y fueron necesarios varios ajustes de marketing: El NES era un “sistema de entretenimiento”, y los cartuchos Game Paks.
El Nintendo NES no sólo fue un sistema bisagra por mérito propio, sino que estaba obligado a serlo para triunfar en un mercado que había perdido el 97 por ciento de su valor en menos de dos años.
Otro punto crítico en el éxito del Nintendo NES estuvo en el control de desarrollo. Antes, hasta una compañía de comida para perros podía hacer un videojuego en una consola sin oposición del fabricante. Con Nintendo y su NES, la historia fue muy diferente, y eso garantizó la calidad de la mayoría de sus títulos.
El Nintendo NES tampoco estuvo libre de fracasos, y lo primero que viene a la mente es el Power Glove, aunque Nintendo no fue directamente responsable en ese caso.
El Nintendo NES fue discontinuado en 1995, pero el Famicom original siguió fabricándose hasta el 2003, y Nintendo terminó los servicios oficiales de reparación en el 2007.
Veinte años en el mercado, y treinta con nosotros. La emulación ha asumido el rol de mantener con vida a todos esos maravillosos juegos, más allá de que aún puedan encontrarse consolas en el mercado de segunda mano. Nadie puede negarlo: Todavía estaríamos jugando Pong si no fuera por el Nintendo Entertainment System.
¡Feliz cumpleaños, NES! Y esperamos que sean treinta más. Por lo menos.
El sector de las consolas estuvo en peligro de extinción en 1983. La llamada crisis de los videojuegos era la agonía de las máquinas domésticas.
Atari, la primera marca con éxito comercial real, estaba a punto de la bancarrota por exceso de optimismo en el cálculo de las previsiones de éxito de sus nuevos juegos. Decenas de consolas de baja calidad y videojuegos aún peores habían deprimido una industria metida en los hogares desde mediados de los setenta.
Estados Unidos era la gran potencia del sector. La japonesa Nintendo, históricamente una marca de juegos de cartas metida a juegos de mesa e infantiles, había mostrado interés por los juegos electrónicos y había creado algún título de éxito como Donkey Kong.
La compañía finalmente se animó a crear su propia consola. El 15 de julio de 1983 salió en Japón con el nombre de Famicom (Family Computer), una máquina que daría dos años después el salto a occidente con el nombre de NES (Nintendo Entertaiment System).
Vendió 62 millones de en todo el mundo, una cifra que no sería superada hasta la llegada de la PlayStation de Sony a mediados de los noventa. Nintendo no batió la marca de NES hasta la llegada de la Wii en el 2006.
Super Mario La empresa japonesa estableció una serie de condiciones que motivaron el éxito de la NES y marcaron el modelo posterior de la industria. La primera fue fijar un estándar para evitar juegos de baja calidad, una de las principales causas del fracaso de las anteriores consolas. Para conseguirlo, tenía un control absoluto sobre los cartuchos con un chip que obligaba a la compatibilidad previa autorización de Nintendo. Los desarrolladores, además, tenían marcado un número limitado de títulos al año.
La absoluta posición de dominio permitía a Nintendo imponer sus condiciones a los creadores de juegos. La competencia entre las máquinas de 8-bits era pujante, pero no hacía sombra: la también japonesa SEGA tuvo varios intentos en el rango de tercera generación, pero con la de mayor éxito, la Master System, superó escasamente los 13 millones; la Atari 7800 vendió poco más de tres millones en todo el mundo
Icono pop La NES marcó también un antes y después con sus accesorios. Nintendo sustituyó los tradicionales joystick por un modelo más manejable, el pad, con un controlador plano en lugar del palo vertical. El resto de consolas posteriores ha imitado el mismo estilo. El mando de NES es, de hecho, un icono de la cultura pop.
Otros periféricos de éxito como la pistola ayudaron a la popularización de la consola, imbatible hasta la llegada de las consolas de cuarta generación, las históricas de 16-bitsSuperNintendo y Mega Drive en los años noventa.
Pero si por algo Nintendo consiguió estar por encima del resto y marcar historia fue por sus videojuegos. La compañía japonesa introdujo la narración en los juegos, ahora con argumento complejo. Antes a nadie le importaba por qué Míster Pac-Man comía cocos sin parar ni por qué le perseguían unos fantasmas.
Los juegos estaban basados en la filosofía de las recreativas: simples y de corta duración para que el jugador introdujera monedas sin parar.
A partir de entonces, el argumento pasó a formar parte indispensable de la creación. Por eso sagas míticas como Super Mario, Zelda o Final Fantasy, nacidas con NES, siguen siendo títulos de éxito en los nuevos modelos de consola. (Agencias)