604 palabras
RIO DE JANEIRO, Brasil, 22 de julio.- El Papa Francisco vivió hoy una tumultuosa acogida en su primera visita a Brasil, donde fue rodeado por decenas de miles de personas, que interceptaron el coche en el que el Sumo Pontífice viajó desde el aeropuerto de Río a la catedral metropolitana e intentaron tocarlo y tomarle fotografías.
Tras ser recibido en el aeropuerto por la Presidenta Dilma Rousseff, Francisco se dirigió a la Catedral Metropolitana a bordo de un automóvil sin blindaje, en el que viajó con la ventanilla baja.
El Papa Francisco vivió una tumultuosa acogida en su primera visita a Brasil.
El tumultuoso primer "baño de masas" de Francisco en Brasil no registró incidentes.
Tras ser recibido en el aeropuerto por la Presidenta Dilma Rousseff, Francisco se dirigió a la Catedral Metropolitana a bordo de un automóvil sin blindaje, en el que viajó con la ventanilla baja.
Cuando el vehículo llegó a la avenida Presidente Vargas -una de las principales vías de la zona céntrica de la ciudad-, decenas de miles de personas lograron acercarse al coche, que sólo era protegido por unos pocos policías en motocicleta y por un grupo de agentes federales.
El momento más tenso del trayecto ocurrió cuando el auto ingresó en una pista cuya parte derecha estaba totalmente bloqueada por autobuses estacionados, lo que obligó al vehículo del Papa a reducir la velocidad.
Allí, la multitud rodeó el auto sosteniendo teléfonos móviles en un intento por tomar fotografías del Pontífice. Algunos llegaron incluso a poner el brazo dentro del coche antes de ser alejados por los guardaespaldas de traje negro.
Francisco, sin embargo, no pareció molestarse por el acoso popular. Ante el pedido de una madre para que bendiciera a su hijo pequeño, el Papa pidió al agente federal que lo protegía que le entregase el niño y lo besó.
Luego, al llegar a la Catedral Metropolitana, se embarcó en un automóvil abierto en el que recorrió varias calles del centro de la ciudad, esta vez sin que la multitud que lo aguardaba lograra acercarse al vehículo, que fue protegido por un cordón conformado por voluntarios de la JMJ.
El tumultuoso primer "baño de masas" de Francisco en Brasil no registró incidentes, pero generó dudas sobre el esquema de seguridad armado para proteger al Papa, que permanecerá en el país hasta el domingo para liderar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que atrajo a Río a entre 1.5 y dos millones de fieles, según las autoridades.
En una entrevista concedida horas antes de la llegada del jefe de la Santa Sede, el Alcalde de Río, Eduardo Paes, había reconocido que la visita papal sería para la ciudad el evento "más complejo" desde el punto de vista logístico, por tratarse de "un líder espiritual de la importancia del papa Francisco, y que no sigue normas de seguridad". (DPA)