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MEXICO, D.F., 1 de agosto.- El entierro de un guerrero decapitado y un horno prehispánico de producción cerámica, en cuyo interior había ollas, braseros, comales, cajetes y sahumadores, fueron hallados recientemente en Morelos por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Los descubrimientos tienen una antigüedad asociada al periodo Clásico Tardío, que abarca del 350 al 600 d.C., y se localizaron en la parte baja del cerro El Tlatoani, ubicado en Tlayacapan, zona que fue un espacio urbano con al menos dos momentos constructivos, informó el INAH en un comunicado.
El arqueólogo Raúl Francisco González Quezada explicó que los restos del individuo se encontraban ataviados con un ajuar muy rico, conformado de orejeras y un collar con cuentas de piedra verde, otros artefactos también de este material y una serie de vasijas, lo que indica que podría tratarse de un sujeto de la clase hegemónica de la sociedad tlayacapense de su época.
De los restos óseos se identificaron las extremidades inferiores y las vértebras cervicales con huellas de corte, lo que indica su decapitación, además los especialistas suponen que se trató de un guerrero porque en el cráneo se aprecia una perforación provocada posiblemente por una punta de proyectil.
González Quezada añadió que las piezas encontradas están en proceso de restauración y análisis para determinar la cronología y procedencia del sujeto decapitado.
El cerro El Tlatoani, en la Sierra de Tepoztlán, Morelos, es de una época anterior a la de El Tepozteco y desde hace un año, investigadores del INAH se han dedicado a estudiar dicha elevación. Hasta el momento se han localizado decenas de sitios arqueológicos, entre ellos un templo-palacio.
Por su estructura, los expertos han deducido que El Tlatoani brinda una característica de bastión militar a la sección alta, además de que posee una serie de terrazas como si se hubiera querido crear simbólicamente una pirámide.
En los espacios antes mencionados se encontraron talleres y espacios habitaciones, los primeros, informó el arqueólogo, fueron ubicados por la gran presencia de artefactos para la producción de tallas de madera, de figurillas, de los moldes de las figurillas y desperdicio de lítica, que refieren procesos sistemáticos de producción.
Otros hallazgos han sido la localización de un horno que representa uno de los pocos contextos de producción cerámica de época prehispánica que han sido ubicados en el estado de Morelos hasta el momento.
El Tlatoani no está abierto al público y es un sitio que continúa en investigación, para poder determinar las particularidades sociales y culturales de la antigua sociedad tlayacapense en la historia.
Así, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron, en el municipio de Tlayacapan, Morelos, el entierro de un guerrero decapitado y un horno prehispánico de producción de cerámica, el hallazgo corresponde al periodo Clásico Tardío (350-600 d.C.).
Dicho entierro fue hallado durante la excavación en las faldas del cerro El Tlatoani, el cual corresponde a lo que fue un espacio urbano con al menos dos momentos constructivos, informó el arqueólogo Raúl Francisco González Quezada, del INAH en Morelos.
El más tardío tuvo una ocupación presumiblemente asociada al periodo Posclásico Temprano (1000- 1100 d.C.), mientras que la anterior fue durante el Clásico (200-900 d.C.).
“En esta área se localizó una cesta funeraria con un individuo acompañado de un ajuar muy rico. Su atavío consta de orejeras y un collar con cuentas de piedra verde, otros artefactos también de este material y una serie de vasijas. Entre los restos óseos se identificaron las extremidades inferiores, y las vértebras cervicales con huellas de corte, lo que indica su decapitación”, detalló el especialista.
La investigación apunta a que el individuo hallado pudo ser un guerrero, debido a que el cráneo muestra una perforación provocada posiblemente por una punta de proyectil, la cicatriz muestra que sobrevivió a la herida pues cerró años antes de que muriera.
“Por las cualidades de su ajuar funerario y la ubicación de su inhumación podría tratarse de un sujeto que formaba parte de la clase hegemónica de la sociedad tlayacapense de su época. Dichas piezas se encuentra en restauración y análisis”, indicó González Quezada.
El horno se encuentra en perfecto estado de conservación, tiene una profundidad de un metro con 30 centímetros una planta rectangular, sus paredes están hechas de mampostería y fue localizado en otra sección explorada de la elevación, donde los especialistas suponen la existencia de las comunidades agro-artesanales.
Este hallazgo representa uno de los pocos contextos de producción cerámica de época prehispánica que han sido ubicados en el estado de Morelos hasta el momento.
“Además, dentro del horno hallamos fragmentos de cerámica que corresponden fundamentalmente a ollas, pero también están presentes braseros, comales, cajetes y sahumadores. Por las formas y el contexto excavado alrededor, podemos inferir que se trata de un horno de cerámica que funcionó durante el periodo Clásico Tardío (350-600 d.C.)”, indicó el arqueólogo González Quezada.
Finalmente, señaló que a través de estas investigaciones se podrán determinar las particularidades sociales y culturales de la antigua sociedad tlayacapense en la historia. (Agencias)